Los Sofistas. Sócrates y los círculos socráticos.
RESUMEN
Evolución del término “sofista”; los sofistas y la tradición; situación histórica; los sofistas como precursores de la filología; las corrientes lingüísticas del siglo V; la retórica en el siglo V; los sofistas y la política; los sofistas y la ética; ciencia, religión y sofística; filosofía y sofistas; Protágoras; Gorgias; concepto de sofista a lo largo de los siglos.
Evolución del término Sofista.
Para comprender el significado del vocablo “sofista”, en primer lugar, debemos fijarnos en su raíz soph-. Esta raíz, de etimología desconocida, expresaba originariamente la idea de maestría o pericia en alguna cosa. Hay que remontarse, en primer lugar, a Hesíodo, pues él utiliza el término sophíe con el significado de experiencia o maestría en el sentido espiritual. Así, en el fragmento 193 M-W, define al mítico músico Lino como pantoíes sophíes dedaekóta, “experto en toda clase de sabiduría”. También en Hesíodo, Trabajos y Días 649, encontramos por primera vez el verbo sophízesthai cuando nuestro autor se propone dar a su hermano Perses consejos de navegación, a pesar de no ser un experto en este arte (nautilíes sesophisménos).
En cuanto al término sophistés, es Píndaro quien lo usa por primera vez con el significado de “poeta”, y más tarde lo podemos hallar en Heródoto, que aplica este término a personajes de la talla de Solón, uno de los Siete Sabios, a Melampo, un experto en el arte de la adivinación, o al filósofo Pitágoras. Por tanto, antes del s. V a. C., nada nos hace suponer que el término sofista tuviera las connotaciones peyorativas que más tarde adquirió.
Durante mucho tiempo se culpó a Sócrates y a Platón de haber degradado este vocablo, pero no podemos olvidar que fueron los mismos sofistas los que contribuyeron a que la gente se forjara una mala imagen de ellos. Los sofistas eran unos extranjeros que se introdujeron en las grandes ciudades griegas atrayendo a la juventud más brillante y desviándola de las enseñanzas tradicionales con su amplio programa educativo con el que pretendían vulgarizar el saber, y a todo esto se unía el hecho de que cobraran dinero a cambio de sus enseñanzas. Por todas estas cosas, los sofistas fueron los primeros en degradar su propia profesión.
ISBN: 978-84-9714-024-9
Extensión: 28 págs.
Autor: Francisco Martín García
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