Construcciones impersonales
RESUMEN
La impersonalidad ha recibido diversas interpretaciones. De ellas, en este tema se asume como punto de partida la que distingue entre impersonalidad sintáctica, derivada de la ausencia de un sujeto formal que especifique la referencia personal del verbo de la oración, e impersonalidad semántica, procedente de la falta de un elemento oracional que informe sobre el agente de la acción verbal. Estas dos formas de impersonalidad recubren, conjuntamente o por separado, los diversos tipos de oraciones que se describen en este tema.
La noción de impersonalidad se encuentra indisolublemente ligada al concepto de sujeto. Por ello, antes de definirla, conviene mencionar algunos aspectos relativos a esa función sintáctica (vid. para más información el tema 18 de esta misma serie).
El concepto de sujeto
Para caracterizar la función de sujeto conviene partir de las definiciones que se han dado de la oración. Esas definiciones son muy variadas, pero pueden reducirse a tres concepciones básicas. Sirvan como punto de partida los siguientes ejemplos:
- ¡Fuego!; ¡Qué maravilla!; Adiós; Otra vez la misma cantinela
- Allí hay fuego; Llueve muchísimo; Ya es de noche
- Hemos encendido un fuego; Esta lluvia es muy beneficiosa para el campo
Según la primera de esas concepciones, sería oración toda secuencia lingüística dotada de independencia sintáctica, esto es, cualquier unidad lingüística no incluida mediante una relación de dependencia sintáctica en otra unidad mayor. Asumiendo esa premisa, serían oraciones todos los ejemplos de 1-3.
Sin embargo, muchos especialistas distinguen entre enunciado y oración. El enunciado se define, desde un punto de vista comunicativo, como aquel mensaje que, en un contexto dado, posee sentido completo. Frente a ello, la oración se caracteriza, desde un punto de vista gramatical, como un tipo de enunciado dotado de ciertos rasgos formales. Partiendo de ahí, cabría afirmar que los de 1 son enunciados pero no oraciones, término que se reservaría para las formas de 2 y 3. Sin embargo, estas formas presentan una clara diferencia: las de 2 no tienen sujeto; las de 3, sí. Es esto, precisamente, lo que permite presentar otras dos concepciones acerca de la oración.
ISBN: 978-84-9822-303-3
Autor: José Carlos Martín Camacho
Extensión: 26 Págs.
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