Margaret Drabble (1939- ) y la imagen de la ciudad moderna
RESUMEN
La literatura nos puede enseñar a ver la ciudad, pues la novela es una forma de representación urbana. Novela y ciudad se crean la una a la otra, como hizo Dickens con el Londres de la época victoriana y Clarín con la ciudad de Vetusta, del siglo XIX asturiano. La ciudad en la novela se ha creado de varias maneras: fragmentadas como nos señala la obra de Doris Lessing, como una red al estilo de Margaret Drabble, semejante a un laberinto a la manera de Iris Murdoch o como un mosaico en paralelo, casi un hipertexto o una excavación arqueológica, en la que se utiliza hasta la profesión de geólogo, como hace John Fowles.
La imagen de la ciudad siempre ha tenido un lugar en la literatura. Se ha entendido a la ciudad como un ser femenino intangible capaz de ser igualada a la mujer de carne y hueso. Algunas diosas, como Atenea, una deidad separada de la Tierra, representaba la protección de la ciudad y de sus habitantes de la Naturaleza primitiva y salvaje. Protegía a ciudades como Mecenas o Atenas.
En la tradición de Homero y Virgilio, aparecen las ciudades siempre alabadas, al estilo de lo que había surgido en la Biblia con Babilonia. La ciudad se podía entender como un lugar visionario de una comunidad ideal. La noción de la Ciudad de Dios de San Agustín, de la ciudad jardín, de la dominación sobre la Naturaleza, de un espacio conectado con lo geométrico y racional, apoya la idea de un lugar elitista. Pero, por otro lado, hay autores como William Blake que entienden la ciudad como un lugar de vicio. En este punto y, quizás dentro de la Literatura inglesa, sea el comienzo de una concepción de la ciudad como jungla, algo que parece llegar a nuestros días.
Se puede ver a la ciudad como algo subjetivo, plural, desde la perspectiva de una calle en la que se unen los parques y las rúas con las trastiendas y el mundo marginal. Posiblemente, aquí aparecerá el contraste entre la Naturaleza y la ciudad, con la idealización del entorno pastoril y de las pequeñas ciudades o villas, llenas de recuerdos y de nostalgia. Se está volviendo a la idealización renacentista y de la edad de oro. De aquí que la ciudad pueda aparecer con 4 puertas, basada en la idea utópica italiana que entendía a la ciudad como la cittá felice.
Londres es vista como un nuevo Jerusalén, compleja y fascinante; lugar de libertad y de interconexiones que forman, al estilo de Drabble, una red, en la que la mujer puede vivir en libertad.
ISBN: 978-84-96447-98-1
Autores: José Luis Caramés Lage y Natalia Menéndez Rodríguez
Extensión: 16 Págs.
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