Esplendor bizantino ( siglo IX – principios siglo XI )
RESUMEN
El Imperio Medio bizantino (717-1081), etapa así llamada por Georg Ostrogorsky, tras el gobierno de la dinastía Isáurica (717-820), da paso a un período marcado por la reducción de sus límites geográficos, como por un proceso de helenización y orientalización. Entrado el siglo VII, el sistema de organización territorial de los Themas habrá sustituido al provincial bajoimperial romano y, poco después, el marco jurídico justinianeo se integró en la Ékloga (compendio legislativo en griego). Además, la fuerza expansiva islámica y búlgara trajo consigo la ocupación de los espacios meridionales y septentrionales de las fronteras imperiales. De la misma forma, los pueblos eslavos se fueron asentando en la península Balcánica en el siglo VIII (Serbios y Croatas), y los principados rusos hicieron su aparición en la historia (s. IX). Pero esta nueva época es especialmente conocida por la decadencia intelectual, la extensión del griego como lengua oficial y las querellas religiosas conocidas como el movimiento iconoclasta. Como recoge J. Mª Lacarra “lo que el Imperio pierde en extensión lo gana en cohesión: un territorio más compacto, una sola lengua, una sola fe y, en el centro, Constantinopla, que sigue siendo, con todo, la mayor ciudad de la Cristiandad y el único foco cristiano de cultura en estos siglos oscuros” (p. 225).
El comienzo del gobierno de la dinastía Isáurica, el año 717, coincide con una de las etapas más críticas para el Imperium, acosado desde el norte por los pueblos búlgaros y eslavos, y por el sur, por el califato musulmán. A partir del gobierno del estratega anatólico, León III (717-741), comenzará un período de refuerzo de la figura imperial, así como de éxitos militares que, por otro lado, no frenaron tampoco la ocupación de los lombardos del exarcado de Rávena (751), en la península itálica. Ante este hecho concreto, el papa Esteban II (752-757) solicitó la ayuda bizantina, pero la ausencia de colaboración de Constantinopla recondujo su petición de auxilio a la dinastía carolingia. El encargado de colaborar con el pontífice sería el franco Pipino el Breve que no sólo intervino en Italia, sino que entregó al papado la protección del exarcado, asumiendo la soberanía sobre dicho territorio (754-758). Este hecho ratificó el creciente alejamiento entre la autoridad romana y el emperador, a raíz también de la querella iconoclasta, cuya primera fase se sitúa entre los años c. 726 y 787 (Concilio de Nicea II).
Thesaurus: Imperio Medio bizantino, La querella iconoclasta, segunda fase del conflicto (813-843), El primer cisma de la Iglesia (858-867), La dinastía Macedónica (867-1059) y el cisma de Oriente y Occidente (1054), El principado de Kiev: origen y desarrollo hasta comienzos del s. XI, Eslavos meridionales: Croacia y Serbia.
ISBN: 978-84-948393-1-3
Autora: Julia Pavón Benito
Extensión: 19 Págs.
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