El tiempo y el espacio sagrados
RESUMEN
El calendario romano constituye un importante instrumento para comprender las actividades económicas o guerreras en relación con la religión a través de sus festividades. De igual forma que el tiempo, los espacios de la ciudad y del territorio eran repartidos entre dioses y hombres como revela una rica terminología latina.
El calendario es una institución de enorme importancia no sólo en la religión romana sino en la vida misma de la comunidad ya que regulaba las relaciones entre los ciudadanos y entre éstos y la divinidad. La finalidad del calendario, verdadera Carta Magna de la religión romana, era “ordenar” el tiempo. Los antiguos distinguían dos calendarios: uno establecido por el rey Numa y otro adoptado tras la reforma de César. La tradición moderna parece confirmar los datos de las fuentes al atribuir a los monarcas etruscos del siglo VI un calendario de doce meses y 355 días con calendas (1º), nonas (5º ó 7º) e idus (13º o 15º) marcando las tres secciones de cada mes.
En el calendario religioso arcaico figuran una serie de ceremonias que suelen llamarse “calendariales” como el Regifugium (24 de febrero) o las ceremonias del 24 de marzo y 24 de mayo y en las que el rey (o su sustituto, el flamen Dialis) parecen haber jugado un papel protagonista, asegurando el decurso normal del tiempo.
El calendario se organizaba de acuerdo con determinados criterios de eficacia ritual, de forma que pueden reconocerse unos ciclos que comprenden aquellas festividades dirigidas a un mismo objetivo y que básicamente son: a) fiestas relativas a la agricultura, b) a la maternidad y c) a la guerra. Las festividades relativas al campo ocupaban en la práctica todo el año ya que las faenas agrícolas eran prácticamente continuas. Sin embargo, tales fiestas se agrupaban con mayor intensidad en dos ciclos, uno en abril y otro en agosto que se duplica en diciembre. El grupo de abril era el más importante y comprendía seis festividades situadas en la segunda quincena del mes: Fordicidia (día 15), Cerialia (día 19), Parilia (día 21), Vinalia (día 23), Robigalia (día 25) y Floralia (día 27). El ciclo del mes de agosto se iniciaba el día 17 con una festividad en honor del dios Portunus, las Portunalia. Seguían las Vinalia dedicadas a Júpiter (día 19), las Consualia (día 21), las Volcanalia (día 23) y las Opiconsivia (25).
ISBN: 978-84-96447-51-6
Autor: Santiago Montero Herrero, de la Universidad Complutense de Madrid
Extensión: 28 págs.
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