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Nájera, Corte de reyes

Nájera-La Rioja

Nájera, Corte de reyes.

SITUACIÓN GEOGRÁFICA

Nájera está situada en la Rioja Alta, a orillas del río Najerilla, que la atraviesa y divide en dos partes: a la izquierda, el casco antiguo, o Barrio de Adentro, con sus históricos monumentos, y a la derecha, el Barrio de Afuera, con modernas edificaciones y su gran expansión industrial. Ambas márgenes están unidas por una pasarela peatonal y por un puente de piedra, sucesor del que construyera San Juan de Ortega en el siglo XII.

Se encuentra al SO. de Logroño, del que dista 26 Km., y se tiene acceso a ella por la N-120 de Burgos a Logroño, o por la autopista Vasco- Aragonesa A-68. la estación de ferrocarril más próxima es cenicero, a 10 Km, en la línea Castejón- Miranda de Ebro. Su altitud sobre el nivel del mar es de 485 metros. Está abierta a los vientos fríos del Norte y a los calurosos del Sur, pero protegida de los atlánticos por pequeños cerros de pinos, que no superan los 670 metros, cuyos nombres son : Malpica, Cerro de la horca, Malvecino, la Atalaya y El Castillo. Esta situación convierte a Nájera en un lugar de clima privilegiado, con veranos frescos e inviernos benignos.

El municipio, de 39,84 kilómetros cuadrados, cuenta con unos 7.200 habitantes de derecho y es cabecera y centro comercial de una amplia comarca que se extiende desde Canales, en la Sierra de la Demanda, y las Viniegras, en la de Cameros, hasta Torremontalbo, donde el Najerilla desemboca en el Ebro.

HISTORIA.

Nájera es una ciudad de origen prehistórico. Tierra de paso, situada en lugar estratégico, vivió diferentes culturas y colonizaciones: íberos, celtas, pelendones, autrigones, vascones, berones, romanos, suevos, árabes…

Desde principios del siglo X se menciona Nájera en las narraciones sobre las continuas luchas entre moros y cristianos. A la población le dieron los árabes el nombre de Náxara (“Lugar entre peñas” o “Lugar al mediodía”) y a su río Nalia le llamaron Naxarilla.

Fue reconquistada definitivamente por Ordoño II de León el año 923, en colaboración con Sancho Garcés I de Navarra (905-925). Este la incorporó a su reino, junto con el Ducado de Cantabria, donándola a su hijo García Sánchez I (925- 970), con la denominación de “Reino de Nájera”.

Posteriormente, a lo largo de los siglos X y XI, se convirtió en la capital efectiva del extenso reino de Nájera- Pamplona. En ella reinaron sucesivamente Sancho Garcés II Abarca (970- 994), García Sánchez II el Temblón (994-1004) y Sancho Garcés III el Mayor (1004-1035). Con este monarca, denominado “Rex Hispaniarum”, alcanzó Nájera la cima de su fama y esplendor, como capital de un gran imperio que abarcaba todas las tierras reconquistadas hasta el momento, y se extendía desde las costas de Galicia hasta el Condado de Barcelona y más allá de los pirineos hasta Toulouse. En aquella época Nájera fue escenario de transcendentales acontecimientos en la historia de España. Aquí sancho III celebró Cortes y otorgó el famoso Fuero de Nájera, origen de la legislación navarra y base del derecho nacional. Durante su reinado se acuñó en Nájera la primera moneda de la Reconquista. Favoreció las peregrinaciones a Santiago de Compostela, estableciendo alberguería y hospitales, y convirtiendo a la ciudad en punto clave de la ruta jacobea.

A la muerta de sancho el Mayor, el vasto imperio se repartió entre sus hijos García, Fernando, Ramiro y Gonzalo, convirtiéndose Nájera en cuna de los reinos de Navarra, Castilla y Aragón. En Nájera se quedó su primogénito, el rey Don García (1035- 1054), apodado “el de Nájera”, porque nació, vivió y fue enterrado en esta ciudad. Fue un gran rey, típico representante de los monarcas medievales.

Conquistó Calahorra a los moros, y entre sus grandes obras figura la fundación del monasterio de Santa maría la Real de Nájera, de originario estilo románico- visigótico, y el primitivo monasterio de San Millán de Yuso. También instituyó la Orden Militar de los caballeros de la Terraza o de la Jarra, primera que se fundó en España. Murió en la batalla de Atapuerca (Burgos) en lucha contra su hermano Fernando, rey de Castilla, el 1 de septiembre de 1054.

Tumbas de monarcas medievales

Tumbas de monarcas medievales

Le sucedió su hijo Sancho Garcés IV el Noble o el de Peñalén (1054- 1076), que guerreó contra los moros de valí de Zaragoza, al que convirtió en tributario. Unido a su primo sancho Ramírez de Aragón, hizo frente a los intentos anexionistas del rey de castilla. Murió en Peñalén- actual Funes (Navarra)-, despeñado por su hermano bastardo Ramón.

A su muerte, la parte navarra del reino quedó anexionada a la corona de Aragón; y Nájera, Calahorra y otras plazas fronterizas fueron incorporadas al reino de Castilla por Alfonso VI, que alegaba derechos hereditarios.

A partir de entonces, habiendo declinado su esplendor, Nájera pasó a convertirse en residencia preferida de monarcas y nobles castellanos, y en testigo de sus disputas, intrigas y batallas.

En 1136 Alfonso VII el Emperador estableció en ella su corte, convocando en Nájera las Cortes del Reino dos años después. Finalmente, dona el Reino de Nájera a su hijo Sancho III el Deseado. Alfonso VIII, el de las Navas, hijo del anterior y de Doña Blanca de Navarra, también nacido en Nájera, anexiona definitivamente La Rioja a Castilla.

La ciudad aún fue testigo de hechos notables, como la proclamación de Fernando III el Santo como Rey de Castilla el 1 de mayo de 1217, o la célebre Batalla de Nájera en 1367 entre las tropas de Pedro I el Cruel y su hermano bastardo Enrique de Trastámara. Juan II la honró con el título de Ciudad en 1438, y Enrique IV le concedió los apelativos de “Muy Noble y Muy Leal” en 1454. En 1465 donó la ciudad a D. Pedro Manrique de Lara, a quien los Reyes Católicos confirmaron en esta donación en 1482, otorgándole, además, el título de Duque de Nájera (“Duque Forte”).

El emperador Carlos I visitó Nájera tres veces y Felipe II una vez, de paso para las Cortes de Tarazona.

Durante la guerra de la Independencia contra las tropas de Napoleón fue ocupada por los franceses, que confiscaron bienes e impusieron fuertes contribuciones a los najerinos, saqueando cuanto se valor material y artístico hallaron en la ciudad.

MONUMENTOS.

Santa María la Real es el monumento más importante de Nájera y centro de interés histórico y artístico de la ciudad. El monasterio fue fundado en 1052 por el rey Don garcía el de Nájera y su esposa Doña Estefanía de Foie, hija de los Condes de Barcelona, a raíz del hallazgo de una misteriosa imagen de la Virgen en una cueva, según cuenta la leyenda a la que dieron origen los monjes cluniacienses en el siglo XVI. De este primitivo conjunto monasterial, románico de tres naves apenas quedan vestigios, ya que sobre él se edificó el actual entre los años 1422 y 1453, siendo prior D. Pedro Martínez de Santa Coloma. En los siglos XV y XVI se fueron completando las diversas partes que forman el complejo monumental. Durante la Guerra de la Independencia sufrió cuantiosas pérdidas y saqueos por las tropas napoleónicas. Fue declarado monumento nacional por Real Orden de 17 de octubre de 1889.

Santa María la Real

Exterior Santa María la Real

El conjunto monumental consta de cuatro partes principales: la iglesia, el coro, el panteón Real y el Claustro de los Caballeros.

La iglesia, construida a mediados del siglo XV, es de bellas proporciones, con tres naves y crucero, sostenidos por diez columnas. Vista desde el exterior, sorprende por la severidad de sus formas, con aspecto de fortaleza, carente de ventanales. Son originales los contrafuertes cilíndricos de la cabecera y crucero del templo. La torre tiene forma prismática cuadrangular. En la construcción del templo confluyen varios estilos: gótico, plateresco, renacimiento, churrigueresco, etc. Las bóvedas son de crucería sencilla. El retablo del altar mayor data de principios del siglo XVIII, de estilo barroco, y sustituye a otro anterior atribuido a la escuela flamenca, que se conserva en parte en el Museo de Amberes. En el centro aparece la imagen sedente de santa maría la Real, sosteniendo al Niño en su rodilla izquierda. Se trata de una talla policromada prerrománica de tipo bizantino, y se cree que fue hallada en el año 1044 por el rey Don García. Los ricos tesoros que rodeaban a la imagen han desaparecido, el más famoso, un excepcional rubí, constituye en la actualidad una de las joyas más preciadas de la corona británica.

A la izquierda del altar mayor se encuentra el sepulcro de los Duques de Nájera, de mármol oscuro y estilo renacimiento. Lo mandó construir el primer Duque de Nájera, D. Pedro Manrique de Lara ,y en él reposan varios miembros de la familia.

Sillería del Coro- Nájera

Sillería del Coro

El coro fue tallado entre los años 1490 y 1493 por los famosos maestros judaizantes Andrés y Nicolás. Es notable la puerta de entrada. La sillería, tallada en nogal, se compone de 36 asientos, más otros cinco respaldos, en la parte alta, y 27 en la baja. Es una obra maestra del gótico florido y, dentro de su género, está considerada como uno de los máximos exponentes de este estilo en España por su elegancia, ligereza y delicada ejecución. Las tallas representan profetas y personajes del antiguo Testamento y vírgenes y santos del Nuevo, junto a motivos ornamentales y grutescos de inspiración profana. Encima de la silla abacial aparece la figura policromada del rey Don García, con armadura de coraza dorada y manto azul oscuro.

El Panteón Real se encuentra a los pies de la iglesia, bajo el coro, al fondo, excavada en la roca, está la cueva en la que la leyenda sitúa la aparición de la Virgen al rey Don García. Fuera del Panteón, a la izquierda, están colocados trece sepulcros en el llamado Panteón de los Infantes; delante de la entrada está situada la tapa del sepulcro de Doña Blanca de Navarra, madre de Alfonso VIII, el de las Navas. Esta etapa del antiguo sarcófago constituye una auténtica joya románica del siglo XII.

Dentro del panteón reposan los restos de doce personajes reales, todos pertenecientes al reino de Nájera- Pamplona, excepto Bermudo III de León. Se trata de una obra escultórica del siglo XVI, renacentista en su totalidad, con algunos detalles platerescos. Es, por tanto, bastante posterior a la época en que vivieron los reyes, cuyos restos fueron trasladados más tarde a estas sepulturas.

En el centro, a ambos lados de la entrada se encuentran los sepulcros de los reyes fundadores, Don García y su esposa Doña Estefanía de Foie. A derecha e izquierda de ambos están colocados, entre otros, los sepulcros de Sancho IV el Noble o de Peñalén, Sancho Garcés II Abarca, su esposa Doña Urraca (hija del Conde Fernán González), Doña blanca de Navarra, Bermudo III de León y sancho el sabio. Siguiendo hacia el fondo de la cueva, se encuentran, a derecha e izquierda, otros cinco sepulcros.

En la cueva se venera una imagen sedente de la Virgen de Alcázar o de la Rosa en madera, de transición del románico al gótico, de finas de siglo XIII o comienzos del XIV.

El Claustro de los Caballeros es una construcción de la primera mitas del siglo XVI. Está compuesto de dos plantas. En su conjunto armonizan varios estilos: el gótico florido de las bóvedas, pilares y hornacinas con sus delicados doseletes; el plateresco presente en las esbeltas tracerías caladas de los ojivales, que se asientan sobre soportes renacentistas; y el estilo puro renacimiento, que se puede observar en las tumbas murales.

Puerta de la Luna-Nájera

Puerta de la Luna

En la prolongación del ala del lado norte del Claustro, se encuentra la Capilla de la Vera Cruz con los sepulcros de Don García Manrique de Lara, del siglo XVI y del caballero Garcilaso de la Vega, de comienzos del XIII; en el centro, el de Doña Mencía López de Haro, reina de Portugal, del siglo XIII, a sus pies, el sarcófago gótico, también del siglo XIII, de su esposa, Doña Toda Pérez de Azagra. Históricamente el Claustro fue Panteón nacional de Caballeros y centro de enterramiento de los nobles más importantes de España. De ahí su nombre. De aquellas sepulturas sólo se conservan veinte tumbas murales, aunque hasta el siglo XIX el pavimento del Claustro estaba lleno de epitafios y armas de los personajes allí enterrados.

Son destacables también la Puerta Plateresca, la Puerta de los Reyes, del gótico florido, la Puerta de la Luna y la Puerta de Carlos I, del gótico flamígero, que da acceso al Claustro. De ahí arranca la Escalera Real, renacentista, que lleva al claustro alto.

La primitiva parroquia de la Santa Cruz se fundó en 1052, y estuvo situada en una capilla dentro del Monasterio de Santa María la Real hasta su separación en 1230 por un decreto del papa Honorio III. La actual iglesia fue consagrada en 1611. El arquitecto Juan de Raona le adosó una cúpula semiesférica sobre pechinas, rematada por una linterna con cuatro ventanas. En 1936 y 1939 sufrió serios desperfectos. Fue reconstruida en 1940. el templo es una sólida construcción en piedra de sillería y consta de tres naves, con varios retablos neoclásicos y diversas tallas y lienzos. En la sacristía destaca un Cristo gótico del siglo XIII, y se guardan, además, otras tallas, lienzos y ropa litúrgica de los siglos XIV, XVI y XVII.

La antigua iglesia de San Miguel se edificó en terrenos del Monasterio en 1489. Constaba de tres naves. En la actualidad se ha reconstruido en Casa de Cultura, conservando buena parte de su originaria estructura, con un concepto arquitectónico modernista.

El Convento de Santa Elena fue fundado en el siglo XVI por Doña Aldonza Manrique de Lara. La iglesia es de cruz latina, de una sola nave, construida sobre diez columnas, con una cúpula semiesférica, que se alza sobre cuatro arcos torales. Precioso retablo mayor barroco, con imagen central de la titular de la iglesia. Fachada exterior adintelada y almohadillada, con hornacina en los alto.

Al lado de la anterior se encuentra la iglesia o capilla de Madre de Dios, también del siglo XVI, que pertenece al patronato del mismo nombre. Consta de una sola nave con cinco laterales, cubierta con bóvedas estrelladas, una sacristía y el coro.

Cercanos a la orilla izquierda del río Nejerilla, hay varios cerros formados por estratos de arenisca roja y arcillas. De todos ellos destacan El Castillo Malpica, que , por estar adosados al propio casco urbano, han constituido parte importante de la historia de la ciudad. Sus laderas atesoran los más valiosos vestigios, en su mayoría inéditos todavía, sobre sus orígenes y primer ciclo histórico. El Castillo de Nájera se menciona por primera vez en un documento de Ordoño II en 923, en el que señala que lo ganó a los moros. Fue de origen y construcción árabes. A su pie se construyó el Palacio Real o Alcázar, con el que comunicaba por medio de túneles. Puede afirmarse que estuvo muy bien fortificado y , hasta el siglo XVII, disponía de varias piezas de artillería. Aún se conservan restos de la antigua muralla y las ruinas de un torreón de defensa. En sus inmediaciones se han encontrado mosaicos sueltos y restos de cerámica decorativa.

En las paredes de El Castillo pueden observarse diversas cuevas, excavadas en la roca, de origen muy remoto, que , al parecer, fueron habitadas por monjes emeritas y sus discípulos.

El Puente sobre el río Najerilla es sucesor del que en el siglo XII reconstruyeran Santo Domingo de la calzada y San Juan de Ortega en la ruta jacobea. El primitivo puente ya existía en el 1020 y se menciona en el Fuero de Nájera. El actual fue construido por el Estado en el año 1866.

NÁJERA HOY.

La ciudad de Nájera ha sabido alternar su riquísima historia y sus célebres monumentos -ubicados en un cuidado casco antiguo- con una expansión industrial y económica envidiable. Los muebles fabricados en Nájera son famosos en toda España y conocidos en muchos mercados europeos.

Ayuntamiento de Nájera

Ayuntamiento de Nájera

Es parada obligada para los peregrinos del camino de Santiago y centro comercial, administrativo, sanitario y docente de una amplia y próspera zona de La Rioja Alta y de la Sierra. Un aspecto de carácter festivo de sus gentes queda reflejado en el casi medio centenar de pubes y discotecas, que acogen cada fin de semana a cientos de jóvenes de toda la comarca en lo que ha venido a denominarse la “movida najerina”.

Numerosas asociaciones deportivo-culturales mantienen vivas las inquietudes de la población, que dispone de diversas instalaciones deportivas, piscina, moderno frontón, campo de fútbol, camping,etc, y una plaza de toros permanente.

Con una infraestructura hostelera suficiente, la ciudad ofrece al visitante una variada muestra de la mejor cocina riojana, un clima acogedor y una hospitalidad de sus gentes.

Estas cualidades hacen de Nájera una ciudad con fuerte personalidad y muy atractiva para los miles de visitantes que se acercan a conocerla a lo largo del año, sobre todo en los meses estivales.

DESARROLLO ECONÓMICO.

La actividad agrícola en Nájera, con ser notable, ha ido cediendo terreno ante la expansión industrial. En sus casi 4.000 hectáreas de terreno se cultivan principalmente cereales, patata, remolacha azucarera, hortalizas, frutales y viñedo. La mecanización del campo está generalizada.

También la ganadería intensiva ocupa un lugar destacado en la economía najerina y se centra en granjas avícolas y de ganado ovino y porcino.

Pero en las últimas décadas la ciudad ha experimentado un enorme auge industrial, con la instalación de numerosos talleres artesanales, de forja artística, fábricas de mosaicos, industrias químicas y, sobre todo, industrias madereras. El mueble clásico, castellano o funcional es el principal producto de transformación de buen número de empresas najerinas, muchas de tipo familiar, que poco a poco han ido abriendo mercados por toda España y, a través de la Asociación “El Mueble de Nájera”, ya compiten en los europeos. Estas empresas, en franca expansión, se ubican en polígonos industriales, a los que el Ayuntamiento viene prestando atención preferente. Absorben gran cantidad de mano de obra, también de localidades cercanas, y han contribuido a un significativo crecimiento demográfico de la ciudad en los últimos años.

El resto de los comerciantes de Nájera están agrupados en la Asociación “MERCANAYARA”, desde la que promocionan sus productos.

DESARROLLO URBANÍSTICO.

Fernando el Santo. Paseo de San Julián

Fernando el Santo. Paseo de San Julián

El desarrollo de Nájera ha ido parejo a su crecimiento industrial. Del antiguo núcleo urbano, apiñado en torno al monasterio de Santa María la Real y a los pies de El Castillo y Malpica, la población ha ido pasando a la ribera derecha del río Najerilla, en donde durante las últimas décadas han surgido nuevos bloques de viviendas y centros comerciales, así como diversas instalaciones industriales, que le confieren un carácter de ciudad moderna, cuya continua expansión está contemplada en un coherente plan de ordenación urbanística.

En los últimos años el ayuntamiento ha acometido diversas obras de saneamiento y urbanización del casco antiguo de la ciudad, así como importantes obras de limpieza y acondicionamiento de las márgenes del río Najerilla y del Paseo de San Julián con la creación de un parque natural.

GASTRONOMÍA

Como ocurre en toda La Rioja, la gastronomía najerina es rica en productos de la huerta y en carnes fuertes. Entre las hortalizas, destaca el caparrón verde, famoso en toda la zona, las pochas acompañadas de codornices y las alcachofas salteadas con jamón. En cuanto a carnes, hay que reseñar el cordero asado al horno, el cochinillo y las sabrosas chuletillas de cordero asadas a la parrilla sobre brasas de sarmiento.

Otros productos típicos son el chorizo casero picante, asado a la brasa, los caracoles a la riojana y los pimientos rellenos. Es perceptivo por estas tierras regar todos estos platos con los insustituibles tinto o clarete de Rioja.

El río Najerilla también suministra a los aficionados a la pesca materia prima para la elaboración de sabrosos platos, como bobas con tomate, barbos, cangrejos picantes, lampreas, ancas de rana, exquisitos zarpeños, y sobre todo las incomparables truchas, que le han hecho famoso. Todas estas variedades las puede encontrar el viajero, bien cocinadas en los diversos restaurantes de la ciudad y en las barras de casi todos los bares.

La huerta de Najerilla es rica también en frutas, entre las que destacan el melocotón, la pera, gran variedad de manzanas, los sabrosos higos de viña y las ciruelas claudias.

FIESTAS Y TRADICIONES

Nájera celebra varias fiestas a lo largo del año. Las más coloristas y populares son las de San Juan y San Pedro. En estas fechas- 24 y 29 de junio- los najerinos salen a la calle y pasan varias horas dando las célebres “Vueltas”, que consisten en cantar y bailar en grupos, al son de una charanga con música machacona y pegadiza. Parece que su origen se remonta a los desfiles militares de los soldados que volvían de alguna victoria en las guerras carlistas, a los que se unía la población. Otros quieren ver en ellas una reminiscencia de las fiestas paganas el culto al sol y al fuego en el solsticio de verano.

Soportales. Plaza del mercado

Soportales. Plaza del mercado de Nájera

Las fiestas “mayores”, sin embargo, se celebran del 16 al 19 de septiembre en honor de San Juan Mártir y Santa María la Real. A los cultos religiosos se unen celebraciones festivas, concursos deportivos y gastronómicos, verbenas con toro de fuego y varias novilladas, que ya han adquirido carta de naturaleza en el ámbito taurino nacional gracias al preciado trofeo que en ellas se disputa: la “Mesilla de oro”.

La festividad de San José Artesano, 19 de marzo, también está ligada a la tradición najerina, por ser el patrón del gremio maderero.

El de la ciudad es San Prudencio, el 28 de abril. Hay procesión, variados festejos y novillada.

Entre las tradiciones, hay que reseñar la del día 1 de mayo, en que se conmemora la Proclamación de Fernando III el Santo como rey de Castilla ante los najerinos en 1217. Una estatua del monarca, al comienzo del Paseo de San Julían, recuerda la efeméride, que se celebra con un discurso pronunciado en el legendario lugar, y la solemne escenificación del hecho histórico, con figurantes en riguroso atuendo de época. A continuación, tiene lugar en el casco antiguo un mercado medieval.

Durante la Semana Santa se celebra la Feria del Mueble, orientada hacia el público en general, que puede realizar compras directamente, con importantes descuentos. Los productos expuestos son principalmente muebles de hogar, aunque también se pueden encontrar textiles para muebles, cristalería, mobiliario antiguo, barnices, armarios empotrados, mueble auxiliar y exposiciones culturales que ayudan a conocer mejor ese material sencillo y ya clásico, al que llamamos madera.

El 29 de septiembre, festividad de San Miguel, tiene lugar en el Paseo de San Julián una concurrida Feria de Maquinaria Agrícola, continuadora de otra más antigua de compra- venta de ganado, una de las primeras de España, cuyo origen se remontaba a un privilegio real del año 1368.

En el mismo Paseo, todos los jueves del año se forma un animado mercadillo popular, en el que se vende gran variedad de artículos de uso doméstico, ropas, calzado y productos hortofrutícolas.

Desde hace unos años, durante el verano se celebran los Festivales de Nájera, que convierten a la ciudad en uno de los centros culturales de La Rioja. Conferencias, conciertos, proyecciones, representaciones teatrales atraen a miles de visitantes. Lugar destacado entre estos actos merece la Semana de Estudios Medievales, que cada verano reúne en Nájera a destacados estudiosos de la rica historia del medievo de la ciudad. Pero, sin duda, el centro de atención de verano najerino es la “Crónica de Nájera” (a mediados de julio), grandioso espectáculo de luz y sonido, en el que se representan diversos momentos de la historia de la ciudad, desde sus primeros pobladores- los berones- hasta los episodios cruciales de la Reconquista- siglos X y XI-, en que Nájera llegó a ser capital de un vasto reino y parada obligada en el Camino de Santiago. Con textos de Lope de Vega, Alfredo Gil del Río, Justiniano García Prado y Roberto Carpio, la evocación najerina ha mantenido todo su vigor desde 1969- con las lógicas variaciones-, gracias al entusiasmo del pueblo de Nájera y a los casi 300 actores locales que intervienen en la representación.

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4 años hace

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