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Primera retrospectiva dedicada en España a Bruno Munari

Bruno munari-sculture

300 obras del artista, Bruno Munari, diseñador y pedagogo italiano podrán verse en la sala de exposiciones de la sede madrileña de la Fundación del 18 de febrero al 22 de mayo. La muestra incluye uno de sus célebres “laboratorios”, inventados por Munari para fomentar la capacidad de crear a través del juego.

Ese día, el 18 de febrero, tendrá lugar una rueda de prensa con la presencia del equipo curatorial, formado por el comisario invitado de la muestra, Marco Meneguzzo (Milán), Manuel Fontán del Junco, director de Museos y Exposiciones de la Fundación Juan March, y la responsable del proyecto expositivo Aida Capa.

Un “Leonardo de nuestro tiempo”. Así describía Picasso a Bruno Munari (Milán, 1907-1998), una de las figuras más significantes del diseño y de la comunicación visual del siglo XX. El próximo viernes 18 de febrero la Fundación Juan March inaugura la primera retrospectiva dedicada en España a este artista, diseñador y pedagogo que buscó la esencia del arte y del diseño en el equilibrio entre el rigor y la levedad, sirviéndose siempre del juego, del humor y de la ironía.

La exposición, ideada como “una muestra colectiva de Bruno Munari” –como él tituló una de sus exposiciones– incluye una selección de cerca de trescientas pinturas, dibujos y esculturas, proyecciones y juegos de luz, piezas de diseño gráfico e industrial, ejercicios tipográficos y escritos y libros infantiles procedentes de colecciones particulares e instituciones públicas y privadas. Tanto la muestra, que abarca desde sus primeros trabajos vinculados al futurismo y al diseño gráfico hasta sus últimas experimentaciones de los años noventa, como la publicación que la acompaña están organizadas en torno a los conceptos metodológicos esenciales al trabajo de Munari: el tiempo, el método, la levedad, la experimentación y la contemplación.

Bruno munario supplemento

Bruno Munari, Supplemento al dizionari italiano. Milán: Muggiani Editore 1963 Colección Corraini, Mantua (c) Bruno Munari

Además, el espacio de la muestra acoge un laboratorio didáctico en el que niños, jóvenes y familias pueden experimentar con materiales siguiendo el célebre “método Munari”, pensado para aprender a través del juego y el trabajo. Complementa la exposición un completo catálogo de más de trescientas páginas que contiene un ensayo sobre la exposición firmado por el equipo curatorial de la muestra, diez ensayos de algunos de los principales especialistas en Munari y su obra y un nutrido aparato crítico. Así como la exposición se cuenta entre las más completas dedicadas al artista fuera de Italia, se trata de la primera publicación completa dedicada al tutto Munari en español.

La muestra se abrirá al público el día 18 de febrero a las 14:00h. A las 18:30h tendrá lugar un acto inaugural en el que el mago Miguel Ángel Gea realizará una serie de números de ilusionismo en homenaje a Munari. También intervendrán el director de la Fundación Juan March, Javier Gomá, su director de Museos y Exposiciones, Manuel Fontán del Junco, y Marco Meneguzzo, comisario invitado de la muestra. El acto incluirá también conexiones en directo con otros especialistas y diversos recursos visuales y musicales.

El 28 de febrero a las 18:30h complementará dicha presentación, en el formato La exposición explicada, “Acerca de Bruno Munari”, una conversación sobre la exposición a cargo del arquitecto y diseñador Juli Capella y Manuel Fontán del Junco, moderada por la periodista e historiadora especializada en arquitectura Anatxu Zabalbeascoa. Unas semanas más tarde, el 8 de abril, tendrá lugar el estreno, en Filmin y en Canal March, del videoensayo Bruno Munari, la magia del arte, en el que se hará un recorrido por los aspectos más originales de la obra del artista: el juego, el humor y la ironía.

Un “Leonardo de nuestro tiempo”

Así definió Picasso a Bruno Munari (Milán, 1907-1998), uno de esos artistas que tanto han influido en el arte y la cultura del siglo XX, pero cuyo conocimiento (paradójicamente) es solo relativo. Munari se movió con libertad entre disciplinas y lenguajes distintos, los del arte, el juego, el diseño o la literatura, tratando de comprender su funcionamiento y su capacidad de comunicación. La amplitud de medios que empleó, desde la pintura, el dibujo y la escultura, pasando por las proyecciones y juegos de luz, los objetos y piezas de diseño gráfico e industrial, publicidad, ejercicios tipográficos, escritos teóricos, libros de artista, libros infantiles y hasta propuestas pedagógicas –con las que llevó a cabo una labor pionera–, le llevaron a convertirse en un artista multifacético, con una actividad muy relevante no solo como artista sino como diseñador gráfico y editorial, además de pedagogo.

De un modo u otro, su obra puede entenderse “como un brillante y continuado ejercicio por que nos fijemos en todo aquello que está ante nuestros ojos y con frecuencia no vemos”, como explican Manuel Fontán del Junco, Marco Meneguzzo y Aida Capa en el capítulo introductorio del catálogo de la muestra. Con la paradoja de que este artista, que afirmó haber “tratado de comunicar lo que los demás no ven: un arco iris de perfil, por ejemplo”, que hizo visible el aire organizando una lluvia de papel sobre la plaza de una pequeña ciudad italiana en 1969, o que definió el árbol como “la lentísima explosión de una semilla” no es todo lo conocido y visible que le correspondería.

Después de sus experiencias gráficas futuristas en la década anterior a la II Guerra Mundial, en la década de 1950 Bruno Munari se confirmó como una especie de “inventor” de formas y como el inventor de una idea general de “proyecto” que aunaba arte y diseño, gráfica y práctica cromática y, a partir de la década de 1970, enseñanza creativa y pedagogía. Una capacidad para jugar en diferentes “terrenos de juego” que hace que su figura siga siendo muy actual.

Scultura da viaggio

Bruno Munari, Scultura da viaggio [Escultura de viaje] para la fábrica de artículos de viaje Valigeria Angelo Valaguzza], 1958. Palitos de madera y papel tapiz, 27 x 49 cm. CSAC. Centro Studi e Archivio della Comunicazione, Universidad de Parma
© Bruno Munari. Maurizio Corraini s.r.l. Todos los derechos reservados

Sus inicios artísticos coincidieron con la segunda generación de futuristas italianos, aunque después se alejaría de ellos, para dar en 1930 un giro hacia la abstracción, que culminaría con la realización de sus “máquinas inútiles”, toda una definición, y muy precisa, de lo que es la obra de arte en la modernidad. Ese interés por el dinamismo de las formas le llevaría a investigar con tecnologías recién inventadas como la fotocopiadora, o a derrochar su ingenio poético en obras como los Fossili del 2000 [Fósiles del 2000], los Forchette parlanti [Tenedores parlantes] y los Libri illeggibili [Libros ilegibles]. También a darse cuenta, con la simpleza que caracteriza sus invenciones, de que los libros infantiles no debían tener protagonista, sino que en ellos el protagonista debía ser el propio niño.

En cuanto a su trabajo como diseñador gráfico y editorial, fue consultor de grandes empresas italianas como Mondadori, Einaudi, Montedison y Olivetti, y el alma de la marca Danese, para la que diseñó piezas como el cenicero Cubo que forman parte de la historia del diseño mundial. Desde la década de 1960 perfeccionó un método –el “método Munari”– que hoy sigue gozando de gran éxito; propuso a la Olivetti una exposición itinerante basada en la muy moderna idea de “programación” a la que se adhirió toda una generación de artistas, la titulada Arte Programmata, pese a lo cual su obra no ha sido todavía objeto de grandes exposiciones internacionales.

Casi trescientas obras, imaginación, “método” y un “laboratorio”

La exposición Bruno Munari reúne una selección de en torno a trescientas obras y materiales del artista, divididas en seis ámbitos cuyos títulos aluden a los procesos de pensamiento que dan lugar a las diversas tipologías que caracterizan la obra del artista: “Ser en el tiempo”; “De las dos a las tres y a las cuatro dimensiones”; “Método como método”; “Superar el límite”; “Anular el tiempo”; y, por último, “Descubrir el mundo”. Bajo estos procesos se encuentra siempre lo que él llamó “método”: “el secreto –escribió– consiste en que yo parto siempre de la técnica, no del arte. […] Si partes de la técnica sabes hasta dónde puedes llegar”.

La selección incluye pinturas, dibujos y esculturas, revistas, productos y piezas de diseño, películas experimentales, acciones y ensayos lumínicos, proyecciones y juegos de luz, objetos y elementos de diseño gráfico e industrial, diseños publicitarios y de editoriales, ediciones, ejercicios tipográficos, escritos teóricos, libros de artista, libros infantiles y propuestas pedagógicas, además de documentación sobre obras efímeras, textos y fotografías.

También se incluye un “laboratorio” basado en el método pedagógico de Munari, especialmente ideado para esta muestra y dirigido por maestros formados en dicho método. Para su desarrollo se dedica un espacio entero, donde niños y jóvenes convivirán con las piezas del gran Alfabeto Lucini, letras creadas por el artista a partir de materiales diversos.

Bruno munari rodeado de varias de sus obras, 1967 foto ugo mulas

Bruno Munari rodeado de varias de sus obras, 1967 foto Ugo Mulas

Un catálogo, un acto inaugural, una conversación y un videoensayo.

Coincidiendo con la muestra, la institución ha editado un catálogo de 358 páginas con las cerca de trescientas obras en exposición, a las que acompañan diez ensayos de expertos en el artista encabezados por el ensayo “Munari+Munari+Munari+Munari” que firma el comisario invitado de la muestra, Marco Meneguzzo, así como una nota biográfica y abundante bibliografía sobre el artista. La publicación se podrá adquirir en las tres sedes de la Fundación Juan March y su tienda online.

El 18 de febrero a las 18:30h tendrá lugar un acto inaugural, que se podrá seguir en directo por Canal March y YouTube, en el que el mago Miguel Ángel Gea realizará una serie de números de ilusionismo inspirados en el artista, con la intervención previa del director de la Fundación Juan March, Javier Gomá, su director de Museos y Exposiciones, Manuel Fontán del Junco, y Marco Meneguzzo, comisario invitado de la muestra.

El 28 de febrero a las 18:30h complementará dicha presentación “Acerca de Bruno Munari”, una conversación acerca de la exposición entre Manuel Fontán del Junco y el arquitecto y diseñador Juli Capella, moderada por la periodista e historiadora especializada en arquitectura Anatxu Zabalbeascoa. El diálogo se podrá seguir en directo por Canal March y YouTube.

El 8 de abril se estrenará en Filmin y Canal March Bruno Munari: la magia del arte, quinta entrega de la serie de videoensayos “La Cara B”. El documental, elaborado en coproducción con la productora 93 Metros se centrará en los aspectos más originales de la obra y personalidad del artista italiano.

Munari: ¿se puede hacer de otra manera?, es un videoensayo que explora en 23 minutos el pensamiento y la obra del polifacético creador Bruno Munari, que tanto influyó en el mundo del diseño, el arte y la pedagogía desde la Italia de los años 1970 y 1990. Para contarlo, el documental toma imágenes y testimonios de la primera retrospectiva dedicada al artista italiano en España, que se inauguró el 18 de febrero en la Fundación Juan March y podrá visitarse hasta el 22 de mayo, y en la que el visitante puede acercarse a las distintas facetas de este artista. En la pieza, las imágenes de la muestra se entrelazan con los fragmentos de películas experimentales realizadas por el propio artista y del rodaje de una retrospectiva de 1995 con Munari como anfitrión. El documental es el sexto episodio de la serie “La Cara B”, que coproduce la institución con La Máquina de Luz para contar de otra manera historias que suceden al calor de las actividades de la March.

“Ven a jugar conmigo, que tengo tantas cosas interesantes que hacerte ver”, dice la voz del artista italiano Bruno Munari en los primeros segundos del videoensayo Munari: ¿se puede hacer de otra manera? El documental se acerca a la figura de, Bruno Munari (Milán, 1907-1998), un artista, diseñador y pedagogo italiano a medio camino entre un Da Vinci y un Peter Pan que se movió toda su vida con gran libertad entre el arte, el juego, el diseño y la literatura, tratando de comprender el funcionamiento orgánico de cada uno de ellos y su capacidad de comunicación. “Experimentar es el verbo de Munari. Experimenta el límite. Es como si experimentando el límite expandiera el propio mundo, expandiera la propia visión”, explica en el documental Marco Meneguzzo, comisario invitado de la exposición.

Al recorrer la muestra dedicada al artista en la sede madrileña de la Fundación Juan March uno pensaría que se encuentra ante una muestra colectiva. Hay pintura, dibujo y escultura –“obras de dos y tres dimensiones”, como el artista las llamaba–. Hay proyecciones y juegos de luz, objetos de diseño gráfico e industrial, publicidad, ejercicios tipográficos, escritos teóricos, libros de artista, libros infantiles y propuestas pedagógicas. “Debajo de la obra de Munari hay una pregunta que se hizo toda su vida: ‘¿Se puede hacer esto de otra manera?’” reflexiona Manuel Fontán del Junco, Director de Museos y Exposiciones de la Fundación Juan March y comisario de la exposición. Y es que en las cerca de trescientas obras que abarca la exposición, que abarcan desde sus primeros trabajos vinculados al futurismo y al diseño gráfico hasta sus últimas experimentaciones de los años noventa, se percibe “un aire de familia”, en palabras de Fontán del Junco. Un colectivo de resultados y procesos conducido, en realidad, por una persona, y que puede entenderse mejor gracias a la organización, tanto de la muestra como del catálogo que la acompaña, en los conceptos metodológicos esenciales al trabajo de este artista: el tiempo, el método, la levedad, la experimentación o la contemplación.

Una de las más famosas acciones de Bruno Munari fue una performance llevada a cabo en 1969 en Como (Italia), titulada Far vedere l’aria [Hacer visible el aire]. El aire no se ve, y solo notamos que existe cuando nos empieza a faltar. Tanto la exposición Bruno Munari y la publicación que la acompaña como el documental Munari: ¿se puede hacer de otra manera? se han concebido y desarrollado con la intención de “hacer ver” a Munari. Como explica Adriano Morán, director del documental y fundador de la productora La máquina de luz, “ha resultado especialmente complejo dar continuidad narrativa a un proyecto sobre un hombre con decenas de facetas, cada una merecedora de su propio espacio”. Algo que la productora ha solventado utilizando el valioso material de archivo, incluyendo las películas experimentales en las que el propio artista jugaba con la luz y con el tiempo, así como el rodaje de una retrospectiva de 1995 con Munari como anfitrión, que “nos permitió fusionar el pasado y el presente, aquel espacio con este espacio [el de la muestra actual]”, explica Morán.

La banda sonora, a cargo de Javi Álvarez, está concebida como “una permanente alusión a la variedad de intereses, formatos e ideas del propio Munari”. Para ello, Álvarez repite los mismos motivos alternando formas clásicas y sintetizadores analógicos, “en una clara alusión a la música proto-electrónica italiana de los años 1960 y 1970”. Entre sus referentes hay sonoridades muy particulares, como las de Piero Umiliani, Egisto Macchi o Daniela Casa, “músicos que mezclaban el juego con la más radical experimentación, y cuyo carácter resuena perfectamente con la obra de Munari” en palabras de Álvarez.

Complementan el documental diez piezas visuales realizadas con animación tradicional, utilizando la técnica del stop motion. Como explica Javi Álvarez, autor de estas animaciones fotograma a fotograma, “en ellas las obras de Munari se convierten en papel, como referencia a la querencia del autor por el formato editorial, entremezclando parte de sus obras con algunos de sus aforismos, sentencias aplastantes y divertidas, que comunican pensamientos a menudo complejos de un modo sencillo”.

El documental es el sexto episodio de la serie La Cara B, una serie de videoensayos producida por la Fundación Juan March con la colaboración de La máquina de luz –antes 93 metros–. En ella, se parte de las historias generadas al calor de las actividades de la Fundación Juan March para revelar la cara menos evidente de esas historias, o “el reverso de la realidad” como lo describiría Julio Cortázar. En estas historias, la creación artística se mezcla con la realidad, y se diluyen las fronteras entre los géneros narrativos y audiovisuales.

Fundación Juan March

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