La artista Paloma Navares protagoniza la segunda cita expositiva del verano en la Sala Robayera. La muestra, que lleva por título “Cuerpos de Luz”, realizada con el apoyo institucional del Ayuntamiento de Miengo y la Consejería de Cultura, Educación y Deporte del Gobierno de Cantabria, se inaugura el sábado 28 de julio y permanecerá abierta al público por espacio de un mes, hasta finales de agosto.
“Cuerpos de Luz” reúne una selección multidisciplinar de obras realizadas fundamentalmente en el periodo comprendido entre finales de los ochenta y finales de los noventa, en las que la artista introduce una fuente de luz. El proyecto se centra en la representación del cuerpo y la construcción del ideal de belleza en el arte occidental a partir de la repetición y fijación de todo un repertorio de roles y estereotipos.
Paloma Navares incorpora fragmentos de composiciones muy icónicas de la Historia del Arte, determinantes en la imposición de un canon artístico que apenas ha sufrido modificaciones a lo largo del tiempo, como ponen de manifiesto las imágenes de Venus, Eva, Ofelia o Lucrecia, diseñadas bajo un mismo patrón de disponibilidad para el consumo de una mirada voyeur.
Diosas, madres, damas, vírgenes y mártires protagonizan una iconografía donde las mujeres han encarnado siempre los mismos papeles, siendo objeto de una representación profundamente idealizada, repetitiva, sin vida propia, generalmente en actitudes de reposo o espera. La artista deconstruye estas visiones estereotipadas a través de imágenes fotográficas de fragmentos de piezas clásicas, apropiadas de autores como Lucas Cranach el Viejo, Durero o Botticelli, que en ocasiones incorporan elementos fungibles. Paloma Navares rescata a estas mujeres aislándolas en pequeñas cápsulas o vitrinas, de tal manera que la sensación de encerramiento y claustrofobia es neutralizada por la luz que ellas mismas emiten.
Las figuras translúcidas se emancipan gracias al uso simbólico de la luz, potenciando su independencia y posibilitando la transformación del cuerpo objeto (casi siempre cosificado, troceado o fragmentado) en sujeto de deseo, bien a partir de la inserción de tubos fluorescentes o de pequeños focos de luz llama.
María José Magaña Clemente, presidenta actual de MAV y responsable de artes visuales del Instituto Cervantes, en el texto que introduce el catálogo de la exposición, destaca cómo la luz rescata a “las mujeres representadas como venus, ninfas, madonas, mártires y evas, entre jardines y sueños de paraísos perdidos, entre plexiglás, aluminio, silicona, bombillas y fluorescentes, neones e hilos de pescar y las aislaba fotografiándolas en cibachrome; materiales de la posmodernidad que la artista convertía en nobles mediante los trazos de su escritura poética y melancólica, con referencias constantes al canon de los museos”.
Entre las piezas seleccionadas para esta cita en Robayera destaca la instalación “Luz del pasado” (1994), donde Paloma Navares actualiza la iconografía de la maternidad reuniendo una colección de imágenes de niños apropiadas de representaciones de la “Virgen con el Niño” del Renacimiento cuyas formas se proyectan desde el interior de varias docenas de envases de plástico translúcido. La obra propone una reflexión sobre el presente que tiene que ver con la educación envasada, la herencia, la transmisión y la transferencia cultural. Conecta asimismo con la noción de cíborg (que la artista abordará en trabajos posteriores, como “Casa cuna” o “En un jardín artificial”) y naturaleza artificial. Los niños, aislados en estos recipientes luminosos junto a la reproducción a pequeña escala de una selección de composiciones de Rafael Sanzio, Tiziano, Lucas Cranach o Palma el Viejo, se independizan de sus madres.
Este juego conceptual se plantea de nuevo en otra pieza titulada “Eva de Gossaert” (1992). La artista introduce en un tubo de metacrilato la figura de Eva, acompañada nuevamente de una reproducción en pequeño formato de la composición de “Adán y Eva” de Jan Gossaert de la cual se ha liberado. La “otra” mitad, una vez desvinculada de Adán y cuestionando por tanto los roles tradicionales asignados a la mujer, muestra una falsa independencia, al permanecer atrapada en una cápsula que representa el sistema.
Estas instalaciones se mostraban hace unos meses en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza como parte de la exposición “Del jardín de la memoria”, comisariada por Rocío de la Villa, donde las piezas de Paloma Navares dialogaban con las composiciones originales que forman parte de la colección de la pinacoteca madrileña.
Acompañando el resto de instalaciones, esculturas y fotografías que vertebran la muestra, entre las que cabe señalar “Llanto de Venus sobre el océano” (1989), “Joven y mártir” (1992), “De Botticelli, de corazón ardiente” (1993), “De Lucrecia, ofrenda de luz” (1993) o “Pisando el viento” (1994), se ha dispuesto un gabinete formado por vitrinas, collages y objetos de pequeño formato intervenidos con materiales cotidianos que en varios casos proceden del entorno doméstico. Algunas de estas piezas son estudios o bocetos que luego la artista ha desarrollado en gran formato.
La última comparecencia de Paloma Navares en Cantabria tuvo lugar hace más de una década en el marco del proyecto “El Puente de la Visión” del MAS, Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria, en 2006. Fue precisamente en ese espacio, entonces llamado Museo de Bellas Artes, donde la artista realizó una de sus primeras muestras individuales, bajo el título “Origen. Canto a un árbol caído”, en el año 1982. Desde entonces hasta hoy han mediado cerca de cuatro décadas de trabajo multidisciplinar a lo largo de los cuales Paloma Navares ha generado un lenguaje plástico propio, caracterizado por el uso de nuevas tecnologías, la utilización del espacio, la luz y la integración de diversas técnicas. Sus primeros trabajos audiovisuales están ligados a la performance y la danza para incorporar después la fotografía, el vídeo, el sonido y la luz que se unifican en sus instalaciones, esculturas, objetos o collages. Sus obras, clasificadas por etapas y series, están construidas desde la idea de hibridez y sustentadas, desde sus inicios, en la práctica interdisciplinar, el ensamblaje de técnicas y soportes, y la utilización de materiales industriales.
Desde finales de los setenta ha realizado más de un centenar de exposiciones en todo el mundo y ha estado presente en importantes ferias y bienales. Su obra forma parte de los fondos de significativos museos, instituciones, y colecciones públicas y privadas. Junto a su actividad artística ha desarrollado asimismo una labor de formación, promoción y dirección de eventos artísticos de carácter internacional.
FICHA DE LA EXPOSICIÓN:
Título: Cuerpos de Luz
Artista: Paloma Navares
Lugar: Sala de Arte Robayera
Antiguas Escuelas. Barrio El Castro, 36. 39318 Cudón – Miengo (Cantabria)
Organiza: Ayuntamiento de Miengo
Colabora: Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria
Fechas: Del 28 de julio al 26 de agosto de 2018.
Horario: Martes a sábados de 19 a 21 horas. Domingos de 12 a 14 horas
Email: salarobayera@aytomiengo.org
Web: www.salarobayera.es