Al toro Apis en Egipto se le conocía por Hepu/ Hapy, y en Grecia y Roma como Apis/Épafo.
Se le representaba normalmente en dos formas:
1. Con cuerpo de hombre con cabeza de toro (similar al minotauro) y sobre su cabeza llevaba un disco simulando una luna creciente.
2: Con cuerpo y cabeza de toro, cuyo cuerpo es negro, a excepción de las patas y el vientre que son blancos. Como en el caso anterior lleva un disco solar entre los cuernos de la cabeza.
2. Mitología.
La mitología de este toro es amplia en la ciudad de Menfis, y permaneció en el panteón desde la Dinastía I hasta el periodo Ptolemaico. Es decir, desde al año 3050 a.C. y el 30 a.C.
Al toro Apis, se le relaciona con varios dioses desde Ptah, Osiris, Sokar, Horus hasta con Atum.
Empezaremos con Osiris. La leyenda cuenta que Apis fue engendrado mediante un rayo de luz solar que fertilizó a una vaca, mamífero que personificaba a Isis. Por eso Apis, por un lado, cumplía funciones funerarias pero también se encargaba de llevar grano al otro mundo, por lo tanto relacionándolo con la función agraria. Los atributos de Apis se creían que serían beneficiosos a los muertos y les servirían para defenderse de los peligros del Más Allá.
En relación a Ptah, que fue el dios más importante del panteón en Menfis, se tiene constancia de él desde la Dinastía I y fue considerado como el creador del mundo.
A Apis se le veía como “El heraldo de Ptah” que lleva la verdad hasta el de la Amable Faz (Ptah). Otro nombre que recibe es el de “hijo de Ptah”. Además fue considerado como el ba (la fuerza anímica) e incluso como manifestación en la tierra de Ptah.
Asimismo los egipcios veneraban a Apis como oráculo. La función del toro era hacer de intermediario entre el dios Ptah y sus seguidores. El toro (animal) para que pudiera ser un Apis tenía que reunir 29 características específicas. Entre ellas las más importantes son que siempre su color fuera negro con el vientre y las patas blancas, tenía que tener una marca en forma de triángulo en la frente, bajo la lengua un bulto en forma de escarabajo, y tener una mancha en el lomo en forma de buitre. Su cola tenía que tener pelos dobles y estar partida en dos, entre otras muchas especificaciones.
El toro viviría en el recinto sagrado de Ptah en Menfis, el cual tenía dos corrales sagrados y un patio por el que podían pasear. Además el toro era provisto de un harén de vacas sagradas, las cuales simbolizaban las 7 Hathor. Los ciudadanos iban hasta allí y le hacían preguntas a las cuales el toro les respondía moviéndose de uno a otro corral, a las personas más afortunadas se les permitía darle de comer y si el toro lo rechazaba era signo de mal augurio.
Los toros Apis solían vivir entre 10 y 15 años, pero no debían vivir más de 25 años, en el caso de no perecer a esa edad, el toro tenía que ser ahogado, en una fuente sagrada con muchas ceremonias, puesto que al ser un dios no se les dejaba morir de muerte natural.
Después de una serie de varios rituales, el toro Apis, ya fallecido, era trasladado al Serapeum de Saqqara, cerca de Menfis. El Serapeum es el lugar de descanso de los toros Apis, este recinto ha sido llamado uno de los edificios más fascinantes del Valle del Nilo. Estas tumbas enormes eran parte de un conjunto, que en su época final, contenían un templo dedicado a Apis, un dromo (avenida) bordeado de esfinges y una capilla a la entrada del sepulcro subterráneo. En cuanto al templo, ya de época ptolemaica, tenía dos capillas: una de estilo griego y otra de estilo egipcio. Dentro del templo había una estatua de Apis, que actualmente se exhibe en el Museo del Louvre.
Descripción de la obra.
La obra que se va a describir es un amuleto del toro Apis, que data de la Dinastía XXVI (664- 525 a.C).
El material del cual está hecho es pasta vidriada o fayenza egipcia. Es un material cerámico que se utilizó para elaborar, sobre todo, amuletos, pequeñas esculturas o motivos decorativos. Para obtenerlo, se empezaba con un tipo de pasta elaborada con arena o cuarzo granuloso, que antes había sido mezclado con un material aglutinante de tipo alcalino. Luego el resultado se calentaba en el horno, en el cual el componente sódico se concentraba en el exterior, obteniendo así, una pieza con acabado vítreo superficial. A esta pasta antes de cocerla al horno se le podía añadir cobre, hierro, cobalto o manganeso, consiguiendo un color azul celeste, azul verdoso u ocres, respectivamente.
Este amuleto en concreto tiene unas dimensiones de 13,5 cm de alto, 2,2 cm de ancho y 4,8 cm de largo. Su procedencia original se desconoce, lo que sí se sabe es que en los años 60 pertenecía a una colección estadounidense y que pasó a formar parte del Museu Egipci de Barcelona en el año 1991.
Normalmente este tipo de amuletos solían encontrarse principalmente en los templos.
Es una escultura de bulto redondo, independiente de la arquitectura, con una pose hierática, es decir, con una pose artificiosa, poco natural y con un pie adelantado al otro propios de las representaciones egipcias. En cuanto al color, no es posible que estuviera policromada originariamente, puesto que este tipo de material no acepta ser pintado.
El amuleto representa al toro Apis en su forma antropomórfica, el cual está sobre una plataforma.
La cabeza es la de un toro con el disco solar entre los cuernos y con una peluca tripartita.
El cuerpo es propio de un hombre con el torso descubierto y llevando una falda corta decorada con líneas incisas. Respecto a los brazos el derecho no se ha conservado, no así el izquierdo, que, con cuya mano sujeta el símbolo del anj o símbolo de la vida (☥).
La pilastra dorsal presenta una perforación transversal de suspensión, en la parte superior de la misma. Hipotéticamente podría haber servido en algún tipo de ritual, pasando por la perforación una cuerda, que, podría haber sido una especie de parte de un colgante grande.
“Debo decir aquí que este dios, sea Apis o Epafo, no es más que un novillo cumplido, hijo de una ternera, que no está todavía en la edad proporcionada de concebir otro feto alguno ni de retenerlo en el útero: así lo dicen los egipcios, que a este fin quieren que baje del cielo sobre la ternera una ráfaga de luz con la cual conciba y para a su tiempo al dios novillo. Tiene este Apis sus señales características, cuales son el color negro con un cuadro blanco en la frente, una como águila pintada en sus espaldas, los pelos de la cola duplicados y un escarabajo remedado en su lengua.”
HERÓDOTO. Historia, Libro III. Cap. XXVIII
[1] En Egipto, un buey es honrado como un dios y era llamado Apis. Que reconocer el hecho, es una mancha blanca en el lado derecho, y similar a la de la luna nueva, en su idioma es un nodo que los egipcios llamada escarabajo. Está prohibido a vivir más de un cierto número de años y que mata por ahogamiento en la fuente de los sacerdotes, para recibir en medio de luto general, otro que le sustituye. En la medida en que no encontramos los egipcios están en problemas: incluso se afeitan la cabeza y, sin embargo, nunca se busca siempre el nuevo Apis.
[2] encontrados, fue llevado a Menfis por sacerdotes, que sigue siendo de dos templos llamados thalami, servirá como augurios a Egipto: el signo es positivo si entra en uno, mortal si ésta entra en la otra. Proporciona respuestas a las personas, tomando la comida de la mano de los que consultarlo. Se trata de convertir a la mano de Germánico, que era antes de morir. Encerrado funciona normalmente, cuando está en público, con la multitud de lado lictor que está rodeado por un grupo de niños que cantan himnos en su honor, que parece entender, y queremos que la adoro.
[3] Estas bandas que lo acompañan, se apoderó de un repentino entusiasmo, predecir el futuro. Presenta una vez al año, una vaca que tiene sus marcas, aunque diferente, y ellos dicen que cuando se produce también la de su muerte. Es en Menfis, el Nilo, en un lugar llamado frasco (frasco), debido a su configuración: cada año se lanza una taza de oro y una de plata, en los días en que celebramos el nacimiento de Apis, y estos días son siete, y, inusual para esta época un cocodrilo atacando a la gente: el octavo día después de la sexta hora (mediodía) el monstruo vuelve a su ferocidad.”
CAYO PLINIO SECUNDUS. Historia Natural. Libro VIII. Cap. LXXI.
Bibliografía.
Eason, Cassandra. Nuevos misterios del antiguo Egipto. Ediciones Robinbock, Barcelona 2009.
Castel, Elisa. Gran diccionario de la mitología Egipcia. Editorial Aldebarán. Madrid 2001.
Herodoto. Historias. Libro III.
Cayo Plinio secundus. Historia natural. Libro VIII.
www.egiptologia.org
www.museuegipci.com
Temas relacionados en la Biblioteca Virtual de Humanidades: La concepción de la divinidad y el problema de la mitología.
(c) Autora: Jéssica González Antón. Alumna del Curso La mitología a través del arte y la arqueología. Trabajo final