La filosofía y la forma de vida del cinismo antiguo frente a su valoración tradicional.
RESUMEN:
Este artículo consta de tres apartados. En el primero ofrezco una introducción general a la filosofía cínica, presentando a sus principales protagonistas, explicando los intereses y principios fundamentales que rigen su pensamiento y advirtiendo de algunas faltas que se han cometido en la interpretación tradicional de sus formas de actuación. El segundo apartado consta a su vez de dos divisiones: en primer lugar hago un breve repaso de la visión del cinismo que se ofrece en muchos manuales, principalmente en las historias de la filosofía que aún hoy manejamos como recursos didácticos y que, al margen de otras posibles lecturas especializadas, configuran el reconocimiento más habitual del perfil del cinismo construido a lo largo de la historia del pensamiento, y, en segundo lugar, paso a exponer e interpretar algunas de las características más polémicas del estilo de vida cínico. La intención, encaminando ya el tercer y último apartado, es revitalizar la filosofía y las prácticas cínicas en su sentido originario como una propuesta de reforma integral del individuo orientada a la consecución de la virtud y la felicidad en contra de muchas de las costumbres y vicios de la vida en la polis.
Entre los cínicos antiguos (en torno al siglo IV a.C.) encontramos alguno de los personajes más peculiares de la historia de la filosofía. Antes incluso que Antístenes, que Crates e Hiparquia y, por supuesto, que Metrocles, Menipo, Mónimo, Menedemo u Onesícrito, el más renombrado es, sin duda alguna, Diógenes de Sinope. Éste es personaje de las más conocidas representaciones del cínico en la iconografía popular, y se le puede ver en distintas situaciones –ciertas o no, pero en todo caso reveladoras de su carácter– ataviado únicamente con el manto característico del filósofo cínico (el tribon) y aposentado, a la vista de todos, en su conocido “tonel” (más bien una gran tinaja de barro lo suficientemente grande como para albergar a una persona), o “buscando un hombre” con una linterna, o incluso dirigiéndose de forma descarada al gran Alejandro para que se quitara de en medio, pues, subido a su esplendoroso caballo, le tapaba el sol que tan plácidamente estaba tomando.
ISBN: 978-84-9822-630-0
Autor: DANIEL PONS OLIVARES
Extensión: 30 págs.
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