Dimensiones internas de los estados europeos en la primera mitad del siglo XVIII.
RESUMEN:
La Europa resultante en torno a las resoluciones de Utrecht (y tratados posteriores) trata de afirmar sus respectivos estados en la senda tanto del absolutismo (o protodespotismo ilustrado) como del parlamentarismo y la primacía de la aristocracia. En la Francia de Luis XV terminó el absolutismo personalista en pro de uno ministerial, mientras que en Gran Bretaña se consolidó el régimen de gabinetes gubernamentales con respaldo parlamentario bajo la nueva dinastía hannoveriana. La monarquía española conoció a los Borbones y sus reformas pero no quedó satisfecha del nuevo orden europeo. Mientras, Portugal disfrutó del dorado sueño brasileño atlantizándose en beneficio de los británicos. El imperio de los Habsburgo llegó a su cenit territorial aunque no logró afianzar del todo su situación política y dinástica. Italia vivió una revitalización entre los Habsburgo, los Borbones y los Saboya. Dinamarca reforzó su monarquía moderada mientras que Suecia se sumió en la era de las libertades de su parlamento aristocrático. Polonia asistió al preludio de su desmembración por la ineptitud de la dinastía sajona. Prusia adquirió bajo los nuevos reyes Hohenzollern su decidido carácter militarista y burocrático. Y Rusia, bajo Pedro I, caminó hacia su definitiva europeización aunque bajo el signo férreamente zarista.
ISBN: 84-96479-45-5.
Autor: Francisco José Aranda Pérez.
Extensión: 31 págs.
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