El epigrama
RESUMEN
En este tema se hace un rápido repaso de la historia del género epigramático desde su nacimiento en la literatura griega, su expansión en el período helenístico, su difusión gracias a antologías tales como la Corona de Meleagro y su difusión y aclimatación en las letras latinas, ya desde el período arcaico pero con más intensidad a partir de la generación de Lutacio Cátulo.
Además, se muestra cómo los poetas de la generación de Catulo lo cultivaron a conciencia, elevándolo a género literario como cualquier otro, de lo que dan cumplida prueba tanto la obra del veronés como la Appendix Vergiliana, hasta generar una auténtica moda literaria, no exenta de excesos, como se lee en el Satiricón. Marcial lleva a su máxima expresión el género, convirtiéndose en el maestro indiscutible no sólo para Roma sino también para cualquier espacio literario posterior. Tras él, hay legiones de cultivadores, entre los que destaca Ausonio, y es uno de los géneros preferidos de los autores incluidos en la Anthologia latina. El género vivió de nuevo momentos de extraordinario esplendor en el Siglo de Oro, como prueban los testimonios de los poetas castellanos.
No existen en las Poéticas de la antigüedad referencias específicas para el epigrama; ni Horacio ni Quintiliano lo incluyen entre los géneros literarios sobre los que tratan; tan sólo Tácito, en su Dialogus de Oratoribus X 4 lo cita en último lugar entre los géneros poéticos, refiriéndose a él como epigrammatum lusus. ¿A qué se debe esta ausencia? ¿Es que no era un género entonces el epigrama? Evidentemente, el epigrama existía y tenía una larga tradición; pero, pese a la larga tradición literaria en Grecia, podría suponerse que esa presencia no fuera contemplada por los teóricos, como Horacio o Quintiliano; debido a que los dos preceptistas latinos seguían la clasificación de los géneros establecida tiempo atrás por Aristóteles; mas esta razón quizás no tenga demasiado peso pues sí hablan de la satura, por ejemplo, un género específicamente romano.
Pero hay otra razón más clara: en tiempos de Horacio, Marcial, quien dio carta de naturaleza literaria al género, no había nacido, y en tiempos de Quintiliano, a quien Marcial dedica incluso algunas de sus composiciones, el poeta estaba en pleno proceso creativo por lo que al teórico le faltaba perspectiva histórica. Hasta entonces el epigrama era el menor de los géneros literarios menores, no equiparable a la épica o la tragedia, la historiografía o la oratoria, y sin embargo es uno de los pocos géneros que ha mantenido su status hasta nuestros días.
ISBN: 978-84-9822-740-6
Autores: Mª José Muñoz Jiménez y Antonio Alvar Ezquerra
Extensión: 24 págs.
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Marcial
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