Exposiciones

Ricardo Cárdenes. Escapando, exposición retrospectiva

Ricardo cárdenes escapando

Exposición retrospectiva del artista grancanario Ricardo Cárdenes en el Centro de Arte La Regenta. Inauguración 22 de julio.

El proyecto aborda la producción de este artista silente, cuya obra pasó de forma discreta por los circuitos del arte en España.

El Centro de Arte La Regenta presenta la exposición Ricardo Cárdenes. Escapando, una aproximación a la obra de Ricardo Cárdenes (Las Palmas de Gran Canaria, 1942-2019), artista que realizó la mayor parte de su producción en Madrid, donde ejerció la docencia como profesor de Dibujo en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense. La muestra está integrada por medio centenar de piezas realizadas por este creador silente desde finales de los años setenta, la mayoría sobre papel en mediano formato. Las últimas corresponden a 2018, año anterior al del fallecimiento del artista.

Representado en colecciones como la del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Centro Galego de Arte Contemporánea, el Banco de España, el Museo Pablo Serrano o la Fundación Coca Cola y numerosas colecciones privadas, Ricardo Cárdenes abordó el dibujo como práctica y como concepto. Su obra es de una coherencia formal infrecuente, incluso cuando, durante un tiempo, tomó una apariencia claramente pictórica. Para este artista dibujar era una maduración demorada en la que los ingredientes «caían» en un soporte que muchas veces no era neutral: un mapa topográfico, una carta marina, un patrón de costura….

Cárdenes abordaba sin concesiones la tarea de construcción de imágenes. La suya era una lenta acumulación de signos, manchas, símbolos, arrugas, grafismos, siluetas, marcas, líneas, raspaduras, rayados, letras, adherencias, … Un hacerse despacio a la espera de «algo» que le indicase la vía para resolver la maraña en la que él mismo se iba encerrando. Era una activa espera a que las cosas se hicieran. Era propiciar que las imágenes cayeran por su peso cuando llegara el momento.

En el texto del catálogo que acompaña a la exposición, Ignacio Barcia dice:

En una imagen de R.C., en un dibujo, el silencio viene de antes, no hay después sino solo presente, el tiempo detenido, un remanso, una acumulación. Un dibujo es un contenedor de tiempo perdido. Una obra de arte que es un dispositivo que funciona como una especie de recuerdo. Ciertamente lo que acontece ahora es, en un sentido literal, una ausencia de discurso. Ya nada discurre, a partir de aquí otra cosa acontece, cualquier discurso es un añadido, un postizo, ortopedia, ventriloquía… Se acabó.

Por su parte, Mariano de Santa Ana se dirige al artista fallecido en una carta escrita al efecto para la publicación:

Este catálogo sale sin nuestra entrevista. De modo que no he podido preguntarte por los dibujos de otros, como habíamos pactado, la mejor manera de lograr que hables sobre ti mismo. Así que no me dices nada aquí sobre el boceto a la sanguina de la Virgen con el Niño de Miguel Ángel, con ese niño que, de tan pétreo como parece, sospechabas que inspiró a Duchamp para With My Tongue in My Cheek. Nada me dices tampoco sobre los dibujos de la serie Eurasia de Beuys, ni sobre los mapas de Tomás López de Vargas-Machuca, exhibidos en la exposición Cartes et figures de la Terre del Pompidou, donde estuvo también el mapa japonés que inspiró el mapa de tu vida. Ni media sobre el boceto del Retrato del Condé Molé, con cuyo vacío Ingres trazó la silueta de un fantasma; sobre Krazy Kat —que fascinantes los árboles de estas tiras cómicas ¿verdad?—, sobre por qué te gustaban tanto los dibujos de arquitectura de Le Corbusier y de Frank Lloyd Wright y tan poco, en cambio, los de Álvaro Siza. (…)

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