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Rutas de los castillos riojanos

Castillos riojanos- Agoncillo

Rutas de los castillos riojanos.

La historia de La Rioja de los siglos IX al XVI fue rica en sucesos. Surgieron invasiones árabes replicadas con avanzadas de la Reconquista, se crearon fronteras entre Reinos vecinos y Señoríos de dominio alterno, y se abrieron rutas económicas y religiosas muy transitadas. Fue el gran momento de los castillos ante la exigencia de asegurar conquistas, proteger a la población y asentar el poder. Con ello La Rioja quedó erizada de castillos que hoy en día nos aportan un gran valor monumental y nos refrescan la deseable memoria histórica.

Existen referencias de setenta y tres castillos y torres fuertes: Veintiuno simples recuerdos históricos algunos muy importantes, once, restos de basamentos y piedras sueltas, veintisiete, ruinas con residuos de torres y murallas; catorce, conservados enteros, aunque algunos con riesgos importantes de arruinamiento.

Para conocer estos testigos del pasado y establecer con ellos una relación afectiva de comprensión y estima que puedan defenderlos del olvido y de la demoledora acción del tiempo, se han programado estas Rutas de los castillos riojanos, con un práctico criterio itinerante utilizando las vías de los valles fluviales. Podrán completarse con visitas a Iglesias, Ermitas, Casas Solares, Mesones o Bodegas que se sitúen en el camino y hagan así la jornada más enriquecedora y placentera.

RUTA 1- VALLES DEL OJA Y TIRÓN

Entre los montes Obarenses al norte y las estribaciones de la Demanda al sur, se extienden estos valles que fueron escenario de las luchas de la Reconuista y de enfrentamientos entre los reinos cristianos y de señorío. De las fortificaciones más antiguas nada queda, pero el camino nos llevará a contemplar algunos de los más bellos ejemplos de castillo de señorío.

Cuzcurrita del Río Tirón

Cuzcurrita del Río Tirón

El recorrido se inicia en Anguciana cuya Torre Fuerte, guardiana en origen del puente de la localidad, tiene planta rectangular con aspilleras, tornera y matacán corrido rematado en almenas, y fue levantada por Juan Alfonso de Salcedo, Señor del lugar. Pasando por Cihuri, se llega a Sajazarra donde se puede disfrutar de su esbelta torre del homenaje de piedra arenisca cercada por torreones octogonales, punto de disputa entre las familias Manrique y Velasco. Tras un paseo por sus alrededores, se remonta la ruta hacia Cellorigo, localidad que contó con uno de los más importantes castillos de defensa del paso de las Morcuera. Su privilegiada posición permite observar una de las más impresionantes vistas de la zona. De su gran castillo no queda resto alguno, únicamente conserva dos torres medievales plenamente integradas en el resto del caserío. Cuzcurrita del río Tirón acoge un gran ejemplo de palacio fortificado con torre del homenaje y recinto cercado con cubos y espolones, rigurosamente restaurado por sus propietarios. El siguiente paso es Leiva, con una impresionante construcción de cuatro torreones en los ángulos y patio porticado en su interior, que perteneció a la familia Leiva por concesión real. El viaje finaliza en Santo Domingo de la Calzada, cuyo recinto amurallado es el más importante y mejor conservado de La Rioja.

RUTA 2- VALLES DEL EBRO Y NAJERILLA.

La prolífica historia de La Rioja Alta durante el medievo dejó su huella en piedra, jalonando sus valles de castillos, fortalezas y poblados amurallados.

SagazarraEl escarpado terreno de Nájera fue asiento de una importante fortaleza árabe y después cristiana. Sobre los cerros de La Mota y Malpica se levantaron sendos castillos, de los que hoy en día quedan escasos restos de un muro de sillería y una torre cilíndrica sobre el primero de ellos. En Torremontalbo se alza la torre fuerte de los Zúñiga, construcción de planta cuadrad en sillería, propiedad de los Condes de Hervías desde el siglo XIV. El conjunto es muy armónico, junto al palacio, iglesia y jardines. Muy cerca se encuentra el mirador de castillos de San Asensio que permite contemplar un amplio panorama sobre el valle del Ebro con las siluetas de los castillos de Davalillo, San Vicente de la Sonsierra y Briones, próximas paradas. El primero de ellos, Davalillo, alzado sobre un otero, tiene una impresionante planta poligonal que sirvió de asiento señorial a los Manrique, Duques de Nájera, y fue causa de enfrentamientos con los Velasco, condestables de Castilla.

Castillos Riojanos- Leiva

Leiva

Sobre una destacada colina, Briones fue plaza fuerte con recinto amurallado en todo su perímetro, del que en la actualidad quedan sólo dos de sus seis puertas, la Puerta de la Villa y la de la Media Luna, así como parte de la cerca y de la torra del homenaje. Desde aquí, cruzando el Ebro, se llega a San Vicente de la Sonsierra, que conserva restos de un castillo- fortaleza con tres recintos muy diferenciados: lo que era el castillo, la torre del homenaje y la torre del reloj. El último paso de la ruta es Haro, donde existió una ciudadela con castillo y murallas cercando el recinto. De éstas quedan las puertas de Santa Bárbara y la de San Bernardo, protegida por un torreón de planta cuadrada. Muy cerca, en el mismo término, están los riscos de Bilibio que sirvieron de asentamiento a una de las fortalezas más legendarias de La Rioja: Castrum Bilibium.

RUTA 3- VALLE DEL IREGUA.

Esta ruta se adentra por los poblados bosques del camero Nuevo. En los escarpes rocosos de los ríos riojanos se asentaron las poblaciones existentes ante las invasiones árabes y se crearon los primeros núcleos de resistencia en construcciones rupestres, Peñas Bravas, es Viguera un lugar muy adecuado para su contemplación, además de que fue asiento de un importante castillo árabe en los primeros tiempos de la invasión. Mas tarde, tras la reconquista cristiana, el rey navarro Don García lo hizo cabeza de un reino para su hijo Don Ramiro. Pocos restos quedan y de muy difícil visita, pero en la orilla opuesta del río, en una gran oquedad rupestre, se cobija la pequeña ermita románica de San Esteban que bien merece una visita. En un estrecho barranco y velados por el espeso bosque de matorral, se esconden “Las Cuevas y Palacios” de Castañares de las Cuevas, buen ejemplo de fortificación rupestre que guardaba la entrada al valle del Ebro. Ascendiendo junto al Iregua llegamos a Nieva de Cameros, cuyo castillo roquero, alzado sobre un peñasco que domina el pueblo, es de difícil acceso. Su estado ruinoso no le quita belleza, y domina la silueta de lo que fuera la torre del homenaje.

 Asensio de Avalillo

San Asensio

Finaliza esta ruta en Lumbreras, que cuenta con una cuidada torre fuerte de sillarejo con planta cuadrada y contrafuertes circulares en sus esquinas. Esta construcción está adosada a la ermita de Santa María de la Torre y hace las veces de sacristía en su planta baja. De vuelta a Logroño son visita obligada los restos de lo que fue la muralla de la ciudad, con el torreón cilíndrico del Revellín que protegía al aún conservada Puerta del Camino, con su bella carga heráldica.

RUTA 4- VALLES DEL LEZA Y JUBERA.

La cuarta ruta permite la visita de castillos privilegiados tanto por su importancia histórica como por su entorno. Iniciamos la partida desde Logroño en dirección a Agoncillo en cuyo centro se alza el palacio fortificado de Aguas Mansas. Su planta rectangular irregular flanqueada por cuatro torreones en sus ángulos guarda en su interior un hermoso patio con columnas toscanas y un aljibe. En Jubera, alzado sobre la cima de un empinado cerro calizo, se asienta su castillo desde donde se domina el valle del mismo nombre. Su arquitectura revela que sus orígenes constructivos fueron musulmanes, pero a lo largo de su historia fueron numerosas y complejas las ampliaciones que modificaron su conjunto. Bajo la base del castillo se conserva una cueva natural con gráficos de época medieval, de difícil y peligrosa visita si no se va muy bien equipado. A lo largo de esta ruta se suceden bellos paisajes hasta alcanzar la siguiente escala que está en Clavijo.

Castillo de Clavijo

Castillo de Clavijo

Esta localidad cuenta con uno de los más emblemáticos castillos roqueros de La Rioja. Se compone de dos elementos muy claros, una torre del homenaje y una cortina de murallas. Se puede decir que historia y leyenda se dan la mano en Clavijo. Desde aquí volvemos a Logroño donde finaliza el recorrido.

RUTA 5- VALLE DE CIDACOS.

La huella de la historia está también muy presenta en esta ruta que se plantea con salida en Calahorra y llegada a Enciso, ascendiendo para ello por el valle del Cidacos. En la ciudad de Calahorra hubo un castillo medieval en el lugar donde hoy está la iglesia de San Francisco y fue ciudad amurallada con varias puertas de las que hoy sólo se conserva lo que pudo ser la antigua Puerta de Tudela. Quel es nuestra siguiente parada para visitar su castillo medieval asentado al borde de un impresionante farallón rocoso. Su torre está rodeada por una cerca muy irregular reforzada por dos torreones cuadrados. Desde Quel nos acercamos a Arnedo, que conserva los restos de un poderoso castillo roquero de arenisca rojiza de la zona. De allí partimos hacia Préjano para contemplar su torre fuerte pentagonal reforzada por grandes muros en talud. Continuamos en nuestra ascensión por el valle, siguiendo el recorrido del río Cidacos, hasta llegar a Arnedillo donde aún se puede visitar la torre fuerte de lo que antaño fue su castillo y un lienzo de muralla que lo pone en contacto directo con la montaña. Esta localidad es clave para hacer un alto en el camino y disfrutar de sus beneficiosas aguas termales antes de finalizar la intensa jornada en Enciso, guardián de uno de los castillos más antiguos de La Rioja, cuya planta ovalada se adapta al cerro en el que se construyó.

RUTA 6- VALLES DEL ALHAMA Y LINARES.

Castillos riojanos- Cornago

Castillo de Cornago

Iniciamos esta ruta en Aguilar del Río Alhama, cuyo valle fue tránsito de importantes poblamientos. Los restos de su castillo, situados en lo alto de un cerro, permitían la protección no sólo de la villa sino también de su rica vega. A sólo dos kilómetros está Inestrillas que conserva un importante testimonio de fortificación rupestre. Estas construcciones, que constituyeron sistemas defensivos en la época altomedieval, están adosados al escarpe rocoso sobre el río protegiendo la primitiva población asentada en las grutas naturales de arenisca. De todo ello queda una imponente torre fuerte rematada con almenas engarzada a la pared rocosa.

De camino hacia Cervera se puede hacer una parada en el yacimiento de Contrebia Leukade, donde se conservan los restos de una antigua población celtíberica.

Ya en la localidad de Cervera del Río Alhama, sobre la impresionante Peña de San Antonio, se alzan las ruinas de lo que antaño fue una gran fortaleza defensiva. A partir de aquí 23 kilómetros nos separan del final de la ruta en Cornago. Su castillo está asentado sobre un cerro que domina la población y es un buen ejemplo de fortaleza bajomedieval de planta rectangular y torres en sus ángulos. La restauración que se llevó a cabo en los años 80 del presente siglo nos permite ver con gran nitidez su estructura original. Gran parte de la historia de esta construcción está relacionada con la familia de los Luna, cuyo miembro más conocido fue el Papa Luna, Benecicto XIII.

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