El arte de la Civilización Micénica
RESUMEN
Micenas, la rica en oro, es la ciudad que dio nombre a una de las más extraordinarias civilizaciones del Antiguo Mediterráneo. En torno al 1600 a.C., tras la ocupación de los centros minoicos, comenzaba el esplendor micénico como ponen de relieve las notables manifestaciones artísticas de esta cultura, símbolos representativos de su prestigio. Tanto las murallas ciclópeas, como los palacios y su decoración pictórica, o la orfebrería, los marfiles, los bronces o la cerámica pintada, nos introducen en el poderío de los príncipes micénicos, cuya memoria fue glorificada en los poemas homéricos.
Desde el año 2.000 a.C. habían comenzado a producirse las primeras migraciones de los aqueos, pueblos indoeuropeos, en suelo griego. La infiltración de estos pueblos fue discreta, ya que, se habían ido integrando, a lo largo de tres siglos, con los elementos de las culturas cretense y heládica, para, finalmente, superponerse a ellas. Micenas fue la ciudad más importante en este tiempo, al que prestó su propio nombre, y desde la cual se decidió el devenir de la historia de Grecia, que hacia el 1600 a.C. comenzaba una nueva y gloriosa andadura histórica.
El aspecto más destacado y característico de la civilización micénica es que en ella se constituyeron, de forma súbita, varios centros de poder, regidos por los príncipes aqueos, en un territorio que hasta entonces había sido eminentemente agrícola (VV.AA: 1992, p. 23) . Los aqueos eran también agricultores, pastores y, por encima de todo, muy hábiles en el trabajo de los metales; conocían las técnicas metalúrgicas extendidas por toda la Europa central, con las que pudieron fabricar su magnífico armamento broncíneo, lo que les convertía en poderosos guerreros. La sociedad que impusieron en la Hélade estuvo estructurada para la glorificación de esa aristocracia guerrera, y sus ideales de vida distaron mucho de los modos y costumbres minoicas, como demuestran sus ciudadelas provistas de poderosas murallas. También la iconografía de los frescos de los palacios micénicos nos remite a la caza y a la guerra, los paradigmas de una sociedad dominada por guerreros. En las tablillas de escritura lineal B no queda reflejada, sin embargo, la existencia de un ejército, pero se consignan una serie de cometidos militares y navales en relación con ciertos individuos de rango (Chadwick:1982, p.203).
ISBN: 978-84-9822-343-9
Autora: María Isabel Rodríguez López
Extensión: 34 Págs.
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