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Arte y sexualidad en los siglos del románico

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Más de 300 personas participarán en los cursos de la Fundación Santa María la Real.

Desde el Centro de Estudios del Románico de la Fundación Santa María la Real impartirán esta semana tres cursos en su sede de Aguilar de Campoo, en los que se espera la participación de más de 300 personas.

El análisis de los monasterios, las canónicas y parroquias centrará el décimo taller didáctico del románico, que se desarrollará entre el 23 y el 26 de julio en Aguilar de Campoo y su entorno. “Al igual que en ediciones anteriores, en este taller partimos de la idea de que un edificio románico es algo más que una obra de arte y que su contemplación puede aportar al visitante un amplio caudal de conocimientos”, explica Pedro Luis Huerta, coordinador del programa cursos de la Fundación, para asegurar que “nuestro objetivo en esta nueva edición es lograr un acercamiento a un grupo de edificios románicos que en su día formaron parte de complejos monumentales que albergaron una comunidad monástica”.

TallerDidáctico-SexualidadArte y sexualidad en los siglos del románico.

Finalizado el taller didáctico, del 27 al 29 de julio, el refectorio del monasterio de Santa María la Real acogerá una nueva edición, la décimo novena, del curso de “Las Claves del Románico”. Siete ponentes analizarán la relación de arte y sexualidad en los siglos del románico, abordando aspectos como la misoginia y la perversión; las transgresiones y las penas; las emociones y las relaciones; los pecados y sus castigos; los partos, parteras y mujeres gestantes o las representaciones obscenas en los siglos del románico.

Miguel Sobrino cierra el taller didáctico del románico desvelando aspectos insólitos de catedrales y monasterios

FSMLRPH_MiguelMiguel Sobrino, escultor, escritor y profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, cerraba esta mañana el décimo taller didáctico del románico, organizado por la entidad, con una intervención en la que ha desvelado algunas curiosidades y aspectos poco conocidos de las catedrales y los monasterios.

Las jornadas formativas han contado con la participación de 55 alumnos, que a lo largo de cuatro días han analizado, in situ, a pie de monumento, los monasterios, canónicas y parroquias medievales, desde una perspectiva multidisciplinar.

El taller didáctico da paso al curso de Las Claves, centrado este año en el arte y la sexualidad en los siglos del románico, que contará con más de un centenar de alumnos.

FSMLRPH_Miguel1Miguel Sobrino, colaborador habitual de la Fundación Santa María la Real, arrancaba esta mañana su intervención en el refectorio del viejo monasterio premostratense de Aguilar de Campoo, explicando que tanto las catedrales como los monasterios, pese a haber sobrevivido a lo largo de los siglos y al paso del tiempo, tienen su origen en el románico. En el tono didáctico y cercano que le caracteriza, durante dos horas, Miguel ha ido hilvanando retazos de historia en un discurso centrado en las curiosidades y aspectos menos conocidos de estos emblemáticos edificios.

Así, por ejemplo, comparaba las catedrales medievales con los foros romanos, “espacios llenos de vida”, que con el paso del tiempo han ido perdiendo parte de su “funcionalidad” y su “significado”. Recordaba, en este sentido, que hasta no hace mucho, la vida en las ciudades transcurría en torno a la catedral, que era centro de poder político, lugar de reunión para los gremios de artesanos, espacio para la celebración de fiestas y mercados; aula para clases de Teología o centro para impartir justicia y dirimir litigios.

Cada una de las curiosidades que ha ido desgranando se ha visto ilustrada por un ejemplo concreto como el de la catedral de Palencia que llegó a acoger encierros y sueltas de toros. Y, es que, tal y como explicaba Sobrino, la celebración de fiestas y mercados era algo “habitual en las catedrales”. En algunos casos, como el de la seo de Valencia, el cimborrio se concibió en origen como una auténtica “caja escénica” y llegó a ser tal la magnitud de los espectáculos allí celebrados que en más de una ocasión, acabaron en incendio, hecho que motivó su prohibición.

Otras como las de Santiago de Compostela o Sevilla, albergaron mercados en sus claustros y algunas como la de Segovia, contaban con un edificio anexo, destinado a que los canónigos pudiesen ver cómodamente los toros mientras degustaban un buen tazón de chocolate caliente. La Capilla del Santo Cáliz de Valencia conserva aún la esencia del aula que fue en tiempos, con púlpito para el profesor y bancos perimetrales para los alumnos. Y en León y Sigüenza todavía se observan detalles de lo que fueron los espacios destinados a impartir justicia.

Son tan solo algunas de las muchas curiosidades con las que Miguel Sobrino ha ido tejiendo un discurso en el que también ha habido tiempo para hablar de aspectos insólitos de la construcción medieval. Comentaba, por ejemplo, que, aunque, hoy por hoy, nos resulte “sorprendente”, quienes construían las catedrales, lo hacían en muchos casos “sin saber cómo iban a resolverlas” y “confiando en la providencia” para poder acabarlas. De hecho, explicaba que “no manejaban alzados, ni secciones”, por lo que la ejecución solía ser “muy flexible” y estaba sujeta a la “improvisación”.

Una de las cuestiones que mayores problemas y quebraderos de cabeza ocasionaba a los maestros arquitectos era la altura del edificio. En Palma de Mallorca, por ejemplo, la catedral se cayó en varias ocasiones, pero los constructores no cejaron en su empeño hasta alcanzar la cota deseada.

La muerte de la catedral

La intervención de Sobrino finalizaba con una invitación a la reflexión en torno a la “muerte de la catedral”, que ha perdido su esencia y su significado por la evolución de los propios Cabildos, pero también “por nuestra inanición y por restauraciones poco adecuadas”. Defendía, igualmente, que el turismo es compatible con la pervivencia de las catedrales, pero criticaba la “mercantilización” y excesiva “perversión”, a la que, en ocasiones, se ven abocados estos templos, poniendo como ejemplo la catedral de Burgos.

La charla ha servido como cierre al décimo taller didáctico del románico, en el que han participado 55 alumnos que, durante cuatro jornadas, guiados por historiadores, arquitectos y arqueólogos, se han acercado a un conjunto de edificios románicos que, en su día, formaron parte de complejos monumentales o comunidades monásticas. El taller dará paso mañana al curso de “Las Claves del Románico”, que contará con la participación de un centenar de alumnos y que se centrará en analizar el “arte y la sexualidad” en los siglos del románico.

MonacatoSeminario sobre Historia del Monacato

La semana se cerrará con el Seminario sobre Historia del Monacato, organizado junto con la colaboración de la Universidad de Cantabria. En su trigésimo segunda edición, las jornadas que se prolongarán hasta el 2 de agosto y se centrarán en el análisis de las edades del monje, desde la infancia hasta la vejez, la jerarquización de los cargos y la funcionalidad.

Las edades del monje, tema central del Seminario sobre Historia del Monacto

125 personas procedentes de distintos puntos de España, participan estos días en el Seminario sobre Historia del Monacato, organizado por la Fundación Santa María la Real, dentro del programa de cursos de verano de la Universidad de Cantabria.

Las jornadas, que se prolongarán hasta el jueves, 2 de agosto, se desarrollan en el refectorio del monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo y cuentan con la colaboración del ayuntamiento de la villa y la Diputación de Palencia.

La inauguración del Seminario que afronta su trigésimo segunda edición, corría a cargo del director de la Fundación Santa María la Real, Juan Carlos Prieto, quien ha estado acompañado por los directores del curso, José Ángel García de Cortázar y Ramón Teja, así como por la alcaldesa de Aguilar, María José Ortega, quien se mostraba “orgullosa” por formar parte de una iniciativa que demuestra “como los pueblos que apuestan por la cultura y el patrimonio, son pueblos inteligentes”.

Inauguración SeminarioPor su parte, Ramón Teja, agradecía a todos los presentes su participación en el seminario, como “amigos y personas que quieren disfrutar del arte y la cultura”, recordaba Teja que, este año tienen un doble motivo, dado que junto al seminario sobre Historia del Monacato, centrado en “las edades del monje”, Aguilar de Campoo acoge la exposición de “Las Edades del Hombre”.

Oportunidades y riesgos de la convivencia monástica

Precisamente, era el propio Teja el encargado de pronunciar la primera ponencia del seminario, para explicar que el monacato “surgió y se desarrolló por primera vez en Egipto” y que existe allí “una rica literatura surgida en los ambientes monásticos, en que se aborda, con una espontaneidad que nunca se dio en los ambientes occidentales la enorme difusión que alcanzaron la homosexualidad y en especial la pedofilia en los ambientes monásticos”.

Y es que, tal y como argumentaba el catedrático de la Universidad de Cantabria, “aunque el impulso que llevaba a estos hombres y mujeres a retirarse del mundo y vivir en la soledad era alcanzar mejor la salvación eterna, ello no evitaba que también allí fuesen víctimas de las tentaciones del diablo”. Para evitar los pecados carnales, “la separación de sexos fue un principio fundamental” en las comunidades monásticas. Pero tanto en los cenobios como entre los monjes solitarios “se difundió la costumbre de admitir a niños o jóvenes”, lo que provocó que “las tentaciones del diablo, ante la ausencia de mujeres se centrasen en los compañeros masculinos y, especialmente, en los más jóvenes”.

FSMLRPH_Miguel1Frente a estos “vicios” y para evitarlos, se extendieron “las denuncias, los catigos y las normas de la Regla”, algunas de ellas tan minuciosas, recordaba Teja, como la que decía “No se sienten dos juntos sobre los lomos de un asno, ni sobre el timón de un carro” que, no obstante, en muchos casos, “resultaron inútiles”. Tanto es así, que en algunos monasterios, para evitar la tentación, se prohibió la “entrada de mujeres y de jóvenes imberbes”, una premisa que sigue vigente, por ejemplo, en la República monástica del Monte Athos en Grecia. Aunque, según Teja, se poco sirve, dado que “allí donde no hay imberbes proliferan los diablos viejos y barbudos”.

Jerarquización de los monasterios

Por su parte, Margarita Cantera Montenegro, de la Universidad Complutense de Madrid, hablará a los participantes los grupos en los que se dividían las comunidades monásticas: monjes y legos, por una parte, y conversos o hermanos, por otra, ahondando en sus principales funciones.

“La vida de oración y trabajo define la vocación de los monjes, además de la observancia de una Regla”, comentaba Cantera Montenegro, “los conversos o hermanos legos eran servidores seglares que vivían como monjes, aunque con unas exigencias de austeridad y dedicación a la oración atenuadas”.

Cerrará el turno de intervenciones, José Carlos Valle Pérez, del Museo de Pontevedra, quien ahondará en la jerarquización espacial y funcional de un monasterio cisterciense medieval. La sesión de hoy se verá completada por la visita guiada al monasterio de Santa María la Real – centro expositivo Rom, que acoge el seminario. En la jornada de mañana, los participantes podrán acercarse al monasterio de Santa Cruz de la Zarza en Ribas de Campos y a las iglesias de Nuestra Señora de las Fuentes en Amusco y Nuestra Señora la Blanca en Villalcázar de Sirga.

Junto a las intervenciones de ocho expertos, el seminario incluye una visita a los monasterios de Santa Cruz de la Zarza en Ribas de Campos y San Zoilo en Carrión de los Condes, así como a la iglesia Nuestra Señora la Blanca en Villalcázar de Sirga.

El “marketing” de los monasterios medievales, tema del próximo Seminario sobre Historia del Monacato

Las jornadas, organizadas por la Fundación Santa María la Real, dentro del programa de cursos de verano de la Universidad de Cantabria, se celebrarán del 29 de julio al 1 de agosto de 2019 y analizarán las herramientas e instrumentos de publicidad, tanto espiritual como material, que utilizaban los monasterios medievales para conectar con su entorno.

Así, lo ha anunciado hoy José Ángel García de Cortázar, codirector de las jornadas, durante la clausura del actual seminario, celebrada en el refectorio del monasterio de Santa María la Real en Aguilar de Campoo y que ha contado con la participación de la alcaldesa de la villa, María José Ortega; el consejero de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria, Francisco Fernández Mañanes; el vicerrector de Cultura, Participación y Difusión de la Universidad de Cantabria, Tomás A. Mantecón; el director de la Fundación Santa María la Real, Juan Carlos Prieto y el catedrático emérito, Ramón Teja, codirector del Seminario.

Durante cuatro jornadas, los 125 alumnos que han participado en el curso, desarrollado gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Aguilar de Campoo y la Diputación de Palencia, han podido adentrarse en la vida, la jerarquía y la estructura de los monasterios medievales, guiados por ocho expertos investigadores.

Así, han abordado aspectos como las oportunidades y los riesgos que entrañaba la convivencia en los monasterios primitivos, los grupos o categorías de organización de las comunidades, la jerarquización espacial de los cenobios, las funciones del monje en la construcción de espacios o el gobierno monástico. También han tenido la oportunidad de analizar cuestiones más concretas como la organización y funcionalidad del scriptorium medieval o los aspectos artísticos y rituales de los sepulcros monacales.

El seminario se ha visto completado con la visita al monasterio de Santa María la Real – centro expositivo Rom, así como a los de Santa Cruz de la Zarza en Ribas de Campos y a las iglesias de Nuestra Señora de las Fuentes en Amusco y Nuestra Señora la Blanca en Villalcázar de Sirga, donde los alumnos han podido comprobar in situ la oportunidad y veracidad de los conocimientos compartidos.

Conocimiento como fuente de transformación y dinamismo

Precisamente, en el “efecto multiplicador del conocimiento” incidía el vicerrector de Cultura de la Universidad de Cantabria, Tomás Mantecón, quien aseguraba que iniciativas como el Seminario sobre Historia del Monacato, contribuyen a “generar transformación social y dinamismo” desde la cultura, contribuyendo a que podamos entender mejor “cómo vivía, cómo pensaban las gentes de otros tiempos y cómo se enfrentaban a los problemas”.

Por su parte, la alcaldesa de Aguilar de Campoo, María José Ortega, reforzaba la valoración positiva del vicerrector con respecto al curso y al resto de actividades organizadas por la Fundación Santa María la Real, dado que “nos enseñan a conocer mejor y a apreciar nuestro legado, para saber transmitirlo a quienes vendrán después”.

Publicidad espiritual y material en los monasterios medievales

Completado el seminario, el equipo de la Fundación Santa María la Real comienza a preparar ya el próximo curso que, tal y como se ha avanzado hoy, se centrará en analizar los “instrumentos de publicidad espiritual y material en los monasterios medievales”. Los participantes podrán comprobar como, aún sin conocer el término, los monjes medievales ya usaban técnicas de “marketing”.

Aunque, el programa aún no está cerrado, se espera poder abordar aspectos como el papel de la miniatura en la publicidad monástica, las falsificaciones, el uso de las reliquias  o la selección de temas en las portadas de los monasterios con fines publicitarios.

Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico.

www.santamarialareal.org

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