El arte del Paleolítico Superior (I)
RESUMEN
A pesar de la labor que vienen realizando arqueólogos y prehistoriadores, el arte prehistórico es, todavía hoy, un desconocido en torno al cual se formulan diversas hipótesis, muchas veces controvertidas. Son muy numerosos los interrogantes que plantea su estudio, incluso si se trata, como en nuestro caso, de un simple acercamiento a los orígenes de las manifestaciones artísticas del hombre. Es bien sabido que la Prehistoria, como disciplina científica, surgió en los años postreros del siglo XIX, marcada por el ambiente intelectual que ofrecían las teorías evolucionistas. Los primeros avances en el desarrollo de esta ciencia fueron rápidos, hasta que en 1875 veía la luz una obra de E. Lartet y H. Christy, Reliquiae aquitanicae, dedicada al arte mueble. Los descubrimientos de los últimos años del siglo XIX, especialmente los referidos al arte parietal, causaron confusión y reacciones escépticas entre los estudiosos de toda Europa1. El abate H. Breuil, Carthailac, Alcalde del Río, Capitan, Perony, Piette, Regnault, el abate Bouyssonie.
Lalanne y otros, iniciaron una serie de trabajos científicos, estudios referidos principalmente a Francia y España, cuya culminación fue la creación del Instituto de Paleontología Humana. Acababa de abrirse una vía de investigación cuyos frutos no han cesado desde entonces2. El último cuarto del pasado siglo ha sido testigo del aumento de datos referidos a la investigación, consecuencia del avance tecnológico, unido a una política proteccionista que limita el acceso a determinados entornos con fines turísticos.
Se ha discutido el hecho de que algunos comportamientos conocidos del “hombre de Neanderthal”, identificado con las culturas que sirvieron de tránsito entre el Paleolítico Medio y Paleolítico Superior, entre el -125.000 y -35.000, tuvieran intención artística. No cabe duda, sin embargo, de que los orígenes del arte están en relación con la actividad del Homo sapiens sapiens, cuya capacidad intelectual era en todo análoga a la del hombre actual. Se tiene noticia de su presencia en un momento en el que llegaba a su fin la última de las glaciaciones, período que se conoce como Würm IV. Los primeros vestigios de arte “constituyen un testimonio inapreciable de la capacidad intelectual y creadora de quien ya podía plasmar en imágenes el acerbo de su mundo espiritual”.
ISBN: 978-84-9714-026-3
Autora: María Isabel Rodríguez López
Extensión: 26 Págs.
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