Exposiciones

Ilse Bing en la Fundación Mapfre

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La exposición Ilse Bing presenta un recorrido completo por la producción fotográfica de esta autora alemana, que discurre entre 1929 y finales de la década de los años cincuenta. Un legado que, disperso entre numerosas colecciones europeas y norteamericanas, reunimos y damos a conocer por primera vez en España. Inaugurada el pasado 23 de septiembre, forma parte de la programación para este otoño y podrá verse en la Fundación Mapfre hasta el 8 de enero en la Sala Recoletos. Paseo de Recoletos, 23. Madrid

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Ilse Bing
Nancy Harris, 1951 National Gallery of Art, Washington D. C.,
The Marvin Breckinridge Patterson Fund for Photography (2000.110.1)
© Estate of Ilse Bing

BIOGRAFÍA.

Ilse Bing nació en Fráncfort el 23 de marzo de 1899 en el seno de una familia judía acomodada. Con catorce años tomó sus primeras fotografías. Autodidacta en el medio, se dio cuenta de su vocación cuando comenzó a fotografiar con el fin de ilustrar su tesis. Estudió Matemáticas y Física antes de decantarse por la Historia del Arte. Finalmente, en 1929, abandonó la universidad y, armada con la que a partir de ese momento será su inseparable Leica, se dedicó a la fotografía durante los siguientes treinta años. En 1930 se trasladó a París, donde continuó su dedicación al fotoperiodismo al tiempo que desarrollaba un trabajo más personal, convirtiéndose en una de las principales representantes de la fotografía francesa moderna. En 1931 conoció a Hendrik Willem van Loon, que introdujo su trabajo en Nueva York, y, al año siguiente, tuvo su primera exposición en la Julien Levy Gallery. En 1941, ante el avance del nacionalsocialismo, Bing se exilió en Nueva York junto a su marido, el pianista Konrad Wolff. Dos décadas más tarde, a la edad de sesenta años, abandonó su trabajo como fotógrafa y dirigió su creatividad a la elaboración de collages, de obras abstractas, de dibujos y también a la escritura de poemas. Ilse Bing falleció en Nueva York en 1998.

CUATRO CLAVES

La Bauhaus. A partir de 1910 la ciudad de Fráncfort se convirtió en prototipo del urbanismo moderno gracias al arquitecto Ernst May, pues comenzó a dejar a un lado su trazado medieval en favor de una transformación que atendiera a las distintas necesidades sociales. La nueva arquitectura pronto se hizo eco de las ideas del constructivismo de El Lissitzky, en cierta medida a través del arquitecto holandés Mart Stam, amigo de Ilse Bing. Este y las teorías de la Bauhaus tuvieron gran repercusión en el trabajo de la fotógrafa. László Moholy-Nagy, uno de los profesores de dicha institución, había promovido la unión de la arquitectura y la fotografía, así como la independencia del medio respecto de la pintura. Las posibilidades de Das Neue Sehen (la Nueva Visión) podían ser infinitas. Ilse Bing las aprovechó, aplicando algunas de ellas a su trabajo: abstracción, primeros planos, picados, contrapicados, fotomontajes o sobreimpresiones.

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Ilse Bing
Autorretrato con Leica [Self-portrait with Leica], 1931 Colección de Michael Mattis y Judith Hochberg, Nueva York
© Estate of Ilse Bing Photograph: Jeffrey Sturges

Surrealismo, el espíritu de una época. Cuando Ilse Bing se instaló en París en 1930, la ciudad era un hervidero de tendencias artísticas e intelectuales donde brotaban algunos de los movimientos clave para el desarrollo de las vanguardias. Entre ellos, uno de los que más influyó a la artista fue el surrealismo, cuyos ecos se pueden ver en las imágenes que tomó de distintos objetos para revistas de moda, pues se corresponden con las teorías surrealistas sobre el fetichismo, y en los encuadres que realizó al captar sillas, calles o espacios públicos, que transmiten una sensación de extrañeza, casi de enajenación. Esta influencia se hace patente también a través de su relación con figuras relevantes de esta tendencia, como Elsa Schiaparelli.

El movimiento. A pesar de su fascinación por la abstracción y las composiciones puras, tal y como se detecta en muchas de sus fotografías de arquitectura y naturalezas muertas, Ilse Bing era una fotógrafa entusiasta de lo dinámico y el movimiento de la vida, de la realidad cambiante. Así lo demuestra en las fotografías del Moulin Rouge y sus alrededores y en las investigaciones que hizo en torno a la danza. Capturó el dinamismo giratorio de las bailarinas con sus faldas, pero también la expresividad de los cuerpos en pleno movimiento, en el momento de saltar en el aire o hacer un split.

Mujer fotógrafa. Ilse Bing formó parte de una generación de fotógrafas que logró una visibilidad hasta entonces insólita. No era lo natural que las mujeres fueran artistas, y por lo general este campo estaba ocupado exclusivamente por hombres, que miraban con desdén, incluso con animadversión, la presencia de las mujeres en el ámbito social y cultural. Para Bing, como para muchas de sus contemporáneas —Germaine Krull, Florence Henri, Laure Albin-Guillot, Madame d’Ora, Berenice Abbott, Nora Dumas o Gisèle Freund—, la cámara se convirtió en una herramienta esencial de autodeterminación y en un modo de confirmar su propia identidad.

Más información: Fundación Mapfre

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