La Biblioteca Nacional de España cuenta con una gran colección de documentos sonoros, entre los que se encuentran tanto canciones de épocas pasadas como las últimas novedades. Con motivo de estas fechas estivales, la BNE rescata de sus fondos algunos de los temas musicales que se conservan en el catálogo por depósito legal y que suenan en las verbenas de verano en las plazas de pueblos y ciudades durante las fiestas locales.
Los usuarios veraniegos de la BNE
Mayor presencia de investigadores magrebíes, estadounidenses, asiáticos y latinos.
Aprovechan que es tiempo de verano, que están de vacaciones o que tienen más tiempo libre para acercarse a la Biblioteca Nacional de España, muchos vienen del Norte de África, Latinoamérica, Estados Unidos o lejanos países asiáticos. Buscan y se sumergen en los fondos de la BNE, donde estudian documentos que no pueden encontrar en sus lugares de origen.
En el salón general trabaja Manuel Cifuentes desde hace muchos años, quien manifiesta que “en verano viene gran cantidad de gente del Magreb, del norte de África, básicamente, de Marruecos y de Argelia, y también norteamericanos. Últimamente, estamos notando que su relación personal con los empleados de este departamento ha disminuido, porque son usuarios más autónomos que no necesitan que les facilitemos mucha información. Hace diez años esa relación existía, y ahora ha desaparecido. Las herramientas en nuestra página web van mejorando…
También notamos que vienen menos visitantes, se conceden menos becas y hay menos ayudas para investigadores.
– ¿Qué temas son los más investigados?
– Los del Magreb, asuntos relacionados con Literatura española y las relaciones entre sus países y España. Los argelinos se decantan por nuestros autores, mientras que los marroquíes van más a temas de cooperación o del Sáhara. Y los americanos indagan sobre nuestros clásicos. Uno de esos usuarios es un especialista sobre “La Celestina”, y detrás vienen muchos hispanistas.
En el departamento de Referencia e Información General y Carnés atiende Pilar Domínguez, que corrobora que “los usuarios de verano son, esencialmente investigadores que vienen de fuera. Como están trabajando a lo largo del invierno, solamente pueden viajar hasta aquí en la época estival. Recibimos, sobre todo, a profesores, doctores, personas que están haciendo sus tesis doctorales o masters, especialistas… Aparte de usuarios del norte de África, recibimos a muchos latinoamericanos, investigadores de Argentina, de México, asiáticos y estadounidenses… Muchos son expertos en cultura y literatura hispánica. Son visitantes puntuales, no volvemos a verles en el resto del año. Hay investigadores que te asombran por su gran conocimiento de los clásicos españoles, expertos en Lope De vega, Cervantes, Calderón de la Barca… Y también eruditos sobre García Lorca o Juan Ramón Jiménez. La BNE tiene los mejores fondos de todos esos autores.”
En la Sala Cervantes trabaja Soledad de Soto Martorell, perteneciente al Servicio de Divulgación y Gestión del Fondo Antiguo: “entre los usuarios que vienen a la Sala Cervantes específicamente en verano nos encontramos junto a los profesores de universidades norteamericanas, hispanoamericanas y europeas, a estudiantes que están haciendo la tesis doctoral. También vienen profesores, pues tienen sus vacaciones de verano y es la fecha en la que pueden venir. Los doctorados suelen tener el año disponible para venir, si tienen becas de investigación.”
En cuanto a los fondos, “suelen pedir manuscritos o impresos de autores españoles en su mayor parte. Ahora que están muchos digitalizados, no hay tanta afluencia de investigadores como antes, pero siguen viniendo. Muchas veces, porque no está digitalizado el fondo que necesitan, y otras porque, a pesar de estarlo, necesitan verlo para estudiar cosas que se escapan en la digitalización: el tamaño real (si quieren medir tipos, por ejemplo, en el caso de los impresos), las características físicas del papel (filigranas, por ejemplo), etc. No es lo mismo verlo en la pantalla que en la realidad”.
El enigma de la Catequesis medieval
Soledad especifica que “se me ocurre que el tipo de investigador que viene en verano lo hace a tiro hecho porque necesita consultar libros o datos muy concretos, por eso se recorre medio mundo para venir aquí. Frente al resto del año, en el que te encuentras todo tipo de personas, desde los que también vienen a tiro hecho hasta los “despistados”, que nos visitan por primera vez o vienen poco…”
Gregory Hutcheson, profesor estadounidense de español de la Universidad de Louisville, en el Estado de Kentucky, investiga sobre “la Catequesis medieval. Busco, básicamente, fuentes primarias para revisarlas. Estudio la evidencia de una convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos… tal y como se puede documentar en las catequesis. En la BNE estoy encontrando ejemplares muy valiosos, que no se pueden encontrar en Estados Unidos. Incluso hay fuentes secundarias de las que solamente se tiene constancia en España. Es que no las hay ni en la prestigiosa Universidad de Harvard ni en la biblioteca del Congreso”.
Opina que “a pesar de que se ven los textos catequéticos como algo estático, bajo mi punto de vista es todo lo contrario. Son muy dinámicos, muy involucrados con el aspecto multiconfesional español. En las actas de los Sínodos hay constancia de la presencia de judíos y musulmanes en las mismas iglesias. Me fascina…”
Hutcheson reconoce que “aprovecho mis vacaciones de verano para venir a la BNE, llevo investigando aquí desde hace seis años. Pero, desde el año 1982, he viajado muchas veces a España. Soy un enamorado de vuestro país. Fui discípulo de Américo Castro…”
La española María Porras reside en Madrid, pero su trabajo como profesora en distintas universidades (Complutense de Madrid, UOB de Barcelona) le deja muy poco tiempo libre durante el curso lectivo. Por eso es en verano cuando aprovecha para realizar investigaciones en la BNE: “soy profesora asociada en el Departamento de Estudios Ingleses de la Complutense, en la que trabajo en Literatura inglesa y americana, colaboro en la Universidad Oberta de Catalunya y soy traductora literaria. Este es el primer verano que vengo a la BNE a investigar, estoy con traducciones de novelas inglesas del siglo XIX al español, y las fuentes que encuentro en esta Biblioteca son inagotables. Hay mucho material. Investigo algunas versiones decimonónicas españolas de “Robinson Crusoe”, en la que aquí se conservan muchas muy interesantes. Me interesa saber si son versiones acertadas o no de la novela, y también qué nos dicen de la cultura española de esa época. Están llenas de notas al pie, de otras cosas que nos dan mucha información de cómo se percibía nuestra cultura en contraposición con la inglesa”.
Jesuitas en Japón y la conquista de la Nueva España.
El mexicano Rubén Medina, explica que “vengo a buscar documentos de envergadura relacionados con la literatura y la historia de mi país. Hay casos sorprendentes, por ejemplo, se encuentra en el fondo reservado de la BNE el acta de independencia de México. Lo cual resulta hasta cierto punto lógico, porque los insurgentes mexicanos mandaron un acta avisando al Reino de España de que se independizaban. Y ahora mismo acabo de descubrir en esta Biblioteca un documento ya impreso sobre la conquista verdadera de la Nueva España. No es el de Bernal Díaz del Castillo, que todo el mundo conoce, sino otra historia verdadera de Pedro Fernández del Pulgar, de 1672, aproximadamente. Este hombre pensaba que lo escrito por Bernal no era cierto, y quiso enmendarle la plana. Son 382 folios a dos caras. Y está aquí.”
Este profesor de Literatura Española de la Universidad Nacional Autónoma de México lleva viniendo a la BNE desde hace más de quince veranos: “aprovecho mi periodo vacacional y el 4 de agosto ya estaré de regreso en
mi país dando clase en el nuevo curso universitario. He venido gracias a los recursos que me da mi universidad, son viáticos que me sirven para los billetes de avión y la estancia”.
La japonesa Yoshimi Orii habla castellano perfectamente, no en vano enseña Historia y Literatura Española en una universidad privada de Tokyo.
Investiga en la Sala Cervantes sobre “las relaciones hispano japonesas y, en concreto, la intervención de los jesuitas que fueron a mi país hace siglos. Es un episodio muy interesante. Ellos mandaron muchos informes a sus superiores de España y los estoy estudiando. Solamente he podido estar aquí dos semanas, porque tengo que regresar para ocuparme de mis hijos y de algunos asuntos familiares. Me financia el viaje el Gobierno japonés, si no fuera por esa ayuda no podría venir.”
Yoshimi estudió en la Universidad de Salamanca hace diez años y ha colaborado en proyectos lingüísticos con profesoras españolas.