Goya y los orígenes de la colección Banco de España. 2328 reales de vellón, la primera exposición de este programa que acoge el renovado chaflán de Cibeles, tiene como objetivo mostrar cómo se configuraron los primeros setenta y cuatro años de este fondo patrimonial, entre 1782 y 1856, justo cuando el Banco de España toma su actual nombre.
La muestra (comisariada por Manuela Mena, una de las mayores expertas en la pintura del siglo XVIII y en la figura de Francisco de Goya, y por la conservadora del Banco de España, Yolanda Romero) estudia el papel desempeñado por el Banco de San Carlos y por los demás bancos antecesores del Banco de España en los orígenes de esta colección. Y lo hace no solo a través de un magnífico conjunto de pinturas, sino también mediante piezas de artes decorativas o de documentos, impresos, libros o billetes conservados por el Archivo Histórico y la Biblioteca del Banco de España.
La exposición presenta una buena parte de la galería de retratos de directores, gobernadores y personajes vinculados a la institución que ingresaron en ella durante el período analizado, y cuenta con admirables ejemplos, como los debidos al magisterio de Francisco de Goya, Mariano Salvador Maella, Vicente López, Federico de Madrazo, Antonio María Esquivel o José Gutiérrez de la Vega. Todas las obras expuestas, en suma, construyen un relato que nos acerca la historia de la institución a través del arte, los documentos y los personajes representados.
A lo largo de la historia del Banco de España, coleccionar ha sido una suerte de actitud precursora de la moderna responsabilidad social institucional: una manera de retornar parte de los beneficios de la institución a la sociedad, a la vez que un apoyo constante a la creación y a los creadores de cada momento histórico. Esta labor, prolongada a lo largo de casi doscientos cuarenta años, ha propiciado que hoy esta institución cuente con una de las colecciones corporativas más importantes del país y de los bancos centrales de nuestro entorno. Y, en relación con este excepcional conjunto patrimonial, nos hemos propuesto como objetivo darlo a conocer y difundirlo entre la ciudadanía, a través de diversas herramientas.
Recientemente, la edición en tres volúmenes del catálogo razonado Colección Banco de España y la puesta en marcha de una web patrimonial han hecho posible poner al alcance de la sociedad más de 1500 obras de nuestros fondos. Pero, a pesar de que las nuevas tecnologías ayudan a divulgar y a expandir el conocimiento de esta colección, la experiencia física del arte sigue siendo insustituible, especialmente en estos momentos en los que lo digital ocupa gran parte de nuestras vidas. Por ello, la inauguración de un espacio expositivo en el chaflán de Cibeles es una gran noticia para los amantes del Arte. Tras un cuidadoso proyecto de adecuación que ha dotado a esta sala de las condiciones de conservación y seguridad necesarias, se ha rescatado para el uso público una de las entradas históricas y representativas del edificio tradicional que nos permitirá difundir, a través de la puesta en marcha de un programa de muestras temporales a largo plazo, el acervo cultural y artístico de esta institución.
Yolanda Romero, Conservadora:
Esta muestra constituye el inicio de un programa que se propone mostrar a la sociedad el valioso legado artístico y documental que el Banco de España ha ido reuniendo a lo largo de su dilatada historia, iniciada en pleno Siglo de las Luces. No es la primera vez que esta institución ha puesto a disposición del público interesado su patrimonio, pero con esta iniciativa se quiere contribuir a la difusión de estos fondos de manera sistemática y con vocación de permanencia, haciendo más accesible la institución a quienes quieran acercarse a conocer nuestra historia.
Tenemos que remontarnos a 1982 cuando —coincidiendo con el bicentenario de la creación del Banco de España—se acometió un gran proyecto expositivo que permitió ver, distribuidas en diversas salas y espacios de la sede de Cibeles, una buena parte de su colección histórica. Aquella muestra, comisariada por José María Viñuela, trataba de presentar la génesis y el desarrollo de la institución bancaria desde sus orígenes hasta 1982. Desde ese momento a nuestros días han sido muchos y variados los esfuerzos por compartir este legado a través de medios diversos: publicaciones, préstamos de obras de arte en muestras temporales, exposiciones itinerantes o visitas patrimoniales a sus edificios. Pero en pleno siglo XXI el Banco de España ha situado en su hoja de ruta como objetivo estratégico la difusión de su acervo cultural y artístico a través de diversos instrumentos como la realización del catálogo razonado de su colección, la puesta en marcha de su primer portal patrimonial y el inicio de un programa de exposiciones que irá mostrando en los próximos años, a través de diferentes miradas curatoriales, selecciones del mismo.
2328 reales de vellón es una indagación sobre cómo se conformaron estos fondos patrimoniales entre 1782 —año de la fundación del Banco de San Carlos— y los primeros años del Banco de España, surgido con su nombre actual en 1856, tras la fusión del Banco de San Fernando y el Banco de Isabel II, y cómo estos inicios condicionaron la evolución de la colección posteriormente.
La muestra analiza el papel desempeñado por los bancos antecesores en la configuración de este legado artístico no solo a través del magnífico conjunto de pinturas encargadas o adquiridas durante el periodo histórico analizado, sino también a través de los documentos, libros, impresos o billetes procedentes del Archivo Histórico y la Biblioteca del Banco de España. Junto a la galería de retratos oficiales integrada por las representaciones de directores, gobernadores, miembros de la monarquía y otros personajes vinculados con la historia de la institución, también se exhiben algunos elementos de su fondo de artes decorativas como relojes, mobiliario o elementos de platería.
2328 reales de vellón es la cantidad que aparece consignada en uno de los libros de contabilidad del Banco (véase imagen), a nombre de Ceán Bermúdez, para que ejecutase el pago a Francisco de Goya por el retrato de José de Toro y Zambrano, primer director del Banco de San Carlos. Esta cifra refleja varias circunstancias que han marcado los orígenes y el devenir posterior en la formación de este fondo artístico. La certera elección de Goya por los primeros directivos del Banco como uno de los artistas a los que confiar la tarea de salvaguardar la memoria de la institución inicia la tradición, conservada hasta el presente, de encargar retratos oficiales de los dirigentes vinculados al establecimiento. Esta tradición ha dado lugar a una galería de imágenes que con el paso del tiempo se ha convertido, en palabras de Javier Portús, en «uno de los mejores conjuntos que existen para estudiar la evolución del retrato oficial en España desde el final de la Edad Moderna y durante toda la Edad Contemporánea».1 La elección de Goya ejemplifica, asimismo, el apoyo brindado a los artistas contemporáneos de cada momento histórico. Una política artística que no era frecuente en otras instituciones coetáneas, que solían recurrir a la adquisición de obras de grandes artistas del pasado,2 y que ha distinguido la evolución de esta colección hasta el presente. Los objetivos con respecto a los primeros encargos y adquisiciones no eran solo conservar la memoria de la institución, o un signo de gratitud con sus dirigentes, sino que respondían también al ideal ilustrado del fomento y el progreso del arte, y a la firme creencia en el mecenazgo como instrumento para el sostenimiento y el impulso de la creatividad.
A estos fines se debe, además, no solo el encargo de retratos oficiales, sino la contratación de otros creadores en ámbitos muy variados como las artes decorativas, el diseño de billetes, la elaboración de documentos y libros, o el desarrollo de sus proyectos arquitectónicos. De ahí que hayamos escogido una selección de diversos elementos que formaron parte de la vida cotidiana de los llamados bancos antecesores: desde objetos decorativos o o de representación a aquellos otros ligados a su actividad financiera (cédulas, acciones, actas, memorias, etc.). Todos nos hablan de la historia del Banco de España, pero también de la sociedad del momento. La presencia de relojes en la muestra documenta, por ejemplo, la afición a estas máquinas de medir el tiempo que se despierta en las elites ilustradas, reforzada a partir de la creación de la Real Fábrica de Relojes, que estuvo en funcionamiento entre 1788 y 1793. Hemos incluido tres ejemplares, con sus sonerías originales, que dieron las horas en las salas y despachos de sus sedes. Dos de ellos probablemente elegidos —o adquiridos— por consejo de Francisco de Cabarrús, gran coleccionista de relojes, según se desprende del inventario de su testamento, y responsable, junto con el conde de Altamira, de dirigir las reformas y el ornato de la sede primitiva del Banco en la calle de la Luna. A partir de entonces, este instrumento ha tenido una gran presencia en la institución no solo con piezas destinadas a despachos o salones, sino también con relojes arquitectónicos que han presidido sus edificios o espacios de representación.
Los directores del Banco de San Carlos buscaron una sede noble y representativa con despachos, biblioteca, archivo, salas de juntas y un oratorio, esencial en aquel tiempo. En 1782 el Banco se instaló en la calle de la Luna en un edificio del conde de Sástago, pero el éxito de la nueva institución determinó el encargo de otro, diseñado por Pedro Arnal y concluido en 1785.
El retrato de Carlos III —según la efigie oficial del monarca de Anton Rafael Mengs— y los de los príncipes de Asturias se encargaron al pintor de Cámara, Mariano Salvador Maella, quien declinó, por su excesivo trabajo para el rey, proponiendo que los ejecutara su taller. A él se debe, sin embargo, el cuadro que presidia el Oratorio, dedicado a San Carlos Borromeo, santo patrono del rey. También se adquirieron para este espacio otras pinturas de asunto religioso: La Virgen del lirio y La Degollación de San Juan Bautista. La cruz de plata fundida y cincelada en talleres madrileños presidía desde el altar los juramentos oficiales y su inscripción, «FIDES PVBLICA, BANCO NACIONAL DE SAN CARLOS», era garantía de la buena fe de las transacciones bancarias.
– Con motivo de la muestra se ha editado un catálogo que recoge las obras expuestas acompañadas de comentarios e investigaciones de especialistas, así como los textos de las comisarias y ensayos de otros autores (Ismael Amaro, Carlos G. Navarro, María de Inclán, Pablo Marin Aceña, Joaquin Selgas y Elena Serrano) que se puede descargar gratuitamente en este enlace Catalogoexpo2328realesdevellon(14 MB).
Más información: Colecciones Banco de España
Organiza: Banco de España
Comisarias: Manuela B. Mena Marqués Yolanda Romero
Fechas: Del 14 de Octubre 2021 al 26 de Febrero 2022.