La onomástica individual
RESUMEN
Todavía hoy, los hábitos onomásticos de nuestra sociedad proporcionan a los sociólogos un notable caudal de información sobre hechos culturales o sociales de notable interés. Así, como es sabido, los nombres ‘al uso’ en un determinado grupo social son reveladores de sus hábitos culturales, de sus gustos, e incluso de sus tradiciones. Nombres femeninos como Ujué, Puy, Cinta, Begoña o Rocío remiten a espacios geográficos concretos en los que las advocaciones marianas del mismo nombre en las que aquéllos se han inspirado tienen una arraigada presencia, de igual modo que el empleo de nombres anglosajones como Jennifer, Brian o Elizabeth revela aspectos relacionados con la cada vez mayor globalización cultural de nuestro mundo. Exactamente lo mismo –pero, seguramente, con mayor acentuación dado el carácter tremendamente familiar, marcadamente patriarcal y acusadamente gentilicio de la sociedad romana– ocurre con la onomástica latina. Ésta, desde luego, proporciona hoy a los historiadores de la Antigüedad todo un caudal de información sobre cuestiones sociales, familiares o de mentalidad del mundo romano que, desde luego, no deben desdeñarse (López Barja, 1993: 41) pese a que, muchas veces, para según qué cuestiones el elenco de noticias con que los nombres personales nos obsequian resulte insuficiente.
ESQUEMA
I.- Introducción
II.- Elementos constitutivos de la onomástica individual romana.
a) Praenomen.
b) Nomen.
c) Cognomen.
III.- Los tria nomina y otros elementos de la onomástica individual.
a) La filiación.
b) La indicación de la tribu.
c) Elementos de indicación de origen, procedencia y domicilio.
1.- La origo.
2.- La natio.
3.- El domicilio.
d) Los supernomina y otros elementos añadidos a la onomástica individual.
IV.- Semblanza de la onomástica de los grupos sociales particulares en Roma.
V.- Pautas bibliográficas para un trabajo de investigación onomástica.
ISBN: 978-84-9822-664-5
Autor: Javier Andreu Pintado
Extensión: 39 págs.
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