Bill Brandt y Miró: Poema son las nuevas exposiciones que desde el 3 de Junio se pueden ver en la Fundación Mapfre, ambas hasta el 29 de agosto, exploran de maneras distintas la trayectoria y obra de estos dos artistas.
Miró Poema, organizada por Fundación MAPFRE con la colaboración especial de la Fundación Joan Miró, Barcelona, se adentra en el papel que la poesía juega en la obra de Joan Miró al tiempo que aborda la relación de complicidad que el artista estableció con diversos poetas y escritores de su época.
La muestra incluye en el recorrido obras destacadas de diversos periodos, como Nord-Sud, 1917 (Collection Adrien Maeght, Saint-Paul); La Sieste, julio-septiembre de 1925, (Centre Pompidou – Musée National d’Art Moderne, París); o Poème III, 17 de mayo de 1968 (Fundació Joan Miró, Barcelona).
Además , se completa con distintos libros ilustrados para poetas como Paul Éluard, Joan Brossa o Jacques Prévert, así como libros de artista como Le lézard aux plumes d’or [El lagarto de las plumas de oro, 1971], Ubu aux Baléares [Ubú en las Baleares, 1971] o L’enfance d’Ubu (La infancia de Ubú, 1975).
La exposición de Bill Brandt, considerado uno de los fotógrafos británicos más influyentes del siglo XX, reúne 186 fotografías positivadas por el propio fotógrafo, que a lo largo de casi cinco décadas abordó los principales géneros de la disciplina fotográfica: reportaje social, retrato, desnudo y paisaje.
Esta exposición forma parte de la sección oficial del Festival PhotoESPAÑA 2021
BILL BRANDT.
Nacido como Hermann Wilhelm Brandt en Hamburgo en 1904, en el seno de una rica familia de origen ruso, decidió, tras haber vivido en Viena y París, instalarse en Londres en 1934. En un entorno de creciente animadversión por lo alemán provocada por el ascenso del nazismo, trató de borrar todo rastro de sus orígenes, llegando a afirmar que era natural de la isla británica. Ese ocultamiento y la creación de una nueva personalidad envolvieron su vida de un aura de misterio y conflicto que se vieron reflejados directamente en su obra. Sus imágenes tratan de construir una visión del país que abraza como suyo, pero no del país real, sino de la idea del mismo que él se había forjado durante su infancia con lecturas y relatos de sus familiares.
Aquejado de tuberculosis cuando era joven, parece que fue en los sanatorios suizos de Agra y Davos, a los que su familia le envió para recuperarse, donde comenzaron su interés por la fotografía y muchos de sus descubrimientos literarios: Fiódor Dostoievski, Gustave Flaubert, Franz Kafka, Guy de Maupassant, Ernest Hemingway y Charles Dickens. Tras pasar unos años en Suiza, se trasladó a Viena para ser sometido a un novedoso tratamiento de la tuberculosis mediante el psicoanálisis. Todos estos aspectos han imbuido su obra y su vida de un aire postromántico. Sus fotografías parecen encontrarse siempre en el límite, pues causan atracción y rechazo a la vez y, tal como señala Ramón Esparza, comisario de la muestra, pueden verse en relación con lo unheimlich, término utilizado por Sigmund Freud en 1919 por primera vez. Lo unheimlich –que suele traducirse como «lo extraño», «lo siniestro», «aquello que produce inquietud» y que, en palabras de Eugenio Trías, «constituye condición y límite de lo bello»–, es uno de los rasgos característicos que encontramos a lo largo de toda su trayectoria. Las teorías psicoanalíticas, una de las bases fundamentales en las que se apoyó el surrealismo, impregnaron durante la década de 1930 la escena cultural de la capital francesa. Fue en 1930 cuando Brandt se trasladó a París junto con su primera pareja, Eva Boros, para entrar como asistente en el estudio de Man Ray. Sin llegar a participar de forma activa en ninguno de los grupos de las vanguardias históricas, el artista se impregnó de las ideas que bullían en un París en el que abundaban los artistas jóvenes, muchos de ellos inmigrantes, buscando hacerse un hueco en el mundo profesional. Sus imágenes de esa primera época tienen un aire de catálogo de «temas» del psicoanálisis, clara muestra de la influencia que sobre él ejercía el surrealismo.
Casi todas sus imágenes, tanto las de carácter más social de antes de la guerra como las de su posterior etapa más «artística», mantienen una fuerte carga poética y ese halo de extrañeza y de misterio tan característico en el que, al igual que en su vida, se mezclan siempre realidad y ficción.
LA EXPOSICIÓN.
Fundación MAPFRE tiene el placer de presentar la primera retrospectiva que se realiza en España sobre Bill Brandt (Hamburgo, 1904-Londres, 1983), considerado uno de los fotógrafos británicos más influyentes del siglo XX. La exposición, que junto con la muestra Paul Strand. Colecciones Fundación MAPFRE, inaugura nuestro nuevo Centro de fotografía en Barcelona, el KBr Fundación MAPFRE.
La muestra reúne 186 fotografías positivadas por el propio Bill Brandt, que a lo largo de casi cinco décadas abordó los principales géneros de la disciplina fotográfica: reportaje social, retrato, desnudo y paisaje, tal como señala su biógrafo Paul Delany en Bill Brandt. A Life (2004).
El recorrido, dividido en seis secciones, trata de mostrar cómo todos estos aspectos –en los que la identidad y el concepto de «lo siniestro» se convierten en protagonistas– confluyen en la obra de este ecléctico artista que fue considerado, ante todo, un flâneur. Un
«paseante» en términos similares a los que lo fue su admirado Eugène Atget, a quien siempre consideró uno de sus maestros. Ciento ochenta y seis fotografías que se complementan con escritos, algunas de sus cámaras de fotos y distinta documentación, entre la que destaca una entrevista que ofreció al final de su vida al canal de televisión británico BBC en 1983, así como publicaciones ilustradas de la época. Todo ello gracias a la cortesía del Bill Brandt Archive de Londres y de la Edwynn Houk Gallery de Nueva York.
PRIMERAS FOTOGRAFÍAS.
Tras iniciar su incursión en la fotografía en Viena, donde realizó en 1928 el famoso retrato del poeta Ezra Pound y por el que recibió numerosos elogios, Bill Brandt marchó a París para entrar como ayudante, durante un corto período de tiempo, en el estudio de Man Ray, lo que le impulsó a mezclarse con el ambiente surrealista de la capital francesa, que impregnará toda su obra a partir de entonces. Algunas de sus imágenes, como Globo sobrevolando las afueras del norte de París (1929), se relacionan con las teorías psicoanalíticas de Freud, para quien este objeto resultaba, en los sueños, un símbolo de lo masculino. Pero las fotografías de estos años se relacionan también con las de su admirado Eugène Atget, y Brandt, igual que su antecesor, retrata escenas callejeras y la noche parisina –que preceden a su obra posterior y por las que es más conocido–, donde la ya citada noción de lo inquietante hace acto de presencia.Junto con su pareja y futura esposa Eva Boros –estudiante también de Man Ray y anteriormente discípula de André Kertész–, realizó numerosos viajes a la estepa húngara, a su Hamburgo natal y a España, donde visitaron Madrid y Barcelona, entre otras ciudades, con intención de pasar las vacaciones en Mallorca antes de trasladarse a Londres en 1934. Fue en esta ciudad cuando Brandt se deshizo de sus raíces alemanas, inventando incluso un nacimiento británico y creando un corpus artístico en el que el Reino Unido se sitúa como núcleo de su identidad. Comienza entonces a retratar un país que, en ese momento, contaba con grandes desigualdades sociales.
ARRIBA Y ABAJO.
«Bill Brandt fue un hombre que amaba los secretos y los necesitaba. La cara que presentaba al mundo era la de un caballero nacido en Inglaterra, alguien que fácilmente podía armonizar en las carreras de Ascot que tanto le gustaba fotografiar. Una fachada que defendería con todo tipo de mentiras si fuese necesario […]. Hoy, mucha gente está dispuesta a descubrir sus raíces para poder entender y crear su propia identidad. Pero Brandt hizo exactamente lo contrario: enterró su verdadero origen y se presentó a sí mismo como una persona completamente distinta de la que había sido, de hecho, durante los primeros veinticinco años de su vida.»
Así da comienzo la biografía de Bill Brandt escrita por Paul Delany, quien afirma que Brandt no solo quiso vivir en Inglaterra, sino también volverse inglés, algo comprensible debido a la creciente antipatía que la Alemania nazi despertaba entre los británicos y a los acontecimientos que seguirían al ascenso de Adolf Hitler al poder y al inicio de la Segunda Guerra Mundial. Era habitual, en el ambiente artístico londinense, que los emigrantes que llegaban desde Alemania cambiaran de nombre. Entre quienes lo hicieron destaca Stefan Lorant, un húngaro que había sido editor de la Münchner Illustrierte Presse, junto con dos de sus fotógrafos, Hans Baumann y Kurt Hübschmann, que anglicanizaron sus nombres a Felix Man y Kurt Hutton, de igual manera que Brandt hizo con su nombre: Bill.En febrero de 1936, dos años después de su llegada a Londres, Bill Brandt publicó su primer libro, The English at Home. Las escenas reproducidas en el volumen, a pesar de parecer espontáneas y naturales, habían sido previamente preparadas. Para este primer libro, Brandt utiliza un formato alargado, propio del formato álbum, y adopta una de las fórmulas de diseño más utilizadas por las publicaciones gráficas centroeuropeas: la unión de contrarios en pos del contraste significativo entre cada par de fotografías. Brandt busca la contraposición entre dos clases sociales enfrentadas en página par e impar, desarrollando dos discursos narrativos en paralelo, pero sin mezclarlos. Así, encontramos escenas de familias de clase alta paseando o cenando, y poco después las mismas actividades, pero desarrolladas por familias de mineros y de clase social inferior.
Dos años después de la aparición de The English at Home, Brandt publicó A Night in London, una especie de réplica a la obra de uno de sus fotógrafos más admirados, Brassaï, cuyo libro Paris de Nuit se había puesto a la venta seis años antes en Francia. Es la aportación de Brandt al género fotográfico y cinematográfico que algunos historiadores han denominado la «sinfonía de las grandes ciudades».
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Del 3 de junio al 29 de agosto de 2021 Sala Recoletos – Madrid
EXPOSICIÓN Miró Poema, trata de esclarecer la relación entre pintura y poesía que sobrevuela toda la obra del artista catalán.
OBRAS EXPUESTAS
17 pinturas
31 dibujos
9 libros ilustrados y diversa documentación relacionada con estas disciplinas.
CLAVES.
Miró y los poetas. Joan Miró (Barcelona, 1893-Palma de Mallorca, 1983) fue un ferviente lector a lo largo de toda su vida. Dentro del ámbito literario, mostró especial preferencia por la poesía y por la prosa poética. Desde su juventud, tanto en su Barcelona natal como en París, se rodeó de amigos poetas a los que admiraba. Esta relación se volvió especialmente estrecha al instalarse en la década de 1920 en París, donde convivían dos generaciones de poetas: los activos en el cambio de siglo y los renovadores del lenguaje, que tienen en Guillaume Apollinaire su referencia clave. Con todos ellos, Miró estableció una suerte de diálogo que traslada más tarde a su obra. Así, la selección de poetas presentes en la exposición está formada por Lise Hirtz, Paul Éluard, Tristan Tzara, Jacques Dupin, Joan Brossa, Francisco de Asís, Jacques Prévert y el propio Joan Miró.
La destilación de la pintura. La exposición tiene dos polos cronológicos: las décadas de 1920 y de 1960. En un primer momento, Miró realiza una pintura que se aleja cada vez más de las convenciones establecidas por la figuración. Influido por el surrealismo y por la práctica del dibujo, despoja su obra de anécdota o de narratividad y se muestra consciente de estar «en caminos peligrosos». Ya en la década de 1960, Miró establece un diálogo con su pasado a través del tiempo: regresan los fondos monocromos, diluidos y acuosos sobre los que letras y signos parecen flotar queriendo emitir mensajes verbales.
Los libros de artista. A lo largo de su trayectoria, Miró colaboró con gran parte de sus amigos poetas ilustrando sus escritos poéticos, así como con autores del pasado. También trabajó en algunos proyectos en los que tanto texto como ilustración surgen de sus propias manos: en ellos, el Miró iluminador y el Miró poeta se encuentran. Ejemplo de esto son los libros de artista Le lézard aux plumes d’or [El lagarto de las plumas de oro, 1971], Ubu aux Baléares [Ubú en las Baleares, 1971] o L’enfance d’Ubu [La infancia de Ubú, 1975], presentes en la exposición.
La exposición está formada por una sala introductoria donde los asistentes podrán insertarse en las formas de abordar y disfrutar de la poesía del artista, que contiene una selección de dibujos, poemas, la pintura Nord-Sud a modo de manifiesto y una selección de libros de la biblioteca personal de Joan Miró. Tras esa introducción, la muestra se despliega a través de cuatro secciones.
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Más información: Fundación MAPFRE