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FRONTIL, 1849 – Utillaje

Frontil

Frontil, 1849 (Utillaje). PIEZA DEL MES DE JULIO 2018 

La palabra esparto viene del griego y significa cuerda.

El esparto es una planta herbácea perteneciente a la familia de las gramíneas. Tiene unas hojas largas y duras tan fuerte y resistente que parecen hilo, llegando a alcanzar el metro de altura. Florece de marzo a junio y se recolecta entre julio y agosto.

Desde antes de los romanos, la recolección y cultivo de esta fibra ha tenido gran importancia en la economía de muchos hogares españoles. La manera de cosecharlo, arrancando sus hojas con la ayuda de un palo corto, apenas ha cambiado desde la descripción de Plinio en el siglo I.

Después era tendido en el suelo para su secado al sol, pasando, posteriormente, por una serie de procesos como sumergirlo en agua durante cuarenta días, aplastarlo con mazos para desprender la parte leñosa de la fibra, etc, convirtiéndose, hasta bien entrado el siglo XX, en el soporte básico sobre el que se confeccionaban antiguamente infinidad de útiles domésticos, de labranza y para los animales como alforjas, esteras, serones, cinchos para quesos, capachos, soplillos, cestos, frontiles, etc.

Uno de estos frontiles es la pieza del mes de julio. Se trata de unas almohadillas que se colocan  en la frente de cada buey o cualquier animal de tiro para aguantar la presión que ejerce la soga o coyunda utilizada para sujetar el yugo. Siempre van en pareja con otra exactamente igual que, en este caso, no se conserva. El animal rendía más en el trabajo ya que no sufría tan fuerte la presión de la carga o el roce de la cuerda.

El frontil consta de tres partes, cosidas entre sí, una parte delantera en la que se colocan trenzas cuya función es evitar el desplazamiento de la soga o coyunda que se utiliza para amarrar, una parte central compuesta por una pleita enrollada y cosida y el empaquetado o parte posterior que se corresponde con la zona que está en contacto con la frente del animal, confeccionada con ramilletes de esparto entrelazados mediante costuras y desde donde parten los flecos.

Los útiles o herramientas empleados para dar forma a los frontiles son, entre otros, martillo, tenaza, aguja de 27 cm. de longitud, cuchillo, navaja, azuela, mazo de madera, etc.

Su elaboración ha sido llevada a cabo por hombres, dado el esfuerzo que se requiere para tirar de la aguja y golpear con el mazo. El tiempo invertido puede ser de unos seis meses.

La durabilidad del frontil depende de varios factores como el uso, la humedad, los ratones, etc.

Actualmente, su utilización se limita a fiestas, principalmente romerías, en las que se engalana al animal que va tirando de las carrozas.

Fue donado al Museo por Francisco González Santana en 1991.

http://museodeolivenza.com/

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