Este año el Museu Nacional ha acometido un trabajo de fondo sobre el arte del período de la Guerra Civil. Este trabajo tiene como epicentro la colección, que se presenta ampliada y renovada. Desde el 1 de julio muestra 108 obras de 43 artistas, importantes novedades y un número significativo de obras que nunca antes habían sido expuestas en la colección permanente.
El Museu Nacional d’Art de Catalunya amplía el número de salas dedicadas al arte del período de la Guerra Civil española. La colección crece para mostrar 108 obras (pinturas, dibujos, grabados, fotografías, esculturas y papel moneda) de 43 artistas, muchos de los cuales nunca habían sido expuestos en el museo.
Esta nueva presentación incorpora importantes novedades, como un espacio dedicado al Pabellón de la República de la Exposición de París de 1937, con obras que se consideraron perdidas durante muchos años, un espacio dedicado a las mujeres en tiempos de guerra, y otro a la propaganda, el fotoperiodismo y el cine. Junto a las obras icónicas de artistas como Picasso o Juli González, emergen otros relatos y un arte de urgencia que fue la respuesta de los artistas españoles al conflicto.
“La colección es la razón del trabajo que estamos realizando en torno a la Guerra Civil” explica el director del Museu Nacional, Pepe Serra. “Ahora el museo se consolida como un referente para el arte de este periodo, igual que lo es para el arte medieval o el modernismo”.
“El programa del museo para el año 2021 está forzosamente marcado por la pandemia que continúa afectando de manera muy importante a todos los ámbitos de la sociedad y también a la forma en la que las personas nos relacionamos y desarrollamos toda nuestra actividad. Este marco, que genera aún muchas incertidumbres en las Instituciones culturales y una gran dificultad de visión a medio y largo plazo, no debe impedir que continuemos desplegando el proyecto del museo, intentando aprovechar, a pesar de las dificultades que afrontamos, las oportunidades de cambio y de transformación de modelo que esta crisis también nos ofrece.
Debemos pues poner aún más el acento en la condición de servicio público del museo, e intentar que la institución responda a su tiempo, que sea relevante, a la par que hacemos un gran esfuerzo de contención del gasto, pero sin perder la ambición de generar propuestas atractivas y de interés, con el mayor rendimiento cultural y social posible, y buscando también el máximo impacto en el tejido cultural formado por los creadores, los profesionales y las empresas del sector. En este sentido, hay que incorporar plenamente la idea de interdependencia, y apostar todo lo posible por los proyectos en colaboración y el trabajo cooperativo con tantas voces y puntos de vista como sea posible.
El museo ofrecerá este año contenidos virtuales complementarios o en paralelo a las muestras principales con la voluntad de llegar a más personas y hacer que los proyectos sean lo máximo de ac- cesibles para aquellos que no nos puedan visitar. El programa que presentamos es una apuesta clara por la presencia progresiva a lo largo del año de los visitantes en las salas del museo, en la convicción de que éste es un espacio seguro y confortable de encuentro con el arte y con los demás, y que justamente es en momentos de complejidad e incerteza como los actuales cuando el museo puede ofrecer espacios y experiencias muy diversas y de gran valor añadido para todos.
Las salas que abren al público hoy son el epicentro del trabajo que el museo dedica a la Guerra Civil y al salvamento del patrimonio artístico en este contexto extremo, con la instalación del artista Francesc Torres Aeronáutica (Vuelo) interior y las exposiciones temporales La guerra infinita. Antoni Campañà y ¡Museo en peligro! Salvaguarda del arte catalán durante la Guerra Civil, además de un intenso programa público de actividades presenciales y en línea.
Estos proyectos, junto con la instalación del artista Francesc Torres Vol interior, que se presentará en la sala Oval, giran en torno la Guerra Civil y permitirán profundizar en una de las colecciones más singulares del Museu Nacional.
Este conjunto de propuestas va acompañado de un programa de actividades públicas realizado en colaboración con entidades y colectivos especializados para debatir y reflexionar sobre estos temas en clave de presente y sobre muchas de las consecuencias que de ellos se derivan: el arte y los artistas en el conflicto, la memoria y la propaganda, la destrucción y la salvaguarda del patrimonio artístico o el exilio, y el sufrimiento de los civiles que provoca la guerra, entre otros.
El segundo bloque será en el otoño y tendrá como protagonista a Gaudí y la ciudad de Barcelona, con una gran exposición que revisa de manera exhaustiva y muy crítica el discurso sobre el arquitecto y la relación y el impacto enorme de su obra en la ciudad de Barcelona.
En paralelo a los dos temas mencionados, el museo continúa la recuperación de artistas clave en el ámbito catalán y que no están aún bien representados en la colección con la muestra Los colores del fuego. Hamada y Artigas, programada para 2020 y pospuesta debido a la situación sanitaria. Se trata de un proyecto que pone en valor la obra del ceramista catalán, al mismo tiempo que lo conecta internacionalmente a través de su vinculación con Hamada y el arte popular del Japón.
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