El aragonés medieval
RESUMEN
Es hecho bien conocido que los orígenes de Aragón como entidad política se sitúan en los valles pirenaicos centrales, donde la islamización que afectó a la mayor parte de la Península Ibérica desde el año 711 no llegó a hacerse efectiva. Ya en el siglo VIII se distinguen en esa zona tres comarcas separadas por la naturaleza y con una trayectoria histórica dispar, núcleos de tres condados que darán origen al primitivo reino de Aragón: el condado de Aragón, cuyo nombre se cita por vez primera en un documento del año 828; el de Sobrarbe, más expuesto a través del río Cinca a las incursiones procedentes del Sur; y el de Ribagorza, dependiente de la monarquía carolingia.
A comienzos del siglo X, mediante el matrimonio de Andregoto –heredera del conde Galindo II– con el rey pamplonés Sancho Garcés I, Aragón se incorpora al reino de Navarra; más tarde los otros territorios del Pirineo Central son asimismo controlados por la monarquía navarra, situación que continúa durante la época de Sancho el Mayor (cf. Apéndice I, mapa I). En 1035, su hijo Ramiro I recibe en herencia, ya con el título de rey, el condado de Aragón, al que en 1044 se unen Sobrarbe y Ribagorza, convirtiéndose de este modo en el primer monarca del Aragón unificado. Su sucesor, Sancho Ramírez (1063-1094), hace de Jaca la capital del Reino y consigue asentar en ella un amplio grupo de gentes ultrapirenaicas o «francos»; además, tras su viaje a Roma, en 1068, inicia una serie de medidas de reforma eclesiástica, de gran importancia sociocultural, como la entrega de diversos monasterios al poder cluniacense y la sustitución de la liturgia hispánica o mozárabe por la romana (formalizada en el cenobio de San Juan de la Peña el 22 de marzo de 1071). Su sucesor, Pedro I, toma Huesca en 1096 y traslada allí la capital. El Reino va abriendo paso a paso sus fronteras por las tierras llanas: en 1118, Alfonso I el Batallador conquista Zaragoza; Teruel pasa a poder cristiano en 1169. Antes –conviene recordarlo– ya se había constituido la Corona de Aragón merced al matrimonio, en 1137, entre Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, y la infanta Petronila, hija del rey aragonés Ramiro II el Monje. La unión de estos territorios respeta ampliamente la autonomía de cada uno de ellos, lo que lleva incluso a fijar con precisión sus límites jurisdiccionales a comienzos del siglo XIV (cf. Apéndice I, mapas 2 y 3, extraídos de la Enciclopedia temática de Aragón, 8, donde puede ampliarse la información aquí presentada).
ESQUEMA
1. Introducción histórica
2. Panorama lingüístico de Aragón en la Edad Media.
3. Conciencia lingüística sobre el aragonés medieval.
3.1. Algunas pruebas documentales.
3.2. Pérdida de la conciencia lingüística.
4. Fuentes documentales en aragonés medieval.
4.1. Fuentes jurídicas.
4.2. Fuentes literarias.
5. Rasgos caracterizadores del aragonés medieval.
5.1. Rasgos grafémicos.
5.2. Rasgos fonético-fonológicos.
5.3. Rasgos morfológicos.
5.4. Notas sintácticas.
5.5. Léxico.
6. Variedades internas del aragonés medieval.
6.1. Rasgos altoaragoneses.
6.2. Influjo de los dominios lingüísticos vecinos.
7. Consideraciones finales
Bibliografía.
Apéndices.
ISBN: 978-84-9822-755-0
Autor: José Mª Enguita Utrilla, de la Universidad de Zaragoza
Extensión: 36 págs.
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