Gustavo Adolfo Bécquer.
Gustavo Adolfo Bécquer nació en Sevilla, el día diecisiete de febrero de 1836. Era el cuarto hijo de José Domínguez Insausti y de Joaquina Bastida Vargas. El apellido Bécquer procedía de lejanos antepasados flamencos, llegados a Sevilla en el siglo XVI y que habían ocupado una posición lo suficientemente elevada como para que su nombre figurase en una capilla de la catedral. El padre y el tío del poeta, reconocidos pintores del género costumbrista, recuperaron el sonoro apellido de su abuela para firmar sus lienzos, como harán después el propio Gustavo y su hermano Valeriano, también pintor. Durante todos esos años iniciales, y prácticamente hasta su marcha a Madrid, Gustavo parece encaminado a continuar ese camino artístico, del que quedan evidentes huellas en la plasticidad de su escritura.
En 1841 muere su padre, con sólo treinta y seis años. En 1847 muere también su madre. Los hermanos se reparten entre el resto de la familia. Entre 1846 y 1847, la educación de Bécquer se desarrollará en el Colegio de San Telmo, donde se impartían estudios de náutica. Allí tiene como compañero y amigo a Narciso Campillo, que reaparecerá en los últimos años de su vida y quien tendría importancia –todo lo discutible que se quiera– en su fama póstuma. Campillo, también poeta, será más tarde profesor de letras. Junto a él, Gustavo inicia sus contactos con la literatura, que en aquellas circunstancias sevillanas tiene para él un sesgo marcadamente clasicista. La figura del poeta neoclásico Alberto Lista, antiguo profesor de Espronceda, condiciona hasta el último cuarto del XIX toda la poesía que se hará en la ciudad.
La formación estética de Gustavo Adolfo Bécquer bascula entre todos estos ingredientes. Su destino lógico, dados los antecedentes familiares, era la pintura, para la que poseía buenas cualidades, demostradas a lo largo del tiempo. Entre otras cosas, estará dos años como aprendiz en el taller del pintor Antonio Cabral Bejarano y pasará luego al estudio de su tío Joaquín Domínguez Bécquer, en el Alcázar sevillano, donde también se inicia como pintor su hermano Valeriano. Pero, por otro lado, le tienta con insistencia la literatura, que ni de lejos promete estabilidad económica.
Autor: Luis Caparrós Esperante
ISBN: 84-9714-054-0
Extensión: 39 Págs.
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