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Numancia y sus vestigios romanos

Numancia-vestigios romanos

NUMANCIA Y SUS VESTIGIOS ROMANOS. INFORME SOBRE UN YACIMIENTO GRIEGO O ROMANO.

El yacimiento romano de Numancia está situado en el cerro de la Muela, en el término de Garray, provincia de Soria.

Desde su posición privilegiada, dicho yacimiento, se encuentra asentado sobre la antigua población celtíbera de Numancia,  flanqueado por el río Duero y sus afluentes Merdancho y Tera, los cuales fueron utilizados como abastecimiento de agua y defensa natural de la ciudad.

Vista área yacimientoLos romanos (en concreto Escipión Emiliano, el Africano Menor) en su avance conquistador sobre Hispania, en el contexto de las guerras celtíberas y después de largos años de intentos fallidos, consiguieron quebrantar la  resistencia de sus pobladores, los arévacos (133 a.C.).

Para ello construyó siete campamentos, unidos por una muralla y fortificaciones circundantes al altiplano numantino, desde donde sitió la ciudad durante casi un año, hasta hacerla perecer por hambruna.  Tanto la ciudad como sus dominios, fueron repartidos por los vencedores a pueblos vecinos aliados.

Sus posteriores habitantes  en diferentes etapas, asimilaron la cultura romana por predominio, incorporando nuevas costumbres y usos.  Los nuevos habitantes celtíberos romanizados o en proceso, construyeron casas más amplias eliminando el espacio entre la muralla y las mismas, modificando así el trazado original.

Schulten, arqueólogo  alemán, excavó e investigó entre 1906 y 1912 los campamentos y fuertes romanos, así como el poblamiento numantino.  Se localizaron restos, sobre todo cerámicos, lanzas, puntas de lanza y demás hallazgos que testimonian la actividad militar en el cerco a Numancia.

Plano NumanciaEn sus excavaciones en Numancia, Schulten aprecia tres capas urbanísticas superpuestas. La primera se corresponde a una ciudad netamente celtíbera, la que fue tomada por los romanos (133 a.C.)  La siguiente, destruida durante las guerras Sertorianas (75-73 a.C), opino que fue una transición entre las dos culturas, la celtibérica y la romana, en la que se aprecian en la arquitectura aspectos autóctonos mejorados, como  mayores dimensiones de las casas, las calles con una pavimentación más cuidada y ordenada entre otras, donde se denota la convivencia de ambos pueblos.  Fue reconstruida posteriormente a dichas guerras, en época de Augusto.

La Vía XXVII , perteneciente en este caso a la red de caminos y carreteras del Imperio romano en la península, y que iba desde Caesaraugusta (Zaragoza) hasta Asturica (Astorga), pasaba a los pies de Numancia, concretamente absorbía el trasiego de los ejércitos romanos y mercancías hacia el noroeste peninsular en su proceso de conquista y ocupación (guerras Cántabras 29 a.C) posiblemente esta vía actuó como resorte impulsor en la romanización de Numancia, sirviendo de punto intermedio de paso a las tropas.

Este tipo de vías, certifican la importancia que tuvieron en sí mismas dentro del Imperio romano, ya que ofrecieron facilidad en las comunicaciones y gran movilidad. La última de ellas pertenece a la época imperial romana, la época Flavia, en la que la ciudad observa en su ordenación arquitectónica y territorial la plenitud de una ciudad romana, obteniendo el grado de “Municipium”.

La ciudad de Numancia no tiene el calificativo de “nova urbs” al uso romano, ya que fue edificada sobre los restos de la antigua ciudad celtíbera de los arévacos, que quedó muy dañada por el insistente asedio al que fue sometida.

Observando la planta de la ciudad, en una vista general aérea de la misma, parece tener forma oval alargada levemente en sus extremos norte y sur, sin cerrar el óvalo en el extremo este. También se pueden diferenciar en base a lo anteriormente descrito las zonas sin excavar o en proceso.  Se aprecian restos de la muralla defensiva de origen celtíbero (también fue aprovechada por los romanos) y que posteriormente partes de la misma desaparecieron por nuevas construcciones o por su destrucción.

La ciudad original fue construida sobre el cerro, podría decirse que de forma estratégica, ya que desde su elevada posición permitía a sus defensores/habitantes tener visión panorámica de la planicie, a modo de  atalaya.

En su plano se aprecian dos calles principales longitudinales, que atraviesan la ciudad de norte a sur.  La construcción de las viviendas en su trazado original, fue realizada de forma irregular y escalonada, conformando así hileras de calles transversales que confluyen y atraviesan a las dos anteriormente citadas.

El motivo de esa elección al construir las casas en esa disposición, fue el de cortar o amortiguar el frío viento del norte al que estaban expuestos.

En la reconstrucción virtual de parte de Numancia, se pueden ver al sobreponer los restos de la ciudad en sus tres diferentes etapas, celtíbera, celtíbero-romana y romana la evolución de las construcciones domésticas.

Conviene señalar que coexisten dos tipos de vivienda romana en Numancia:

La casa romana (época imperial) común utilizada por familias de una capa social más humilde se construye con unas dimensiones mayores a las de sus antecesores celtíberos, dotándose de un patio en la entrada, que permitía la ventilación y mayor luminosidad del habitáculo, con un pozo o aljibe para la recogida de aguas pluviales y un horno en su extremo.  Dicho patio también era utilizado para el resguardo de ganado.

Vivienda-NumanciaComo evolución positiva e intentando establecer una relación entre las primeras cabañas romanas/etruscas (cabaña del jefe o nº 1) y la reconstruida en Numancia, ésta mantendrá su cubierta vegetal, reforzada con troncos pero no incorpora tegulae. Así como sus paredes son de piedra y su planta será rectangular, observando un mayor aprovechamiento del espacio interno, no circular como las primeras cabañas.

Obviando lógicamente la franja temporal y el lugar geográfico que separa unas de otras, el denominador común sería la cultura romana.

El segundo tipo de vivienda romana es el destinado a personas de relevancia en la ciudad, de otro estamento social, al parecer pertenecientes a un médico y un escribiente, las denominadas en el yacimiento numantino casas de columnas.

En cuanto a arquitectura doméstica, este segundo tipo de vivienda se encuadraría en el grupo de las domus, según temario, pertenecientes a familias patricias o acaudaladas,  siendo  el reflejo fiel de la típica domus romana.

Construidas en el denominado barrio sur, que era la zona más confortable de la ciudad, y que obedece una ampliación de la ciudad extramuros de la antigua muralla celtibérica.

Mediante una  cancela de madera, se accedía a un pequeño atrium o patio interior porticado, en forma de L, sustentado por columnas que por su construcción pertenecen al orden toscano.  Solo se conservan una completa y parte de otra, al igual que en otra domus adyacente, así como dos pedestales cuadrados o basas a modo de soporte de las columnas, que completarían (en reconstrucción) el pórtico del patio.

En la parte opuesta a la cancela de entrada, en el mismo patio, se pueden observar siete escalones que darían acceso a la vivienda en planta superior al tablinium y a las restantes estancias de la casa.  La cubierta de esta casa se realizó mediante  tegulae (plana) y de imbrex (curva)  para conformar las uniones entre ellas, con algunas ante fixas decorativas, al uso de una típica domus romana.

En el trazado urbanístico, en su parte norte, se pueden apreciar los restos de unas termas (caldarium), quizá una para hombres y otra para mujeres, donde quedan en su base los orificios para circulación del aire caliente por las paredes (empleando el sistema de hypocastum para calentar el agua) y un pequeño desagüe para evacuación de las mismas.  Cabe decir que sobre este caldarium, se sitúa el monolito de un monumento inacabado en 1842, dedicado a los héroes de Numancia. También se sitúa de forma paralela a las termas una construcción subterránea de 9,05 x 4,20 con dos pilares situados en el centro, para sujetar posiblemente las vigas de otro piso superior.

Continuando el recorrido hacia el sur de la ciudad, se encuentra lo que parece un edificio público, ¿curia?, de grandes dimensiones y que ocupa una manzana.  También porticado en su patio central, donde se aprecian basas cuadrangulares para soporte de columnas.  Rodeando el mismo, quedan restos de lo que serían las estancias del edificio público.

Paralelo al edificio público, se sitúa un canal a modo de desagüe, tapado en su parte superior por piedras y orientado en pendiente, aprovechándola para evacuación de las aguas.  En Numancia no existen las cloacas ni los servicios de saneamiento al uso de las construcciones romanas, si no que se observan estos pequeños canales tapados.  De la misma forma, entre calles por donde pudiera circular agua, de forma transversal a ella, se ubicaban piedras pasaderas, a modo de pasarela (ver piedras pasaderas en calle de la ciudad de Pompeya).

Una curiosidad visible a simple vista en el yacimiento , es el número de aljibes y pozos para recogida de aguas, que se encuentran tapados mediante malla metálica, en los que en su mayoría son circulares a excepción de uno de ellos que es cuadrado y dispone de escaleras para su acceso, ubicado en una casa particular.

A continuación del aljibe con escaleras está situada la casa romana, reconstruida en el yacimiento y anteriormente descrita.

Siguiendo el yacimiento, aparecen los restos identificados de un posible  templo en la confluencia de las calles D y J, in antis, es decir, se prolongan las paredes de la naos formando dos pilastras o antas en los extremos en lugar de columnas, enmarcando dos columnas centrales. Según reconstrucción se trata de un pequeño edificio rectangular, de 19 x 14 metros, creo que solo tiene una estancia y cubierta de tejado a doble vertiente (ver Tema 4 pág 4, arquitectura religiosa).

Asemejo más el posible templo numantino a la construcción etrusca del Templo de Veio (salvando las distancias) por su aparente sencillez constructiva.

Al lado del posible templo, calle I, se encontraron dos aras, una de mayor tamaño dedicado al dios Júpiter (padre de dioses y hombres) otra dedicada al dios Marte (dios de la guerra). Por su tipo de letra, la primera se podría fechar en el siglo II, la segunda en el siglo III.   También un brazo de estatua humana de bronce, mayor que el natural, que se podría fechar en el siglo I.

Los restos cerámicos hallados son en un principio itálicos (cerámica sigilata), TSI, gálicos posteriormente TSG y los más recientes hispánicos TSH. La cerámica itálica es extensible a todo el Imperio, aunque posteriormente incorporará variaciones según la zona del mismo.  Se entrelazan la fabricación de las anteriores cerámicas con las locales, tipo Clunia, por la aparición en abundancia en dicha ciudad en Burgos.

Otros objetos como fíbulas, sortijas, colgantes, restos de vidrio correspondientes a pequeños vasos, ofrecen poca suntuosidad visualmente, que contrasta con el brazo de bronce anteriormente citado, que es  de cierta envergadura  y denota un cierto nivel en el lado opuesto de la balanza.

Hasta el momento no se han encontrado necrópolis romanas, no así celtíberas,  halladas no hace mucho tiempo extramuros de Numancia.

Existen restos arqueológicos con inscripciones funerarias y monumento en pueblos circundantes a Numancia (Garray), y también en diversas iglesias  pertenecientes al yacimiento.  El motivo de su dispersión fue el aprovechamiento de la piedra para la construcción de viviendas e iglesias varios siglos atrás.  Sirva de ejemplo la lápida funeraria dedicada a Lucio Valerio Nepote, colocada en una casa en Chavaler.

Resultan evidenciadas las diferentes fases por las que pasó Numancia.  La que  concierne al trabajo en concreto, la de romanización, creo que fue lenta y paulatina.

De un lado, el paso de la Vía XXVII cerca de ciudad, los edificios públicos, termas, templo, casas de columnas y construcciones de época Flavia, su organización, el ius latii y la concesión del grado de Municipium a la ciudad, equiparan a Numancia con el prototipo de ciudad romana.

De otro, los objetos hallados, las casas (cabañas autóctonas mejoradas), la ausencia de cloacas y sistemas de saneamiento (también mejorados pero sin llegar al nivel itálico, también remarcan un  grado de indigenización en la vida cotidiana.

Estas dos conjeturas entre otras, en base a la arqueología, hacen que me pregunte sobre la profundidad de la romanización y el retroceso de la cultura autóctona.

Aparentemente, los restos arqueológicos romanos que se pueden apreciar  no son muchos, dados los sucesivos procesos de destrucción que sufrió Numancia, pero no por ello menos importantes, a diferencia de otros yacimientos más extensos o mejor conservados.

Los vestigios y diferentes restos hallados, sometidos a reconstrucción virtual, nos acercan a una idea más exacta de lo que fue o pudo ser la Numancia romana.

Curso: ARQUEOLOGÍA DEL MUNDO CLÁSICO.

Alumno: Manuel Cocera Agea

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