La Literatura Latina Antigua: sus características generales, sus modelos y la influencia del elemento oral
RESUMEN
La Literatura Latina Antigua es una de las primeras literaturas forjada a partir de una literatura foránea; en el caso de los romanos, éstos adoptaron como propios los modelos de la literatura griega. De ese modo, el acercamiento a la literatura latina exige el conocimiento y comprensión de la literatura griega, de su evolución, géneros y características, que hubieron de acomodarse al sentir y el devenir del pueblo romano. Por esta peculiaridad y por otras que tienen que ver con sus condiciones de producción y de consumo literario, por su determinada ubicación espacio-temporal, el estudio de la literatura latina exige conocer de antemano alguna de sus características propias que aquí se desgranan.
De una manera convencional, se puede decir que la literatura latina es la escrita en latín; de todos modos, es necesario precisar más, pues el latín ha sido una lengua de cultura que ha servido para la expresión literaria durante un dilatadísimo periodo, por lo que el concepto de literatura latina podría aplicarse a literaturas muy diferentes entre sí y muy distantes en el tiempo (como, por ejemplo, gran parte de la literatura escrita durante la Edad Media, el Renacimiento o el Barroco). Por ello, hay que señalar que, al hablar de Literatura Latina, nos vamos a ocupar de la literatura escrita en latín que nació y se desarrolló en el momento en que Roma, una pequeña ciudad del Lacio, comenzó su expansión y llegó a convertirse en un verdadero imperio, que logró el dominio político y cultural en la mayor parte del mundo conocido en aquella época. La literatura latina es, por tanto, aquella que se escribe en latín desde el siglo III a. C. hasta el mismo siglo V (pues el Imperio Romano de Occidente cayó en manos de los bárbaros en el 476 de nuestra era). De todos modos, no todos los autores coinciden en aceptar esta fecha límite, pues consideran que, más allá de aquel fatídico año, hubo producciones literarias que pueden considerarse claras continuadoras de esa larga tradición heredada, sin que puedan apreciarse cambios drásticos o cortes profundos en los procesos de creación y transmisión literarias que permitan hablar de nuevas realidades; en otras palabras, aún en el siglo VI, podemos citar autores, como Casiodoro o Boecio, que, fieles a la herencia transmitida, cabe considerar como autores antiguos.
ISBN: 978-84-9822-087-2
Autora: Teresa Jiménez Calvente
Extensión: 29 págs.
Natalia González –
De suma importancia
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Excelente
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Excelente