Aproximaciones a la configuración de la identidad en la cultura y sociedad hispanas e italianas contemporáneas.
La identidad colectiva supone la imposición y transmisión de los rasgos culturales de un grupo y la referencia política a la necesidad de fortalecer dicha identidad. La relación entre identidad y espacio se ha explorado habitualmente a partir de la noción de identidad cultural, sobre todo en relación con grandes acontecimientos históricos, tradiciones y lugares destacados. Aunque Tim Edensor afirma que la cultura popular y el día a día, lo cotidiano, contribuyen a la construcción de una identidad cultural más allá de ceremonias, alta cultura, instituciones y hechos políticos o históricos (Edensor, 2002: 12–23[1]).
La globalización genera nuevas identidades al abrirse y cambiar las fronteras, pero, a la vez, ciertos grupos se resisten a abandonar las suyas, que consideran amenazadas. Los individuos se preguntan quiénes son, lo que lleva a la reflexión, pero, al no estar solos, tienen que intentar definir el grupo dentro del que se encuentran, lo que lleva también a definir a los otros grupos. El ser humano necesita estar dentro de un orden social, y esto solo se consigue si se encuentra vinculado a un sistema del que participan otros miembros que poseen el mismo objetivo y con los que existe una relación de igual a igual, regidos por unos mismos principios, que poseen prestigio en ese grupo. Los miembros del grupo que siguen tal doctrina o modo de vida están en el lugar adecuado; los que se apartan quedan excluidos, sin apoyo institucional de ningún tipo, sin posibilidad de ayuda.
[1] Edensor, T. (2002): National Identity, Popular Culture and Everyday Life, Oxford/Nueva York, Berg.
Obra Coord. por:
Teresa Fernández Ulloa y Miguel Soler Gallo.
Formato: 17×24 cm
ISBN: 978-84-948393-8-2
Páginas: 268
Encuadernación: Tapa blanda (cartulina 240 g)
Año de publicación: 2020
Lugar de publicación: Madrid
Última edición: 2020.
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