Narrativa y teatro. Narcís Oller. Àngel Guimerà.
RESUMEN
Durante la Renaixença se regeneran dos fundamentos de la cultura catalana: el patriotismo regional autonómico y la lengua propia. El costumbrismo, presente en el teatro (Serafí Pitarra) y en la narrativa (Emili Vilanova), facilitó la creación literaria en catalán; la lengua pasó entonces de géneros menores, como sainetes y cuadros de costumbres, a los géneros grandes: dramas (Víctor Balaguer) y novelas (Marià Vayreda). En la narrativa y en el teatro la época de la plenitud corresponde a dos últimas décadas del siglo XIX, en que se desarrollaba la actividad creativa del novelista Narcís Oller y del dramaturgo Àngel Guimerà, ambos de gran proyección internacional. De formación romántica, los dos recibieron la influencia de nuevas corrientes estéticas del fin de siglo, realismo y naturalismo, que asimilaron a su manera. La coincidencia de fechas también les obligó a competir con dos grandes ciclos de la cultura catalana, posteriores a la suya: Modernisme y Noucentisme.
La regeneración cultural postromántica en Cataluña fue bautizada con el nombre de la Renaixença, porque renacían entonces dos fundamentos de la cultura catalana: el patriotismo regional autonómico y la lengua propia. La vigorización del patriotismo, basado en la creciente conciencia de idiosincrasia propia de los catalanes, alcanzó su apogeo en el momento de la entrega del Memorial de Greuges al rey Alfonso XII, por una delegación insigne que representaba los intereses de Cataluña, con Valentí Almirall (1841-1904) a la cabeza, en 1885. En cuanto a la lengua catalana, se puede decir que hasta la mitad del siglo XIX fue asociada con la cultura baja, siendo relegada, durante tres siglos de decadencia, a los medios rurales y a las capas bajas de la sociedad. La lengua empieza a recuperar sus terrenos con la restauración de los Jocs Florals (1859). Allí se concursaban primero sólo géneros poéticos en catalán, pero con el tiempo también fue incorporado el género dramático (a partir del año 1875), y la prosa: en 1862 fue galardonada la primera novela en catalán, L’orfaneta de Menargues o Catalunya agonisant, de Antoni de Bofarull (1821-1892). La existencia de la literatura creada en catalán no sólo dignificaba la lengua, sino que confirmaba también la autonomía cultural de los países catalanes. Por esta razón se consideraban de menor importancia obras que recuperaban el patrimonio cultural catalán, cuando lo hacían en lengua española. Para enfatizar más la nobleza de la lengua catalana, los intelectuales de la Renaixença infravaloraban la cultura baja en catalán (cuadros de costumbres, sainetes), promocionando géneros altos (novela, drama), cuyo desarrollo fue interrumpido en la época de la decadencia.
ISBN: 978-84-96479-47-0
Autora: Anna Sawicka
Extensión: 27 Págs.
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