El teatro de Valle-Inclán. Los esperpentos.
RESUMEN
Este tema sobre la obra dramática de Valle Inclán nos permite comprender los pilares en los que se asienta su obra y el esquema básico de su producción. Joaquín del Valle Inclán, sobrino del autor y uno de los mejores conocedores de su teatro, realiza una excelente incursión en la que nos muestra, en primer lugar, los inicios teatrales modernistas de Valle que preceden a las grandes creaciones dramáticas posteriores. En “Las obras galaicas” nos encontramos el mundo mágico y primitivo de Galicia, impregnado de todo el misterio de las fuerzas primarias e instintivas. El “Teatro poético” muestra la otra forma dramática con la que Valle sale del modernismo y se acerca al “Esperpento”, que será el otro gran apartado del artículo, y la aportación más destacada de Valle al teatro contemporáneo. Termina comentando algunas curiosidades de las ediciones de sus obras. Todo el artículo se apoya en las propias declaraciones de Valle Inclán que Joaquín ha recogido y utilizado acertadamente.
Ramón del Valle-Inclán (1866-1936) comienza su intensa vinculación con el mundo de los escenarios desde su llegada a Madrid en 1895. Su breve carrera de actor iniciada con La comida de las fieras (1898) de Jacinto Benavente y en la refundición de Los reyes en el destierro (1899) realizada por Alejandro Sawa, se trunca por la pérdida del brazo izquierdo en este año, donde también lo vemos como figurinista y director de atrezzo en La fierecilla domada, de Shakespeare, traducida por Benavente. Como autor dramático sus primeros pasos son casualmente premonitorios. En 1896 con su amigo Camilo Bargiela escribe una zarzuela, Los molinos del Sarela, que a pesar de las notas de prensa nunca llegó a los escenarios y tres años más tarde se representa su primer drama, Cenizas, del que nos interesa destacar un tema: el perdón de la mujer adúltera, algo inusitado en la escena española. Si bien pueden hallarse obras contrarias al asesinato de la esposa infiel –Feliú y Codina, Un libro viejo (1891)— es el primer estreno de Pérez Galdós, Realidad (1892), el que desata una feroz polémica. Tan ajena al gusto de la época era esta solución que durante la representación de Realidad, el público se indignó con el primer actor, se burló de él, y siguiendo a Deleito (s.a.: 178-179) “hubo quien forcejeó con su butaca para arrojarla a la cabeza del esposo calzonazos”, amén de que el actor desempeñó su papel “a disgusto, y doliéndose de que se le pusiese con él en evidencia”.
ISBN: 978-84-96446-89-2
Autor: Joaquín del Valle-Inclán Alsina
Extensión: 24 págs.
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