Rebeliones y revoluciones
RESUMEN
El siglo XVII europeo se caracteriza por ser una centuria de revueltas y revoluciones. Las diferentes protestas populares, endémicas en todas las sociedades europeas del momento, apuntaban normalmente a problemas locales concretos y descontentos definidos, pero no ponían en tela de juicio la legitimidad del orden establecido. Los historiadores han visto en esta tendencia una situación de “crisis general” que acabó saldándose, en la mayor parte de los casos con el triunfo de los poderes establecidos; casi todos los estados consiguieron sofocar las revueltas y revigorizar su absolutismo.
La revolución de los Países Bajos, las revueltas de la Monarquía Hispánica, centradas sobre todo en los intentos independentistas de Cataluña y Portugal, uno de los cuales, el portugués vería satisfechas sus aspiraciones, consiguiendo liberarse del yugo de España. La revolución inglesa, radical y sangrienta que culminaría con el ajusticiamiento de su monarca y la supresión de la Cámara de los Lores y la Fronda francesa que durante cinco largos años pondría a la regencia de Ana de Austria, en serios problemas, son las muestras mas relevantes de esta situación revolucionaria de mediados del siglo XVII.
En la primera parte de su trabajo sobre la Revolución de los Países Bajos, Smit afirmaba que la negociación sociopolítica, con el fin de cambiar el orden establecido de un estado podía definirse como “guerra interna” y que la “revolución” sería un caso prolongado y a gran escala de la “guerra interna”. El siglo XVII europeo se caracteriza por ser una centuria de revueltas y revoluciones
Las ocasionales protestas populares acompañadas de cierto grado de virulencia eran endémicas en todas las sociedades europeas. Apuntaban habitualmente contra problemas locales concretos y no ponían en cuestión la legitimidad del orden establecido. Solían resolverse con ciertas concesiones, que generalmente no se cumplían y terminaban muchas veces con la ejecución simbólica de algún cabecilla local.
Las principales fuentes de descontento fueron en las décadas de 1630 y 1640 las tendencias centralizadoras adoptadas por los estados del siglo XVII, en un intento de controlar los recursos nacionales y aumentar los ingresos nacionales mediante múltiples demandas a sus súbditos, ignorando e incluso violando abiertamente, en muchos casos, ciertas libertades, exenciones y privilegios. En un elevado número de ocasiones las protestas a estas actitudes llegaron a niveles fuera de lo acostumbrado, como en las revueltas de las provincias francesas.
ESQUEMA
1. La Crisis revolucionaria del siglo XVII.
2. Los Países Bajos.
3. La revolución inglesa.
a. La crisis de la monarquía.
b. La revolución.
4. Las revueltas de la Monarquía Hispánica.
a. La rebelión Catalana.
b. La independencia de Portugal.
c. Insurrecciones y conspiraciones menores.
5. Mazarino y La Fronda.
a. Las causas y los condicionantes.
b. Las frondas.
ISBN: 978-84-9822-152-7
Autora: Ana Sanz de Bremond Mayáns
Extensión: 29 Págs.
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