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Catedral de Santa María de Calahorra

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La catedral de Calahorra surge del martirio de los legionarios romanos Emeterio y Celedonio, decapitados, según la tradición, hacia el año 300 en este mismo lugar, la veneración por este martirio, explica su insólito emplazamiento: a extramuros de la ciudad, en su parte más baja y a orillas del río Cidacos.

En este lugar en el siglo IV existía ya un baptisterio- al que dedicó un himno, el calagurritano Aurelio Prudencio_ ; más tarde una iglesia, destruida por los árabes; con la reconquista de la ciudad se construye un templo de estilo románico y a finales del siglo XV, comienza la construcción del edificio actual. Las obras duraron más de doscientos años, por lo que en ellas quedaron reflejados los gustos y formas de los siglos en que se realizaban.

Portada de San Jerónimo

Portada de San Jerónimo

En su exterior destacan:

La torre que consta de seis cuerpos, los cinco primeros terminados en 1532, con la colocación del escudo del obispo don Alonso de Castilla. En el siglo XVII se construye el actual chapitel, que constituye el sexto cuerpo, añadiéndosele en el siglo XIX las torrecillas de los ángulos.

La portada principal, realizada entre 1680 y 1700 por los hermanos Juan y Santiago Raón, tiene forma de retablo barroco con tres cuerpos y remate en frontón triangular.

De mayor calidad artística en la portada de San Jerónimo, que rompe la austeridad decorativa del muro norte y concentra la mayor decoración del edificio, mezclándose en ella los estilos gótico y renacentista, en sus fases plateresca y manierista. En el cuerpo superior, el más antiguo del año 1520, destaca la escena de la Coronación de la Virgen, entre los Santos Emeterio y Celedonio, patronos de la ciudad y la diócesis de Calahorra.

Ha sido restaurada en 1996.

El interior de estilo gótico desde los pies hasta el crucero, se hizo entre los años 1484 y 1526 comenzando las obras por Juan de Arteaga y Pedro Sánchez de Lequeitio, y terminándolas Pedro y Juan de Olave. Del mismo estilo, pero con claras influencias renacentistas, es el presbiterio construido entre 1565 y 1577 por Juan Pérez de Solarte y su hijo de igual nombre. El último de estos comienza al girola en 1595, terminándola Andrés de Ibarra en 1612. finalmente, Juan de Urruela realiza las capillas radiales a partir de 1623.

Altar de San Pedro

Altar de San Pedro

Dentro de la catedral se pueden admirar dieciséis capillas con sus correspondientes retablos, realizados desde el siglo XVI al presente. Su construcción a través de tan dilatado espacio de tiempo, hace que presenten una variedad de estilos y formas, constituyendo una verdadera síntesis de la historia del arte.

Sobresale sobre todos ellos, el altar de San Pedro, restaurado por los “Amigos de la Catedral” en 1996, extraordinario y artístico retablo de estilo plateresco, data de 1524 y está realizado en alabastro, ejemplar único de toda la Comunidad de La Rioja; también plateresco, y asimismo recientemente restaurado, es el retablo de la Visitación de 1520; es clasicista el retablo del Espíritu Santo (siglo XVII), de estilo barroco son las capillas de la Inmaculada y Niño Jesús, (ambas de 1735), churrieguerescos son, entre otros, los retablos de san Juan Bautista y Nª . Sra. Del Pilar (siglo XVIII), son varios los de estilo rococó entre los que destacan el de los Santos Mártires, San José y el de los

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Vista general del Coro

Reyes. Por último el altar mayor se realiza en el año 1904, sustituyendo a otro anterior de estilo clasicista, que se incendió en 1900.

En la nave central, destaca sobremanera el coro, con una impresionante sillería, obra maestra del estilo plateresco, fue tallada entre 1532 y 1538 por Guillén de Holanda; lo cierra una maravillosa reja construida por Pedro Lazcano en 1620, y el órgano se encierra en una caja rococó del 1757.
Además de su elevado valor intrínseco son especialmente queridas por los calagurritanos; las urnas que contienen los restos de los Santos Emeterio y Celedonio, de forma gótico. Renacentista, construidas en 1513, la “Pila de los Santos”, grandiosa pila bautismal gótica de forma lobulada, que según la tradición está colocada en el lugar exacto del martirio de los Santos Mártires y la imagen del Cristo de la Pelota, talla románico- gótica, su título le viene de una leyenda popular.

La sacristía llamada de los Espejos, sorprende por su amplitud y su decoración; en su forma actual data del siglo XVIII y es un claro ejemplo del estilo rococó, actualmente contiene piezas interesantes de bordados, libros, pintura y orfebrería, destacando sobre todas, la custodia conocida por “El Ciprés” de estilo gótico, realizada por Johann Delaz en 1462, es una de las más antiguas de España.El claustro es de estilo gótico- renacentista, fue construido por Juan y martín de Olave, que interrumpieron sus obras en 1549 y que nunca se llegó a terminar, aunque en su ala este fue ampliado entre 1970 y 1975, imitando el estilo preexistente. Hoy en día, convertido en Museo Diocesano cobija en su interior muy interesantes y variadas piezas de arte religioso, de los más diversos estilos, y de muy distintas procedencias, que retiradas del culto, han sido recogidas de diferentes lugares de la diócesis.

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Museo Diocesano

Cerca del Museo se encuentra un impresionante archivo catedralicio que está considerado como uno de los mejores del norte de España

 

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