La dinastía flavia y los emperadores “adoptados”
RESUMEN
La extinción de la dinastía julio-claudia con la muerte de Nerón en el año 68 d.C. desencadenó la guerra civil: una lucha por la sucesión al Imperio que se prolongó a lo largo de casi dos años y que se conoce como “el año de los cuatro emperadores”, expresión que señala el caos de un período en el que, tras la sucesión de tres efímeros representantes del poder, iba a asentarse en Roma una nueva dinastía, la flavia.
Fue Sergio Sulpicio Galba, gobernador de la Hispania Citerior, el primero que fue reconocido como emperador por los pretorianos y el senado. Pero sus intentos de sanear las maltrechas finanzas del estado con una rígida política de austeridad le enajeron el apoyo popular y, sobre todo, el de los pretorianos, que finalmente consiguieron eliminarlo, aclamando como sustituto a Salvio Otón, que había sido gobernador de Lusitania.
Otón intentó en Roma una política de conciliación, que no satisfizo a nadie: recompensó generosamente a los pretorianos y proclamó ante el senado sus propósitos de restablecer el orden y el equilibrio. Pero, mientras tanto, los ejércitos estacionados en el Rin proclamaron emperador a su legado Aulo Vitelio, que, tras obtener el reconocimiento de las restantes fuerzas militares estacionadas en Occidente, dirigió sus ejércitos a Italia. Otón, sin esperar la reacción de los ejércitos de Oriente, acudió con las tropas de Roma al encuentro de los vitelianos. En el valle del Po, en Bedriacum, cerca de Cremona, Otón, derrotado, se quitó la vida (abril del 69) y Roma fue ocupada por un ejército indisciplinado y ávido de botín. Pero la política corrupta y populista del nuevo emperador, la violenta represión de sus oponentes y los favores dispensados a las tropas del Rin, a quienes debía el trono, inclinaron contra Vitelio a los ejércitos de Oriente y del Danubio, que se habían mantenido hasta ahora a la expectativa, proclamando emperador a Tito Flavio Vespasiano, el general que Nerón había enviado para reprimir la sublevación judía (1 de julio del 69).
Los ejércitos pronunciados marcharon sobre Italia en nombre de Vespasiano. Otra vez en pocos meses, la Italia septentrional sería el escenario de la lucha por el poder. Cerca de Cremona, las tropas desmoralizadas, enviadas por Vitelio, se dejaron vencer, mientras en Roma la guardia germana, fiel al emperador, sofocaba en sangre los desórdenes promovidos por los agentes de Vespasiano.
ISBN: 978-84-96359-32-1
Autor: José Manuel Roldán Hervás
Extensión: 30 págs.
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