El Culturalismo y el Orientalismo
RESUMEN
La obra literaria no es ajena al ámbito de relaciones sígnicas en el que se inscribe y que posibilita la red de referencias temáticas y de alusiones al mundo que la atraviesan. En última instancia, la literatura es consecuencia de un orden cultural en el que se imponen, porque se construyen, unas determinadas líneas ideológicas, que conviene reconocer para considerar el impacto que puedan causar en la construcción del significado textual; procede, también, determinar, si la obra pertenece o no a una estructura del mundo dominante -por clasista- o popular y reconocer las tensiones que se producen entre una y otra visión del mundo; tal es el objetivo del culturalismo y, en cierto modo, del orientalismo, aunque en este caso no importe tanto analizar la obra literaria, como considerar el proceso de construcción de una ideología distorsionadora -y ha habido una literatura que ha servido de cauce para ello- y la necesidad de proponer otras vías alternativas de conocimiento de las identidades culturales.
Más allá de las obras adscritas a un determinado canon artístico debe situarse el espectro de los productos considerados “populares”, en cuanto ligados a la llamada cultura de masas; la extensión de los mismos, su codificación, las vías de influencia y de desarrollo, la heterogeneidad de los materiales empleados, su aceptación o rechazo por distintos grupos sociales ha requerido la construcción de un nuevo modelo de análisis, en el que convergen las ciencias sociales y las humanidades: tal es el objetivo del culturalismo –o de los “estudios culturales”- al centrarse en obras tan variadas como lo podrían ser una canción popular, una leyenda urbana, una película, un programa televisivo, una sección periodística o un festival de música, por poner unos pocos ejemplos; en cualquiera de estos casos, se trata de vincular estos “productos culturales” con los cauces de producción y de distribución, en principio capitalistas, que los posibilitan y que, por tanto, interfieren en su desarrollo; de ahí que una de sus preocupaciones básicas consista en plantear una “crítica de la economía política de la cultura”.
Los planteamientos sobre los que reposa esta concepción de estudio, que es más filosófico y semiótico que literario, han sido fijados por Althusser, Foucault y Baudrillard, siendo especialmente determinante la relación del primero con la escuela de pensamiento inglesa de Birmingham en la que habían comenzado a gestarse las bases de esta teoría, puesto que la cambia radicalmente de sentido. Procede, por tanto, revisar las líneas teóricas trazadas por los que, con justicia, han sido considerados los padres fundadores del culturalismo.
ESQUEMA
1: El culturalismo.
1.1: La Escuela de Birmingham.
1.2: La irrupción del marxismo y del estructuralismo.
1.3: El modelo culturalista americano.
2: El orientalismo.
2.1: El origen de una noción.
2.2: La nueva dimensión del orientalismo.
2.3: La radicalización orientalista.
3: Bibliografía
3.1: Bibliografía sobre culturalismo
3.2: Bibliografía sobre orientalismo
ISBN: 978-84-96446-18-2
Autor: Fernando Gómez Redondo
Extensión: 19 Págs.
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