La religión minoica y micénica
RESUMEN
– Conocemos importantes centros y restos materiales pertenecientes a dos culturas, la minoica y la micénica, esta última protagonizada ya por griegos y muy influida por la anterior. Tenemos también textos micénicos.
– La interpretación de cada uno de estos materiales presenta problemas. Los hallazgos arqueológicos son a menudo opacos. Los textos se ocupan sólo de los dioses como receptores de ofrendas. No es fácil distinguir oficios religiosos y profanos.
– Los textos mencionan el nombre de la divinidad (teo, theos) y diversos nombres de dioses, unos coincidentes con los del primer milenio, otros que pueden ser nombres o epítetos, otros que parecen ser minoicos, otros que luego desaparecieron. Se mencionan diversas diosas denominadas Potnia, a menudo acompañadas de epítetos. Un par de nombres parecen relacionarse con el culto de héroes.
– Hay significativas ausencias, como Afrodita, Apolo o Deméter.
– Conocemos santuarios de montaña, de árboles o en dependencias del palacio o próximas a él. Nunca tienen una gran magnitud.
– Hay un abundante personal relacionado con el culto, un sacerdocio estable y profesional y nombres de oficio que pueden estar en relación con el culto.
– Hay testimonios documentales e iconográficos de fiestas y sacrificios.
– Se registran varias ofrendas (aceite perfumado, telas, alimentos) a los dioses.
– En una tablilla de Pilo se asientan ofrendas de copas de oro y seres humanos (¿para ser sacrificados?) a diversos dioses.
– Los recientes hallazgos de Tebas han dado lugar a una dudosa propuesta de semejanzas entre el culto tebano y el eleusinio.
Las excavaciones de Schliemann, primero, en Micenas, a fines del siglo XIX, seguidas de las de Evans en Cnoso a principios del XX, y de otras muchas, entre las que destacan la de Blegen en Pilo y la de Marinatos en Tera, a mediados del mismo siglo, han ido poniendo al descubierto espectaculares restos de la Edad del Bronce: magníficos edificios decorados con frescos, objetos de oro y de materiales preciosos o muy variadas piezas cerámicas, todos ellos de un enorme refinamiento, que nos brindan una iconografía novedosa y muy diversa de la que conocíamos en el Mediterráneo oriental. Suministraron además diversos tipos de textos (el jeroglífico cretense, la extraña escritura del Disco de Festo, la llamada Lineal A y la Lineal B), algunos de los cuales (los de la Lineal B) fueron descifrados en 1953, gracias a Michael Ventris, y dieron la gran sorpresa de que estaban escritos en griego. Todo ello obligó a replantear numerosas ideas sobre las civilizaciones de la zona.
ISBN: 978-84-9822-059-9
Autor: Alberto Bernabé Pajares
Extensión: 23 Págs.
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