El Panteón de Roma
RESUMEN
El Panteón es un edificio excepcional por muchas razones: en él se ensaya por vez primera y con éxito la cúpula como elemento central de un edificio religioso. Esa cúpula formidable encierra en sí, en el misterio de su concepción y de sus soluciones técnicas, una de las más interesantes lecciones de arquitectura que haya dado jamás el hombre. Luego, ese hallazgo se multiplicará hasta la extenuación en cualquier latitud y en cualquier momento desde el Renacimiento. Además, su interior nos es dado contemplarlo hoy día de manera muy similar a como habrán podido hacerlo los romanos del siglo II, pues conserva de manera extraordinaria no sólo sus estructuras arquitectónicas sino también su ornamentación original o, al menos, antigua, desde las puertas de bronce a los mármoles, granitos y pórfidos de suelos, columnas y paramentos. Las modificaciones introducidas en diversos momentos de su historia apenas pueden empañar la grandiosa visión del conjunto. En pocos edificios antiguos se puede sentir, de manera tan acabada, esa misma proximidad con la sensibilidad estética del hombre antiguo.
¿Qué tiene de especial el Panteón frente a cualquiera de los demás templos –muchos de ellos también fascinantes– que legó la Antigüedad grecorromana? Se trata de un edificio que se ha calificado en ocasiones como “la apoteosis de la arquitectura romana, con sus combinaciones de mármol pentélico y granito egipcio, su increíble solidez a través de los siglos, y la sonora luminosidad de su cúpula”. Y esos calificativos, llenos de admiración, no hacen sino continuar una larguísima tradición que se remonta, por lo menos, al historiador grecorromano Dión Casio, quien, al referirse a los acontecimientos del año 25 a. C. en LIII 27, compara este edificio nada menos que con la bóveda celeste.
Nótese que en ambas descripciones –separadas por dieciocho siglos de distancia– se ha deslizado una referencia a lo que, ciertamente, tiene de singular este templo f rente a cualquiera otro de los antiguos, a saber, que posee una cúpula admirable. ¡Un templo romano con cúpula! Quizás para nosotros, tan habituados ya a frecuentar espacios techados con cúpulas y bóvedas –muchas de ellas magníficas–, no existan motivos para tanta sorpresa ni razones para tal admiración. Mas quienquiera que haya visitado el interior del Panteón sabe que no se trata de una cúpula cualquiera y, aun sin conocer los porqués, habrá sentido –por escasa que sea su sensibilidad– una emoción tan intensa como en pocos lugares más de los que ha construido el hombre. Nadie puede sustraerse con facilidad al tremendo magnetismo de ese gigantesco espacio vacío, tan sólo lleno –en las horas del día– de una luminosidad única e inconfundible: la “sonora luminosidad” del silencio.
ISBN: 978-84-96446-87-8
Autor: Antonio Alvar Ezquerra
Extensión: 26 págs. (incl. ilustraciones)
Jonathan De Oleo Ramos –
Excelente aporte, me encantó