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Los Quijotes del Museo Arqueolóxico

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LOS QUIJOTES DEL MUSEO ARQUEOLÓXICO PROVINCIAL DE OURENSE

La obra cumbre de la literatura española, es sin lugar a duda, El Ingenioso Hidalgo D. Quijote de la Mancha. Desde su primera edición en Madrid, M. de Cuesta, en 1605, 312 fols. un sinfín incesante de ediciones le han sucedido. Cervantes publica esta obra a la que sucederá la segunda parte, en 1615, rematando ya su vida, “ya con un pie en el estribo”, como le escribe al conde de Lemos en su última carta. Es pues una obra de madurez. Entre la primera y segunda parte, salen de los tórculos de Cuesta, en 1613, las Novelas Ejemplares; y en el año 1615, de los madrileños talleres de la Vda. de A. Martín, Comedias y Entremeses.

La influencia literaria del Quijote es inmediata y dará lugar a otras como El Curioso impertinente o La Pícara Justina. Esta última, ve la luz en 1605, y tal como demostró M. Bataillon, habría una edición pequeña del Quijote de 1604, hoy perdida, que Rodrigo Calderón conoce, y así lo cita como Don Quixo.

Las raíces y fuentes de inspiración de esta genial obra, se hallan en la literatura propia de la Compañía de Jesús, Monumenta Ignatiana. Dentro de esta colección documental se encuentran dos obras autobiográficas, El Peregrino y El Relato Autobiográfico. La primera obra no verá la luz hasta el siglo XVIII, y en latín, porque S. Francisco de Borja mandó retirar “todos los ejemplares e incluso prohíbe que se lean y propaguen”. Tras este hecho, encarga al P. Ribadeneira, que hiciera otro relato de S. Ignacio.

¿Qué era lo que había en aquel manuscrito que nadie podía conocer ni leer?. La naturaleza humana de un hombre, antes de ser santo que, como buen militar, “era travieso de armas”, y que en Arévalo, “alguna dama le había roto el corazón”. Seguramente, y tal y como sugiere F. Ortés, fue Catalina de Austria (posterior esposa de Juan de Portugal), porque tiene el mismo número de letras, 17, que Dulcinea del Toboso. Como ha demostrado el Pr. Ortés, el texto cervantino está literalmente copiado del relato ignaciano, incluso párrafos enteros.

La otra cuestión interesante es saber dónde se hizo con ese texto Cervantes. Hay varias posibilidades: en Roma, pues allá fue camarero del Cardenal Acquaviva, hermano del General de la Compañía de Jesús, Claudio; en Messina, lugar del primer colegio de los jesuitas, con gran biblioteca, donde la Santa Liga hace la aguada, camino de Lepanto; o en Sevilla, en la cárcel, a través del visitador carcelero, el jesuita Pedro de León. A pesar de la prohibición, los jesuitas lo hicieron distribuir y circular entre sus allegados.

La influencia de esta obra es fulgurante. Así en 1610, con motivo de la canonización de S. Ignacio de Loyola y de S. Francisco Javier, hay una máscara callejera titulada El triunfo de D. Quijote. Otra en Barcelona, en 1633, mascarada del Cavallero sobre Rocinante.

En las ricas bibliotecas de los colegios de la Compañía de Jesús se encontraban ejemplares de las obras cervantinas. Esta afirmación se comprueba a través de los exlibris, de los ejemplares conservados y de los manuscritos redactados, a partir de 1767, tras la expulsión de los jesuitas españoles. Así en Burgos, Casa Profesa de Valladolid, Ourense, Monterrei, hasta América y Filipinas. Fueron pues, no sólo fuente de inspiración, sino de expansión lectora, y receptora en sus bibliotecas. Incluso el conde de Monterrey, recién llegado a Lima, en 1605, recibió un ejemplar del Quijote procedente de Sevilla. Algunos de sus libros los donó al colegio de Monterrei, al igual que hizo su madre con los de su padre.

Como afirma el Pr. Ortés: “Habrá que escudriñar las bibliotecas de los jesuitas, pues siendo una orden que ha archivado su historia desde siempre, tiene imprescindiblemente que haber conservado muchos detalles de este asunto manejado por ellos desde un principio”.

Los cuatro ejemplares que se custodian en el Museo Arqueolóxico Provincial son ediciones muy interesantes bibliográficamente hablando. Por orden cronológico, son tres del siglo XVIII, (1741, 1771 y 1783) y una del XIX (1829), todas impresas en Madrid. De la primera, editada por Juan de S. Martín, se conservan ejemplares en la Biblioteca Nacional de España, digital, y Biblioteca Universitaria de Salamanca (BG 42044). De la segunda de 1771, del gran impresor Joaquín Ibarra, tan sólo hay un ejemplar en la Biblioteca de la Abadía de Montserrat (C-XIV 8º-38). El tercero tiene grabados de Selma, Palomino y Antonio Carnicero. Ejemplar único, tan sólo hay una edición de un año antes (1782) en la Biblioteca Universitaria de Salamanca (BG-11642). El cuarto de 1829, impreso de Ramos y Compañía (ejemplar digitalizado en BNE).

Tienen xilograbados las cuatro ediciones y los mejores son los de 1783, con un retrato de Cervantes en la página de anteportada. En cuanto a los poseedores, hay tres según los exlibris, gracias a los que sabemos quiénes fueron sus dueños. En el de la edición de 1771 pone: “Soy de Manuel Enríquez, dos Chaus, frª. de Poulo, 1774”.

La de 1783, es más singular pues es un regalo que hace el pintor de la Generación Doliente, Ramón Parada Justel, a una persona para nosotros desconocida: “Tu amigo Ramón Parada Justel te da las gracias; Esgos a 22 de octubre de 1887”. Arriba, a lápiz: “Jesús”. Puede que sea el receptor de la obra.

En la de 1829, figura a pluma: “Tomo 2º de la aventura de D. Quijote de la Mancha”. Debajo e invertido el texto: “Ferrón”. A la vuelta de página: “Don Quijote de la Mancha por D. Miguel de Cervantes”.
Indicar además que ninguna de las cuatro ediciones está completa. La de 1741, es el tomo II; la de 1771, tomo I, parte I; la de 1783 (podemos decir crítica publicada por la RAE), Primera parte, Tomo I; y la de 1829, dos volúmenes que son respectivamente, primera parte, tomo II, y segunda parte, tomo III.

Pese a no estar completa, podemos concluir que, por su carácter histórico, filológico de edición crítica, artístico de sus grabadores, tipográfico, e incluso de sus encuadernaciones (vitela la de 1741, las otras tres pasta española, con lomo de piel) son fieles exponentes de la mayor obra de la literatura universal

 

MUSEO ARQUEOLÓXICO PROVINCIAL DE OURENSE
http://www.musarqourense.xunta.es/
PIEZA DEL MES
Septiembre 2018
Justo Carnicero Méndez-Aguirre

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