Las consonantes nasales y líquidas
RESUMEN
Estudio de la fonética y fonología históricas de las consonantes nasales y líquidas desde el latín hasta el español actual.
Como es bien sabido, las consonantes nasales se caracterizan frente a todas las demás consonantes, las orales, por poseer un canal adicional para la salida del aire: además de hacerlo a través de la boca, el aire se espira por la nariz gracias a que el velo del paladar no está adherido a la pared faríngea (Alarcos 1965, Martínez Celdrán 1984). En latín había dos fonemas de este tipo, /m/ labial y /n/ dental, cuya pronunciación en principio de sílaba era bilabial (con acercamiento de los dos labios) y alveolar (el ápice de la lengua toma contacto con las protuberancias alveolares), respectivamente. La pronunciación de la nasal implosiva ante una consonante velar (HANC) o ante /n/ -escrita con G “agma” (PUGNA)- era, por su parte, velar [ŋ]. El rasgo de cantidad era relevante solo en posición intervocálica, de manera tal que en dicho contexto se oponían /m/ y /n/ breves a /m:/ y /n:/ largas (grafías -MM- y -NN-): FLAMEN ‘soplo, sacerdote’ / FLAMMA ‘llama’, ANUS ‘vieja’ / ANNUS ‘año’… (Lloyd 1993).
Así las cosas, el latín carecía de la nasal palatal /n/, fonema que, sin embargo, forma parte del consonantismo de todas las lenguas romances, de lo que se deduce que su aparición fue temprana, anterior a la desmembración del Imperio Romano. En efecto, en el latín vulgar la /n/ atrasó su punto de articulación, de los alveolos al paladar, principalmente por la influencia de una semiconsonante palatal, o yod, resultado del cierre previo de una vocal palatal en hiato (cambio que denuncia el Appendix Probi: VINEA NON VINIA, TINEA NON TINIA): ARANEA>araña, CUNEA>cuña, EXTRANEU>extraño, PINEA>piña, VINEA>viña… También la /g/ implosiva, después de debilitarse y transformarse en una yod, palatalizó a la /n/ (Penny 1993): LIGNA>leña, PUGNU>puño, SIGNA>seña, STAGNU>estaño…, salvo si se había sincopado el núcleo de su sílaba, caso de PIGNŎRA>prenda por la caída de la vocal Ǒ. Los dos orígenes citados de la nasal palatal corresponden, según el conocido cuadro de Menéndez Pidal (Menéndez Pidal 1941), a una “yod segunda” (para la falta de acuerdo entre los investigadores acerca de la inflexión vocálica producida por este tipo de yod, cf. Tema “El vocalismo tónico”).
ISBN: 978-84-9822-338-5
Autor: José Javier Rodríguez Toro
Extensión: 21 Págs.
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